No ha sido fácil darle vida a su personaje.
Benjamín Rivero tiene 18 años de trayectoria, pero esta es la primera vez que se enfrenta a uno de sus más grandes retos, darle vida a un hombre que, en medio de una sociedad machista, oculta su orientación sexual.
Háblanos de tu personaje...
¡Estoy muy contento! Vengo de hacer siete personajes muy parecidos, ya que había interpretado puros villanos, y es muy padre hacer uno que tiene una preferencia sexual distinta a la mía, pues es homosexual.
¿Nunca habías interpretado a un gay?
En teatro sí, pero en televisión nunca, y menos en una parodia como ésta.
¿Ha sido difícil darle vida?
Sí, lo que pasa es que es muy fácil jotear, casi cualquier hombre lo puede hacer, lo que no, es hacerlo creíble y con respeto hacia las personas con esta preferencia sexual. Admiro a los gays y estoy tratando de hacer un personaje que, lejos de burlarse, los dignifique y así la gente pueda ver las virtudes que tienen.
Rafael Padilla es un gay de clóset...
Así es, pero la razón por lo que lo oculta es porque vive en un pueblo pequeño, con gente muy cerrada. Para acabarla, trabaja en una empresa llena de ingenieros, y por esto trata de mantener su vida personal en secreto. Aunque tarde o temprano la verdad saldrá a la luz (risas).
Por supuesto, tiene a su galán...
Sí, se llama Kike (Itza Sodi), y aunque trata de ocultarlo, su pareja quiere que todos lo sepan, porque él es un gay declarado, posesivo, abierto y al que no le importa el qué dirán. Estas cosas hacen todo muy divertido.
¿Habrá escenas de beso?
(Risas). Todos me preguntan eso, pero no. Lucero Suárez, la productora de la telenovela, me dijo que no es necesario que mi compañero y yo nos estemos besando para dar a entender que se trata de una relación gay, y estoy de acuerdo con ella. Con que interpretemos bien a nuestros personajes se entiende perfectamente que somos pareja. Además, es una telenovela que se transmite en horario familiar.
¿Qué dice tu esposa sobre el papel?
Mi esposa está feliz porque sabe que no me voy a besar con ninguna mujer, que no haré escenas de cama, vamos, ni siquiera habrá un kikorete (risas). Pero también está contenta porque sabe que es un gran salto en mi carrera, y hasta me ha ayudado a mejorar mi personaje ¡porque es psicóloga!
¿En serio? ¿En qué forma te ayuda?
Siempre platicamos acerca de todo, y el trabajo no es la excepción. Por supuesto aprovecho su experiencia para que me dé su punto de vista y me ayude a mejorar mis personajes.
¿Por qué te casaste con una psicóloga y no con una actriz?
Con tener un loco en la casa es suficiente (risas). Creo que es muy sano que uno de los dos no sea del medio porque eso te da equilibrio. Confieso que nunca tuve una relación seria con ninguna actriz. Tengo amigas y compañeras del medio, las quiero y las respeto, pero de lejos, porque definitivamente los actores somos una especie bien rara.
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