El amor de Joan Sebastian por su hijo Julián Figueroa (quien murió la semana pasada a los 27 años) quedó plasmado en la muchas fotos donde aparecen ambos en el rancho Las Palmas.
Se trata de una quinta en la que Joan Sebastian invirtió su conocimiento sobre construcciones para tener la casa de campo que siempre soñó.
“La propiedad tiene 8 mil 500 metros de extensión y nos permite tener un picadero (pista de caballos) al aire libre con una fuente y espejos, todo cubierto para trabajar en tiempo de lluvias”, explicó Joan Sebastian en un video de 2003, realizado por una agencia inmobiliaria de Costa Rica.
Los recuerdos a galope
En ese picadero, Joan Sebastian solía practicar suertes con sus caballos y disfrutaba enormemente, como quedó constatado en varios videos, hacer presentaciones para amigos y familiares.
En ese espacio también Julián Figueroa aprendió a montar a caballo. En una sesión de fotos realizada para TVyNovelas hace un par de años, Julián mostró sus habilidades como jinete.
Montado en un hermoso gypsy vanner, raza de caballos creado a través de la cría selectiva de más de 100 años en Inglaterra, Julián Figueroa posó para la cámara de nuestra revista no sólo cabalgando, también recostado en la silla de montar y parado sobre ella para dar una prueba de la simbiosis que tenía con el animal.
En aquella ocasión, Figueroa mostró también la caballeriza que está a un costado de la casa principal.
Ahí también hay un pequeño museo de monturas que Joan acumuló en vida.
La música
Julián Figueroa nunca tuvo duda de que seguría los pasos de su padre en la música regional mexicana.
Desde muy niño, el apego quie sintió por Joan Sebastian lo hizo aprender a tocar la guitarra. Maribel Guardia reveló, tras el sepelio de Julían el miércoles pasado, que Julián ya tenía en su carpeta unas 500 composiciones.
Joan Sebastian, fallecido hace ocho años, solía platicar que en la quinta Las Palmas se refugiaba para componer, sobre todo en la última etapa de su carrera y que compartió ese gusto con su hijo Julián.
Un video casero en el que aparece Julián con apenas cinco años, Joan Sebastian lo acompaña para cantar Las mañanitas.
La finca
Las Palmas es una construcción que actualmente se renta para fines de semana, ya que tiene seis habitaciones para invitados y puede fiuncionar como un pequeño hotel.
Tiene una alberca y se puede tener acceso a la casa principal, en donde abundan las fotografías y cuadros alusivos a Joan Sebastian.
Con puertas de madera construidas exclusivamente por un carpintero amigo de Joan, la casa tiene un aire de museo en el que se pueden hallar muchas pistas de cómo era la vida de Joan, Maribel Guardia y Julián cuando vacacioban ahí.