La conductora colombiana Alejandra Azcárate logró abrirse las puertas de México en un programa donde será Cupido
TEXTO: Gabriela de los Santos FOTOS: Jaime Nogales “He cometido tantos errores que no sé cuál escoger”, recuerda durante la entrevista, segura de sí y con un semblante serio, pues en su natal Colombia ya ha estado en boca de todos. Hace unos días Alejandra Azcárate llegó a México para promocionar su nueva conducción en el programa Hay que ver para querer. Después de 16 años en el medio, empezará desde cero, pero con todas las ganas de conquistar este país sin polémicas y con su vida privada guardada bajo tres candados. “VOY A SER ESCUPIDO” ¿Cómo te has sentido en tu llegada a México? Contenta de estar acá y muy dichosa; me fascina este país y adoro esta ciudad. ¿Dejar Colombia ya estaba dentro de tus planes? Hace como tres años me entró la obsesión mexicana, el amor a la mexicana total modo Thalía y dije: “Tengo que llegar ahí”. Se fue dando lentamente. La primera puerta que se me abrió fue para dar funciones de stan dup, y hace un año empecé conversaciones con canal E!; cuando me dijeron que todo se haría en México, no lo podía creer, ¡qué fortuna! y aquí vine a dar. Siempre hablas del amor y ahora serás Cupido, cuéntanos... Me cayó como anillo al dedo, no voy a ser Cupido sino “Escupido”, porque en el programa los pongo a ellos en muchos aprietos y a ellas trato de ayudarlas a que encuentren un hombre que valga la pena en este mercado que tan duro está. ¿Cuáles son tus mejores consejos? Que se fijen en los detalles. Si un chico te invita a salir, te llega la cuenta y se para con emergencia al baño, te la está cantando ya. Si tú lo ves sucio puedes dar por hecho que es un puerco; si ves que tiene una relación agresiva, después se va a volver violento. Hay que leer los de- talles para darte cuenta de quién es esa persona “HE TENIDO DESDE EL TORO MANSO HASTA EL MÁS MISERABLE” ¿Ves mucha diferencia entre la cultura en Colombia y México sobre el amor? Creo que sin importar el origen o la nacionalidad, en el amor todos operamos de la misma manera. Bajo la ilusión e idealización queremos que la otra persona sea lo que añoramos; hay que negociar con lo que encontramos, porque luego queremos cambiar al otro, convertirlo en lo que nos gusta. En el amor nadie la tiene clara. ¿Por qué creerte en el trabajo de Cupido? Más que creerme, pienso que deberían confiar. Primero porque tengo más experiencia que lo que puede tener una chica de 23 años en el mercado de hoy. Esa experimentación de ir conociendo a las personas lentamente es lo que se ha perdido ahora, todo es inmediatez o rapidez, es la sugerencia de alguien que ya ha estado toreado en otras plazas. Dos, que a titulo laboral llevo casi 10 años hablando desde un punto de vista sentimental y un análisis muy profundo de cómo son las relaciones interpersonales de pareja. ¿Y lo más importante? Hablo un lenguaje de mujer casada; yo no podría hablar de relaciones si no supiera lo que estoy diciendo. Soy esa amiga cercana que te genera esa confianza, de cosas muy íntimas que de repente no le puedes contar a tu mamá o amiga porque no sabes en qué momento te va a sacar el cuchillo por atrás; soy esa desconocida que te genera esa complicidad. ¿Cómo te han tocado los toros en estas plazas del amor? De todo. Desde el ternero manso hasta el toro miserable que me ha arrastrado por la arena, sin piedad. He tenido relaciones en la vida desde las más dulces, como mi primer noviazgo que era mi romance de niña con la ilusión total, hasta que me di cuenta de que me había pintado el cuerno con todos los seres humanos existentes del género femenino que hubiera podido imaginarme; hasta relaciones tremendas conflictivas de mucha posesión, celos, trauma y cosas tóxicas. “ME SORPRENDE LA INVASIÓN DE LA PRENSA” ¿Con cuál te quedaste? Con el menos peor... Mentira. Me quedé con el que me abrió la puerta a entender mis defectos, a no quererme modificar, a tener un concepto de libertad dentro de la relación sin límites y siempre con tranquilidad total. ¿Qué han sido de estos 16 años de carrera profesional? ¿Llevo tanto? Estoy aterrada, no llevaba la cuenta. Cuando veía televisión y a una actriz le preguntaban cuánto llevaba de carrera y contestaba que 20, yo decía que eran unos fósiles o dinosaurios... yo estoy en la misma. Veo un camino muy pedregoso con muchos obstáculos. Con mucha polémica también... Con todo lo que acarrea defender tu identidad, autenticidad y no es fácil; en el medio del entretenimiento todo mundo trabaja para agradar, y yo a eso no le aposté. He trabajado para agradarme a mí, y ese es un precio que a veces se paga muy alto. Ahora que me haces el recuento, te digo que todo ha valido la pena, porque no me hubieran contratado en este programa si hubiera sido una conductora más. Lo que ves es lo que hay, te guste o no. ¿Tienes miedo de no llegarle a agradar al público mexicano? No me he pensado en esa opción, pero lo que sí me sorprende un poco es la invasión de la prensa en el sentido de que en Colombia son un poco más retraídos. Aquí he prendido televisores, internet o revistas y encuentro el mismo caso: una relación de pareja de un rollo con un niño que está en un problema legal. Veo a esa pobre mujer que sale con un bebé y 30 paparazzi encima. ¡Qué terror! “LOS VERDADEROS ARTISTAS NO ABREN SU VIDA PERSONAL” ¿Estás lista para eso? Quizá sobre los 20 hubiera sido más temerosa. Ahorita ya me tiré por el tobogán del Titanic y volví a subir por un flotador, ya estoy más tranquila y no tengo temor de expresar lo que pienso. ¿Hay que ver para querer? Hay que ver, observar, oler, tocar, equivocarse e intentar para querer. ¿Qué te genera empezar desde cero? Después de tantos años de estar dando lata, atraviesas migración de tu país consiente de que es un nuevo comienzo, y eso me parece fascinante. Esa sensación de turista laboral en la que nadie sabe quién es y yo no sé quién es nadie. No hay prejuicios o estereotipos, y ojalá eso funcione para que sea un primerísimo paso y abrir esta plaza que adoro. De todos esos años de carrera en Colombia, ¿qué es lo que no repetirías en México? He cometido tantos errores que no sé cuál escoger. No salir en ningún medio presentando al amor de mi vida, porque ya luego las cosas no funcionan, tienes que tragarte tus palabras y pisas muy fácil el terreno del ridículo. Estoy convencida de que los verdaderos artistas no tienen que buscar un recurso tan pobre para abrir su vida personal. Así que como he visto que aquí les llama eso la atención, dejo esa puerta blindada, les pondría tres candados para no pegarme un resbalón.
