MACARENA ACHAGA y BÁRBARA LÓPEZ abren su corazón para contarnos qué hay detrás de los personajes de las “Juliantinas”, la pareja que dejó huella en la televisión mexicana
Texto: Gabriela de los Santos Fotos: Carlos Ruiz, Web
Juliana y Valentina se vieron por primera vez al cruzar la calle; desde ahí les fue imposible mirar hacía otro lado que no fueran sus ojos. Estos personajes dejaron huella en la televisión mexicana por contar la historia de dos chicas completamente enamoradas. Bárbara López y Macarena Achaga fueron las encargadas de dar vida a este relato de amor en la telenovela Amar a muerte y aquí te presentamos en exclusiva esta entrevista y sesión de fotos, donde demuestran la hermandad que viven fuera de cámaras, esa que pocos logran en la vida real. Un gran ejemplo de que las mujeres no necesitan estar en competencia porque unidas son más fuertes. “QUERÍAMOS TRADUCIR LO QUE ELLAS ESTABAN VIVIENDO” ¿Cómo fue su preparación antes de comenzar esta historia? MACARENA: Hablamos mucho antes de empezar a grabar, queríamos contar la historia de dos personas que se identifican mutuamente y se enamoran, que los sexos quedaran un poco de lado. Además, para mí lo mágico es que entre dos chicas hay siempre una conexión que va más allá. El cómo te entiendes, cómo te sientes y esa sensibilidad con la que te puedes comunicar muchas veces sin hablar. BÁRBARA: Esta relación tiene que ver mucho con la amistad, porque trasciende y esa es la base del amor. Era una responsabilidad muy grande para la pantalla chica... B: Fue un experimento de este lado porque no sabíamos qué iba a pasar y cómo iba a reaccionar el público, entonces no sabíamos qué tanto podíamos meterle de nuestra cosecha o si sólo dejarnos llevar. Al final, el resultado fue increíble. M: Pusimos cosas que no estaban en el libreto y lo fuimos construyendo para que se entendiera lo que estaba pasando. La responsabilidad más grande que nos tocó vivir fue la capacidad de traducir lo que ellas vivían y sentían, y lo logramos. ¿Qué pasó cuando se vieron como tendencia por primera vez en redes? ¿Se llamaron? M: Fue progresivo. Bárbara, ¿tú tienes recuerdo de un día en específico? Lo que pasa es que cuando creíamos que estaba todo en su máximo siempre llegaba otra cosa, todas las noches. Era impresionante y puedo decirte que nos ponía muy felices. B: Justo eso: ha habido tantos momentos que estamos muy agradecidas con las fans, fue una lección de confianza. “LA ESCENA DE LA ALBERCA ES ÉPICA” ¿Tienen alguna escena que recuerden que las haya marcado? B: La de la alberca, ¡es épica con el frío que teníamos! Y la de la regadera porque era otro escenario completamente diferente, ahí estábamos hirviendo. M: Así como nos ven de casuales estábamos temblado, eran toneladas de frío, no lo podemos explicar. Nos agarrábamos abajo del agua y decíamos: “¿Qué vamos a hacer?”, no podíamos dejar de temblar. Son escenas superdifíciles de hacer, estábamos muy concentradas y a la vez se cuidaba cada detalle; yo creo que ahí nos vieron sufrir tanto que en la de la regadera dijeron: “Mejor las quemamos”. Bárbara, siempre has dicho que es mejor ir a paso lento pero seguro; ya lo lograste, ¿cómo te sientes ahora? B: Por ahí dicen que los tiempos de Dios son perfectos y creo que es así. Siempre me decían que podía hacer cosas más grandes pero yo confiaba en mi proceso, le di mucho valor a cada paso que di, por muy pequeño que fuera, y todos te conducen al momento perfecto y por eso estoy aquí. M: Bárbara y yo platicamos mucho, sobre todo por las circunstancias en las que terminamos trabajando juntas, y lo definimos en una frase: “Los puntos se conectan para atrás y no para adelante”, la vida pasa y uno se cuestiona “¿por qué a mí?”, ya sea bueno o malo, en realidad la respuesta se ve más adelante y encontrarnos ahora hace que eso tenga sentido. Macarena, a los 15 años formabas parte del mundo de las pasarelas; ¿qué ves ahora al voltear a esa etapa? Si lo tuviera que volver a hacer tiene un lado hermoso, pero creo que las etapas no se tienen que correr; aprendí que se viven y a lo mejor se pueden desordenar, pero no evitar. Reconozco que me tocó enfrentarme a cosas para las que no estaba lista porque era una niña y no tenía las herramientas para lidiar con eso, ahora me cuestiono si pude haber tomado mejores decisiones; sin embargo, de eso que pasó hasta el día de hoy no tengo nada más que agradecer. “ENCONTRÉ A UNA AMIGA EN MACA” ¿Qué pasará ahora que ya no existen los personajes? M: Lo que pasó nos puso en un lugar donde queremos seguir contando historias de valores sociales, personajes que comuniquen. ¿Cómo es esta relación fuera de cámaras? B: Sincera, que es lo más importante, y eso hace que la química traspase la pantalla. Qué mejor si ya encontré una amiga en Maca, ¿por qué lo desperdiciaría si la vida nos puso? Es un momento tan importante en nuestras vidas que nunca vamos a olvidar. Sororidad es la palabra que nos define. M: A veces te enseñan a competir, ser mas fuerte, grande, ir primero y no importa lo que pase. En nuestro caso, esto no hubiera pasado la una sin la otra, “Juliantina” somos dos personas que en ningún momento vamos pasar sobre los derechos de la otra por el beneficio propio. Eso es algo muy va- lioso, un ejemplo generacional de hacer las cosas diferentes. Maca, ¿cómo fue grabar tu nuevo personaje, Pamela, sin Bárbara? Te juro que fue raro. Lo que pasó es que se grabaron en órdenes distintos, en una “peli” no tienes tantos meses para convivir y conectar. Lo bonito de Amar a muerte es que eran muchos meses y te vas conociendo. Aprendes a darle a la otra persona su espacio cuando no se siente bien y a apoyarla en todo momento. Bárbara, ¿ya estás lista para grabar un nuevo personaje? Sí, y me llevo mucho aprendizaje de Juliana. ¿Qué es lo primero que piensan cuando les dicen Amar a muerte? B: Suerte. M: Algo que nos llevamos para siempre. ¿Algo que quieran agregar? B: Gracias, Maca. M: Son tantas cosas... gracias, Bárbara. DETRÁS DE CÁMARAS. Para Bárbara y Macarena, estas fueron las escenas que más recuerdan, pues en la realidad sufrían por el frío en la alberca y en la regadera les pasó todo lo contrario: ¡ya que el agua estaba hirviendo!
