Perdió 50 kilos por el bypass gástrico, y para quedar de lujo tiene planeadas cuatro cirugías estéticas
TEXTO: Liliana Lejarazu FOTOS: Octavio Lazcano, Archivo La conocimos por ser la ganadora del segundo lugar de la primera temporada de La Voz... México, y en aquel momento pesaba 120 kilos; ahora, siete años después, pesa 70, y todo gracias al bypass gástrico que le colocaron en junio de 2016. Además de su salud, el detonante que la hizo realizarse la cirugía fue su hija, Valentina, que cuando tenía cuatro años le preguntó: “Por qué eres diferente a las otras mamás”, refiriéndose a que no se subía a los juegos con ella ni corría ni saltaba como las otras señoras lo hacían con sus hijos. Ese comentario le cambió la vida a Alejandra, y actualmente es la mujer más feliz porque ya lleva una vida normal y puede hacer algo tan trivial como cruzar las piernas; pero además de su triunfo personal, en lo laboral está igualmente contenta porque se presentará en el show Mujeres del regional el 17 de febrero en el Teatro Metropólitan, y espera que este sea el primero de muchos conciertos. “CUANDO ME VEO AL ESPEJO NO ME RECONOZCO” Te ves espectacular, ¿cómo te has sentido? Ha sido un proceso de una pérdida de 50 kilos, literal, me quité una persona de encima; llegué a pesar 120 kilos, y ahorita estoy en 70. Fue un proceso de casi dos años, y no ha sido fácil, porque no nada más es la pérdida de peso, tienen que ver muchas situaciones emocionales, pero ahora me siento en mi mejor momento, ya que siempre fui una niña gordita, una novia gordita, esposa gordita, mamá gordita, entonces me sigue pasando que cuando me veo al espejo no me reconozco; todavía estoy en el proceso en el que llego a las tiendas y pregunto cuál es la talla más grande y me dicen: “¿Es para un regalo?”. “No, para mí”, y ya caigo en cuenta, o me ha pasado que me dicen que me parezco a una gordita que cantaba en La Voz, y nada más digo: “Sí, es mi prima (risas)”. Sin duda eres otra... Sí, me he redescubierto, ya puedo hacer cosas que nunca había hecho, como cruzar la pierna, andar en tacones todo el día, patinar con mi hija o subirme a la bicicleta, por eso me siento en la mejor etapa de mi vida. ¿Cuáles fueron las cosas más difíciles que tuviste que pasar después de que te colocaron el bypass? Estuve un mes a puro líquido, luego un mes a pura papilla, y después un mes de carnes blandas; es fuerte, pero yo tenía que hacer algo definitivo por mí, por mi hija, por mi carrera. Llegó un momento en que en los shows usaba tenis, porque no aguantaba cantar con tacones; después de la cirugía me desaparecí año y medio y me dediqué a mí para seguir mi dieta, ahora sí que cerré el changarro por remodelación y tuve que cambiar todo mi guardarropa, desde los zapatos, que fueron un número menos, y toda mi ropa, ¡renací! Después de que tu hija fue un gran motor para tu operación, ¿qué dice ahora con tu cambio? Ella me ayuda a escoger mi ropa, aunque hubo algo que fue un foco rojo para mí: me mandaron hablar de su escuela el año pasado y me dijeron: “Es que su hija casi no come, y le dijo a su mejor amiga: ‘no deberías comer porque te vas a hacer gordita como mi mamá, yo por eso no como’”, entonces, fue llevarla al psicólogo, y para mí tampoco fue fácil adaptarme al cambio, porque yo quería comer, ya que te operan el estómago, no el cerebro, tenía ansiedad y quería fumar, pero como cantante no puedo, entonces también tuve que ver a un psicólogo en mi proceso. ¿Después del bypass te realizarás alguna cirugía estética? Sí, el siguiente paso son las cirugías reconstructivas, porque sí fueron muchos kilos los que perdí, y la piel me quedó un poquito maltratada, entonces, que se cuide Ninel Conde, porque va a tener una competencia (risas). ¿Continúas con un régimen alimenticio? Sí, tengo que comer porciones más pequeñas y debo tomar vitaminas de por vida, porque cuando te ponen el bypass se salta un proceso de absorción de los alimentos y no ab- sorbo los nutrientes, por eso tengo que vitaminarme. “ENTRÉ EN UNA DISYUNTIVA PORQUE ME QUIERO EMBARAZAR” ¿Cuántas cirugías serán y para cuándo las tienes planeadas? Serían cuatro, pero en etapas, y creo que me las harían pasando el concierto de Mujeres del regional el próximo año, aunque ahorita entré en una disyuntiva porque me quiero embarazar; de hecho, otra de las razones por las que me hice el bypass es porque mi hija todos los días me dice: “Mamá, ¿qué se siente tener un hermano?”, y entonces me voy a dar de aquí a febrero a ver si pega, pero tendré que empezar tratamiento por mi problema de ovario poliquístico. ¿Estás preparada en caso de que no pegue? Pues no pasa nada, tengo a mi hija, que es el mayor motor, yo quiero que se sienta muy orgullosa de mí, entonces estoy contenta y con muchas ganas de hacer algo en la música y llegar al corazón de más público; me atreví a entrar a otros géneros musicales y a este proyecto de Mujeres del regional. Platícanos sobre el show... Surgió por iniciativa de Diana Reyes, quien dice que soñó con que hubiera varias mujeres del regional en el escenario, y me dio muchísimo gusto su llamada; primero fue un movimiento que se llamó Mujeres del regional mexicano, que consistía en apoyarnos a través de nuestras redes sociales, y quedamos que los miércoles íbamos a publicar a las siete compañeras que estamos en este proyecto: Diana, Elsa Ríos, Cristiana Eustace, Luz María, Cecilia Gallardo, Paola Preciado y yo. Después se vino como una bola de nieve, y por la respuesta del público surgió el show que será el 17 de febrero en el Teatro Metropólitan a las 6 de la tarde, y esperamos que sea el primero de muchos. ¿Qué veremos en el espectáculo? Justo ahora estamos en la selección de temas para el concierto, obviamente interpretaremos las canciones que nos representan más a cada una, y yo seguro cantaré Sólo un suspiro y A chillar a otra parte, pero también está la idea de, por ejemplo, yo cantar un cóver de Diana, ella uno mío, y así entre todas a manera de homenaje entre nosotras; haremos duetos, tríos, cuartetos... Estamos pensando que sea un concierto de tres horas.