“No me voy a arrepentir de nada”: Alejandro Sanz
TEXTO: JESSIE CERVANTES • FOTOGRAFÍAS: GETTY IMAGES, CORTESÍA JESSIE CERVANTES
Es un placer conversar con Alejandro Sanz, una de las estrellas más grandes de la música en nuestro idioma. Está feliz porque trae su nuevo álbum: El disco, un pedazo de obras maravillosas, fruto de esa inspiración que nos mueve desde 1991, cuando inició su carrera. Su nueva grabación es maravillosa; como siempre, le ha puesto el corazón, porque para él no hay otra manera de hacer un disco. En vez de encerrarse solo durante 14 horas y con todo el egoísmo de querer hacer absolutamente todos los instrumentos, durante nueve meses realizó esta producción en la que contó con la colaboración de Camila Cabello en Mi persona favorita; Nicky Jam en Back in the City, y Residente en Los lugares, entre otros. El resultado lo tiene más que contento, nos revela al responder mis ocho preguntas.
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1.¿Qué tanto de ese Sanz minucioso, entregado, pasional, inmerso en un mundo de emociones –a veces hasta medio desgarradoras– está en este disco?
Pues está. Tengo las mismas dudas, los mismos miedos, las mismas valentías, las mismas ganas... Ha pasado también el tiempo, pero es lo mismo, no te puedes enfrentar a un disco nuevo o a una gira nueva si no tienes las ganas y la energía para hacerlo; si no te pones nervioso cuando vas a subir al escenario, tienes que dejarlo. Siempre tiene que existir ese punto de responsabilidad, de querer hacerlo bien, no importa cuánto esfuerzo le eches, porque éste no te va a garantizar que sea bueno. Esa es la cuestión: encontrarte siempre con esa dicotomía, con el enfrentarte a ti mismo, has- ta dónde puedes llegar, qué eres capaz de dar, y en eso consiste este trabajo.
2. Cuando creas una obra y la haces canción, ¿la imaginas en el escenario o sólo la haces y después viene el proceso?
Hay veces que es bueno imaginarse dónde puede sonar, en qué lugar y de qué manera, pero no es el principal ingrediente con el que trabajo a la hora de escribir una canción. Lo principal es la emoción; si consigo emocionarme y consigue transmitirme algo, doy por supuesto que puede llegarle a la gente que le gusta mi música.
3. ¿Lloras de emoción o gusto cuando terminas una canción?
Te emociona no sé si hasta el punto de llorar. Quizás alguna vez con una canción muy emotiva tipo Lo ves; además, por la situación en que la es- taba escribiendo, pero no. Tampoco he llegado a llorar; ya he aprendido a controlar mis emociones, ya tengo 28 años en esto.
4. Las colaboraciones son el nombre del juego hoy en día. Antes hacías una en uno, dos o tres discos, pero en éste hay colaboraciones muy importantes, ¿cómo las elegiste?
Cuido que sean lo más orgánicas posibles. Esto lo aprendí cuando grabé el dueto con Tony Bennet; me llamó para que fuera a Nashville a grabar, al estudio que era de Elvis Presley. Cuando llegué, dije: “Mis auriculares, ¿dónde están?”, y me dijo: “No, no, no... Aquí grabamos así, con el micrófono, los dos juntos”, y así lo hicimos, con su banda tocando en directo, como se grababa en los años 60. Luego he visto duetos que se hacen por teléfono, la pista, y a mí eso no me parece interesante. Lo bonito es juntarse en un estudio y que puedas decir: “Oye, esta es la melodía. Creo que si le hago esto y el otro...”, o sea, compartir la música. Lo otro es una cuestión de marketing, y al final pierde el interés. El resultado es emocionante. La emoción es la salsa de la vida, y la madre de todas las emociones es el amor; entonces, imagínense, cada que se tenga la oportunidad de hacer una alabanza sobre ello, una oda, merece la pena.
5. Si de pronto apareciera un duende flamenco y te dijera: “Alejandro, puedes hacer un dueto con la persona que tú quieras, que ya no esté viva”, ¿con quién sería?
Serían Paco, Camarón y tantos otros que ya no están; Farruko, el bailador... Tantísimos flamencos que no están ya, pero Paco sigue siendo “Mi Paco”. Si tuviera la oportunidad de volver a verle, aunque sea una vez, estaría increíble.
6. Marcas un ejemplo para todas las generaciones que viene y hoy intentan hacer música, marketing, promoción con la computadora, con un celular, con una red social, pero la esencia, la raíz nunca la has dejado. ¿Cómo lo haces?
Es que siempre, para ir a buscar flores, no hay que abandonar la canasta. Al final siempre está esa cuestión de la curiosidad, de querer hacer cosas nuevas, de ir a todos los sitios, pero al final, la esencia hay que mantenerla... Todas las personas a quienes admiro tienen raíz y la conservan de alguna manera, gente muy jovencita como Rosalía que está saliendo ahora, haciendo música urbana pero conservando una raíz flamenca muy profunda. Es interesante siempre buscar, porque la búsqueda es absolutamente todo en cualquier disciplina, pero siempre recordando dónde dejamos la canasta, porque hay que meter las flores.
7. Cuando supe que te iba a entrevistar pensaba: “Con Sanz ya ha pasado todo, y lo ha conseguido todo”, ¿qué le falta a Alejandro Sanz, la persona, el artista? Si son Grammy y otros reconocimientos, podrías armar un caminito de aquí a donde fuera...
Los reconocimientos se agradecen siempre; incluso por haber nacido debemos ser agradecidos, pero lo más importante es encontrar la mejor canción, hacer el mejor concierto, buscar la ecuación a través de otros lenguajes. Por ejemplo, he intentado buscar a través de la sencillez mayor profundidad; es una especie de cuenta pendiente que yo tenía con la música, porque siempre fui muy complejo, con mucha metáfora... He intentado hacer todo lo contrario, y es constante esa búsqueda. Todavía hay un montón de cosas que se pueden ir sacando para dejar ese legado en la música, dejarlo lo mejor acomodado posible para que mis hijos me recuerden siempre.
8. Parecería que siempre habría que escribir una historia sin fin, ¿es así?
Al final, uno es lo que ha hecho en la vida y las decisiones que ha tomado. No me voy a arrepentir de nada, peor o bueno, celebrar todo eso y seguir construyendo el camino. Yo sigo para adelante.
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