AMANDA ROSA nos presenta a su segunda hija, quien recién cumplió un mes de vida
TEXTO: LILIANA LEJARAZU FOTOS: HÉCTOR GARCIÁ
Apenas pasó la cuarentena y Amanda Rosa nos recibió en su casa para presentarnos a Allegra, su bebita, quien nació el pasado 30 de agosto en la Ciudad de México. Ambas se encuentran de maravilla, aunque la exconductora de Telehit reconoce que están en plena etapa de adaptación. Lo más difícil, asegura, ha sido dividirse entre Allegra y su primogénita, Antonia, de tres años, quien se ha puesto muy celosa con la llegada de su hermanita; sin embargo, la también vloguera brasileña sabe que esto es pasajero, y disfruta cada momento, al igual que su esposo, Pablo Mancuso, quien también estuvo presente para esta bella sesión de fotos.
“NACIÓ A LAS 12:50 DE LA TARDE DEL 30 DE AGOSTO”
Cuéntanos sobre el nacimiento de Allegra... Fue parto naturalísimo, literal, sin ningún tipo de intervención ni anestesia ni episiotomía... Empecé en la noche con molestias, y en la mañana ya tenía contracciones; por ahí de las 11:00 dije: “mejor me voy al hospital”. Seguro por ser la segunda, todo fue más sencillo... Pues yo pensé que iba para largo, pero como era viernes le dije a Pablo que mejor nos fuéramos ya al hospital; salimos y Pablo se perdió, para entonces ya me dolía cañón, entonces nada más lo veía con una cara de “te voy a matar cuando pueda hablar”. Llegamos al hospital a las 11:40, ya casi no podía caminar, fui al consultorio del doctor, me monitoreó y vio que tenía contracciones constantes y me dijo: “Tienes dilatación de 9 centímetros, vas a parir ya”, y nació a las 12:50 de la tarde del 30 de agosto. Entonces, Allegra salió rapidísimo... Con cuatro “pujos”. Me metí a la regadera, ahí se me rompió la fuente y me dieron ganas de pujar; pujé una vez en la sala de preparación, otra en el pasillo –casi nace ahí–, me metieron a un quirófano porque dijeron que ya iba a nacer, di dos “pujos” más y nació. Totalmente diferente al parto que tuviste con Antonia... Sí, con Antonia fueron mil años, traté de que fuera parto natural, al final no se encajaba, me tuvieron que anestesiar, me cortaron... Igual fue parto, pero me hicieron la episiotomía porque me tuvieron que meter un fórceps y todo fue mucho más denso, cansado y tardado. ¿Qué tal el dolor del parto natural? Es una locura, en ese momento dije: “ya, aquí me quedé”, porque el dolor es una cosa inimaginable, pero también es muy loco porque Allegra salió a las 12:50 y a las 4 de la tarde yo ya estaba de pie bañándome sin nada de dolor, y al día siguiente me fui a mi casa.
¿Te ha ido bien en la lactancia? Cuando la puse en mi pecho se me quedó viendo con cara de “¿eso qué?”, pero como a la hora se pegó y es- tuvo conmigo todo el tiempo; lo estuvo intentando hasta que pudo. La lactancia va superbién, hubo dolor los cuatro primeros días, pero no queda más que aguantarse y ahora todo es fácil. ¿Qué tal sus primeros días en casa? Es buena bebé, no me quejo, aunque claro que hay noches malas, pero ahora Antonia es mi dolor de cabeza, se ha portado terrible, se ha puesto celosa, siento que me odia de repente... A la bebé no le hace nada feo, pero pregunta: “¿cuándo va a crecer para jugar con ella?”, porque no le hace chiste que sea chiquita y que no hable. ¿Cómo has trabajado esos celos de Antonia? +Casi con manual, de estar tiempo con ella a solas; se pasa a nuestra cama y la dejo, pero va a ser un proceso, espero que no tan largo, aunque sí cansado... Yo ya estaba preparada, conozco a mi hija y sabía muchas historias de cómo se ponen los hermanos grandes. “HA SIDO CANSADO LIDIAR CON DOS” ¿Cómo han sido las noches malas con Allegra? Noches de reflujo, cólicos, que vomita, que le da dolor... Gracias a Dios no es la mayoría, es una mala, tres o dos buenas, pero uno sabe que es así el proceso, esperar que sea fácil es una tontera; el primer momento es pura adaptación y olvidas la rutina, los espacios de descanso y placer. Ha sido cansado lidiar con dos, muchas mamás me lo han dicho, pero obviamente cuando te toca dices: “¡es verdad, sí está fuerte!”, porque una llora y despierta a la otra, una tiene moquito y se lo pega a la otra y yo me desespero; todo el tiempo es estar compartiendo atención entre Allegra y Antonia, es doblemente cansando, pero doblemente satisfactorio.
¿De qué manera te ayuda Pablo? Pablo está en shock, apenas nos tocó que Allegra estaba gritando, Antonia gritando, el gato maullando... A las 4 de la mañana era una fiesta y Pablo y yo nos volteamos a ver como diciendo: “¿dónde nos metimos?”. Fue muy chistoso, pero ahorita anda preocupado porque va a estar viajando mucho; por lo pronto se irá una semana, ya les contaré cómo me va. ¿Colabora cuando está en casa? Sí, es superpapá, cambia pañal en la madrugada, ¡eso vale oro! Cuando vivíamos en Chile y estábamos con Antonia no teníamos ayuda en la casa y él hacía de todo, sabe perfectamente los tiempos que una mamila de leche materna puede estar afuera, ponerla en baño maría, sabe bañar a la bebé solo... ¿Ya regresaste a la actividad? Ya estoy regresando a mis eventillos de mamá con las marcas, que me encanta, yo sin trabajo me desmayo, ya me estaba poniendo loca en esta cuarentena. ¿Has retomado el ejercicio? Apenas empecé, contraté un entrenador personal y estoy yendo al gimnasio porque tengo que bajar como ocho kilos; no tengo rollo, quien me conoce sabe que soy bastante relajada con el tema, pero tampoco descuidada, entonces el ejercicio me hace bien para la cabeza. Más allá de los resultados, necesito sentir que mi cuerpo está activo y fuerte. Tras la llegada de Allegra, ¿tú y tu esposo piensan cerrar la fábrica de bebés? Sí, ya cerradísima, en febrero cumplo 40 años y no tengo plan de andar con 42 cambiando pañales, para entonces quiero estar divina, en una playa, tranquila... Estamos contentos con dos niñas, estaría lindo un niño, incluso dijimos que si en algún momento nos agarran las ganas, adoptamos uno, ya lo hemos hablado, pero volver a embarazarme, no. ¿Te piensas operar o Pablo lo hará? Lo quiero convencer, ¡manden tuits para convencerlo! Yo tomé hormonas toda mi vida, ahora le toca a él, a ver si se anima; es que luego los hombres tienen mucho miedo a la vasectomía, pero es justo que se la hagan, porque a nosotras siempre nos toca todo. Mientras llega el momento me voy a seguir cuidando normal, con una inyección que me mandó mi doctor. ¿Para cuándo el bautizo de Allegra? No bauticé a Antonia y no sé si bautizar a Allegra, tengo el plan de hacerles una ceremonia muy linda, algo como un ritual con gente cercana, no tanto el tema de la iglesia porque no la frecuentamos; yo estoy bautizada, aunque no tengo primera comunión ni nada, Pablo sí, pero no siento esa cercanía para hacerlo. Obviamente quiero bendecirles la vida, agradecer al universo por su salud y darles la bienvenida con su gente cercana, y estoy segura de que hay mucha que se haría cargo de ellas en caso de que algo nos llegue a pasar –toco madera–, pero cuando esté más grande Allegra, como de seis meses; además, tenemos el rollo de que yo soy de Brasil, Pablo de Argentina, mis amigos en México, otros en Chile, Antonia es chilena, entonces, ¿dónde bautizo a estas criaturas? Pero voy a armar algo padre porque se lo merecen mis niñas.