AMANDA MIGUEL alista concierto en el Auditorio Nacional producido por ANA VICTORIA: “Como familia soñamos estar siempre juntos”
Texto: Alejandro Salazar Hernández Fotos: Ricardo Cristino, Cortesía
Amanda Miguel tiene una y mil razones para estar feliz. Atrás quedó el conflicto con su hija, Ana Victoria, luego de que en agosto pasado, ella y su esposo, Diego Verdaguer, desistieron asistir a su boda por cuestiones laborales. Tiempo después, el compromiso de la joven cantante se disolvió, y con sus padres emprendió en Estados Unidos la gira Siempre juntos, que ha fortalecido su relación. Ahora, una vez más bajo la producción de su retoño, la intérprete de aleonada melena se alista para presentar por segunda vez, el próximo 31 de mayo en el Auditorio Nacional, su espectáculo Solita y sin ataduras, preámbulo a los festejos por sus 40 años de carrera en los que promete echar la casa por la ventana. “NO ANDO SUELTITA TIRANDO LA CHANCLA POR AHÍ” De nuevo Solita y sin ataduras... Sí, y me siento feliz porque es un show que ha gustado mucho. Tiene un formato especial en el que nos acompaña una banda de cuerdas, metales... y por supuesto coros de gran calidad. También toco el piano, y a petición del público renovamos repertorio, porque estoy muy pendiente de lo que mis fans piden en redes sociales. Nuevamente lo produce mi hija, Ana Victoria, y estoy orgullosa porque lo hace profesionalmente muy bien. Es un show majestuoso, diría yo, renovado, a la altura del Auditorio Nacional, que es un escenario divino, de los más hermosos del mundo. También estoy muy contenta por la fecha; es viernes, día divino para trabajar ahí. Creo que será sold out (boletos agotados). ¿Es necesario para ti como artista darte un espacio y respirar sola? Sí, pero no en el sentido de andar sueltita, tirando la chancla por ahí. Simplemente aparezco en el escenario solita y sin ataduras a la hora de interpretar mi repertorio. ¿Eso cómo te cae personal y profesionalmente? Muy bien, porque también muchas personas me quieren escuchar cantar sola. Así está la opción de que pueden ver a Diego y a mí juntos, o a él solo, y ahora el formato Amanda, Diego y Ana Victoria. Se llama Siempre juntos, y lo presentamos con mucho éxito en Estados Unidos. El título Siempre juntos ¿es sentencia? ¿Se ven siempre así? No es sentencia, pero somos familia. Así siempre soñamos estar, así siempre lo quisimos Diego y yo. Es un show tan lindo éste de los tres juntos... Y no saben qué éxito ha tenido en todos lados. Es un muy buen concepto. Yo deseo que la gira se prolongue a México para recorrer la República Mexicana en familia. Además, es una buena oportunidad para demostrar que la relación familiar está restablecida después del exabrupto con Ana Victoria... Exacto. Pero ese asunto ya pasó, gracias a Dios. Ya ni recordarlo. Estamos bien, ¿para qué echarle leña al fuego? “SI DIEGO ME TIENE QUE CRITICAR, ¡ME DA CON TODO!” Cuando te presentas sola, como es este caso, ¿qué te dice Diego? ¿Es tu mayor crítico? ¡No, es mi mejor fan! El primer admirador de la lista es mi marido. Me dice: “¡Qué linda estás, Amanda!”, “cómo cantaste, ¡qué bárbara! Te aplaudo, estoy superorgulloso”. Y bueno, también si tiene que criticar, ¡me da con todo! Eso significa que sigue enamorado de ti, que sigue teniendo interés, como debe ser... Sí, está muy enamorado, pero es muy exigente en todo lo artístico: de cómo traigo el cabello, de cómo me maquillaron, de cómo me vestí, de cómo canté... ¡de todo! ¿Imagínense que no le importara nada, que me dejara salir como se me ocurriera? Pues punto y se acabó, ¿no? Es importante también para mantener encendida la llama del amor... Claro, y él está muy pendiente de eso. Mantener la armonía en un matrimonio es también un reto, ¿para ti ha sido fácil o difícil? Estoy tan acostumbrada a mi familia y la amo tanto que no podría vivir sin ella. Como quiera que sea, prefiero estar con ella que sola. La amo y quiero seguir con ella. Además, una trabaja para compartir con los suyos porque, claro, puedes ser muy famoso, tener mucho dinero, pero a la hora de salir de un show estás solo como un perro, nadie te cuida. La vida es un sueño; si tu sueñas bonito, todo se va cumpliendo. Es increíble, una maravilla. ¿Tu vida ha sido un sueño? Sí, claro. Y muchas de las cosas que han pasado no han sido tan fantásticas como una quisiera. Pero como las montañas: las sube uno, las baja y las salta. Las cosas que no son tan lindas son siempre para crecer; una tiene que aprender a crecer y a luchar con todo, porque siempre tenemos que buscar el triunfo no sólo para uno mismo, sino para todos, sobre todo cuan- do se trata de la familia. “ME SIENTO TRIUNFADORA” ¿Qué tan complicado te resulta renovarte artísticamente? Hay que trabajar muy duro, no queda de otra. Entregarse, producir, mejorar... invertir todo. Echar mano de la experiencia y conocimientos adquiridos con los años, aunque nunca puedes decir “ya sé todo”, porque todos los días hay algo más que aprender. ¿Qué te inspira como compositora? Todas las vivencias que hacen crecer espiritualmente a las personas: el sufrimiento, las alegrías, los agradecimientos, las relaciones, que a veces no son iguales, ¿verdad? Es difícil creer que alguien con tanto éxito hable de sufrimiento... Nadie se salva de éste, nadie está exento de sufrir. Siempre hay algo que nos toca vivir y dice uno: “Es una experiencia que no esperaba...”. ¿Cómo reaccionas cuando las cosas no te salen como quieres? Hay que aprender a aceptar, porque la vida es así: a veces una gana, otras una no gana tanto; a veces una medio pierde, a veces una sale medio lastimada, y una va aceptando. No se vale echarle la culpa a otros, porque una es siempre responsable de todo. Si las cosas no van bien son responsabilidad de las partes. Haciendo un balance de tu vida y carrera, ¿siempre has salido ganando? Sí, soy una triunfadora; al menos me siento así, una mujer segura, luchona, trabajadora, emprendedora, buena madre, buena esposa... Trato de hacer todo al cien. ¿Cómo pretendes celebrar tus 40 años de carrera artística? ¡Ah, todavía no lo tengo planeado! Es que apenas ahorita que estoy hablando con ustedes me está cayendo el veinte de ese tema; ¡son un montón de años! Se dice muy fácil, ¿pero quién los cumple? Sólo puedo adelantarles que voy a echar la casa por la ventana.