Después de participar en proyectos en los que se ha quitado la ropa, como El juego de las llaves, Ela Velden reveló en entrevista exclusiva con TVyNovelas que, desafortunadamente, ha sido sexualizada por la industria cinematográfica: “Se me ha catalogado como este tipo de mujeres que sólo son sexys, que ya también se desnudaron; la gente piensa: ‘Ela Velden lo va a hacer una y otra vez’, y no es así, amigos, lo hice por un proyecto, pero las consecuencias me hicieron replantearme qué es ser mujer en esta industria”, nos dijo la actriz.
Para ella, esta situación ha sido la lucha más grande que ha enfrentado en su vida y en su carrera: “Definitivamente ahorita voy con esa bandera, de que sí somos sexuales, pero para nosotras mismas y no para nadie más”.
En este sentido, Daniela Campos –su nombre real–, quien protagonizó la telenovela Despertar contigo en 2016 y que ha participado en varios melodramas y exitosas series televisivas, resaltó la importancia de romper con los estereotipos y las etiquetas que han marcado a la mujer por generaciones: “Ya estamos cansadas de que sólo seamos el objeto del deseo del hombre, de esta industria o del sistema patriarcal; ya es momento de decir quiénes somos y que todo lo estamos haciendo por nosotras mismas y no para encajar, no para que nos etiqueten y no para que seamos un molde más”, argumentó.
La joven de 30 años resaltó que la sexualización de la mujer no es una problemática que se da sólo en el ambiente artístico, “sino en todos los ámbitos en los que nos desarrollamos como mujeres profesionales, pero hay que levantar la voz y no hay que dejarnos, siempre hay que defender lo que somos, nuestros valores, nuestros sentimientos y nuestro cuerpo”.
A Ela Velden le costó trabajo entender cómo se manejaba el medio, pero al final, el gran aprendizaje que le ha dejado su experiencia es saber decir “no”, y ya ha tenido el valor de rechazar importantes propuestas laborales:
“Ya me tocó decir: ‘no, no lo voy a aceptar’, y lo peor fue que me contestaron: ‘no te preocupes, no va a suceder’, y cuando ya estaba en el set fue de: ‘sí, sí va a suceder’, pero mi respuesta fue: ‘no amigos, esto no fue en lo que quedamos’. Creo que al final depende de uno mismo, de ser fuerte, de defenderte y decir ‘no’; mi cuerpo es mío y yo decido si sí o si no”.
De acuerdo con un estudio realizado en 2015 por el Instituto Geena Davis sobre Género en los Medios, ONU Mujeres y la Fundación Rockefeller, en cuanto a imágenes de género en películas del mundo entero, “pese a que las mujeres representan la mitad de la población mundial, menos de una tercera parte de los personajes con líneas de diálogo en las películas son mujeres. Menos de una cuarta parte de la fuerza laboral ficticia que aparece en pantalla son mujeres (22.5 por ciento). Por lo general, cuando se contrata a mujeres, éstas no personifican puestos influyentes. Las mujeres representan menos del 15 % de los ejecutivos de negocios, figuras políticas o empleados en puestos de ciencia, tecnología, ingeniería y/o matemáticas. Los estereotipos marginan a las mujeres en los puestos profesionales de prestigio. Los personajes masculinos predominan sobre los femeninos cuando se trata de fiscales y jueces (13 frente a uno), profesores (16 frente a uno) y médicos (5 frente a uno). Por el contrario, la balanza se inclina a favor de las mujeres cuando se trata de la hipersexualización”.
Entre los resultados clave de este estudio, “la sexualización es la norma para los personajes femeninos en todo el mundo: las jóvenes y las mujeres tienen el doble de posibilidades –frente a los jóvenes y los hombres– de aparecer en ropa sexualmente sugestiva, desnudas parcial o íntegramente y delgadas, y tienen cinco veces más posibilidades de que se haga referencia a ellas como personas atractivas…”.
Aunque las cosas han ido cambiando gracias a la lucha incansable que han enfrentado las mujeres a lo largo de la historia por su participación en la sociedad y la equidad, todavía falta mucho camino qué recorrer.
“Creo que todavía seguimos en la batalla, pero afortunadamente, vivimos en una época donde ya estamos avanzando; ya luchamos por el voto, por usar pantalones… ya llevamos una tercera o cuarta parte de lo que estamos buscando como mujeres, como sociedad en este sistema; creo que nos falta mucho por recorrer, pero a paso lento llegaremos a la meta”, concluyó Ela.