Ya planea casarse con su novia.
Para el cantante Alberto Vázquez, de 74 años, la llegada de su quinto hijo, Juan Alberto, le cambió la vida.
?No lo esperaba?, afirma; sin embargo, la vida le tenía una grata sorpresa, pues este pequeñito lo transformó por completo al igual que su relación con Elisabeth Renea, su pareja desde hace nueve años. Hoy, a cuatro de su nacimiento, el pequeñito es una ?bala?, dice él.
?Se parece a mí cuando tenía su edad?, aclara. El famoso intérprete de temas como Fue en un café y Pecador nos compartió su álbum familiar y nos presumió cómo ha crecido este pequeñito ser que lo llena de alegría y ganas de vivir.
Señor Alberto, ¿cómo está?
Muy bien. Hace poco tuve mi concierto en el Auditorio Nacional y me fue súper. Tengo más de 50 años cantando, Dios nunca me ha dejado de dar y me ha tratado muy bien. Ese día tuve que sincerarme con mi público porque usé un tanque de oxígeno y la gente lo entendió. Eso es muy importante. Mi voz está perfecta, aunque fumé toda mi vida tres cajetillas diarias y ahora me lo está cobrando. La altura de la ciudad de México ya me hace daño, pero aquí estamos. No me dio cáncer, fue EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
Por su edad debe cuidarse...
Sí. Mi hijo Juan Alberto es la razón de mi vida y no quiero faltarle. En su momento no quise ser papá, pero mi compañera, Elisabeth, sí deseaba tener un hijo mío y se lo cumplí. Cuando nació me volví loco. Ahora anda por allá, en España, de vacaciones, con la familia de mi mujer.
¿Le ha cambiado la vida Juan Alberto?
Sí, porque con él tuve que aprender a cambiar pañales. A mi hijo mayor, Arturo, lo conocí de 18 años porque su mamá (Isela Vega) no me dejaba verlo. Y con Juan Alberto he disfrutado ser papá de un niño. Es una ?bala?.
¿Le gustaría casarse con Elisabeth?
Por supuesto, no nos hemos casado por el civil ni por la iglesia, pero me encantaría, aunque no haríamos una ceremonia ostentosa; a lo mejor sólo estamos ella, yo y el cura, sería una cosa normal. Por otro lado, no me gustaría dejar desamparados a mis hijos, y a todos les voy a dejar algo. Juan Alberto ya tiene un fideicomiso para que cuando crezca tenga su educación asegurada por si no llego a estar.
¿Le tiene miedo a la muerte?
No; lo horrible es saber cómo va uno a morir. Por el momento, quiero disfrutar a mi pequeño, como llevarlo a la escuela o jugar. Lo estoy gozando mucho y me encanta que ya se sabe todas mis canciones y le fascina cantarlas con su micrófono; soy muy feliz.
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