BERTÍN OSBORNE presenta su nuevo disco, En ese vaso, como tributo a su gusto por la música mexicana
Texto: Liliana Lejarazu Fotos: Ricardo Cristino
Aunque pertenece a la aristocracia española, e incluso tiene los títulos de Conde deDonadío y Conde de las Navas, Bertín Osborne tiene gustos mundanos y no abandona su amor por la música ranchera, por lo que lanza su sexto disco titulado En ese vaso. Pese a que canta acompañado de mariachi, confiesa que él no usa traje de charro por respeto, pero lo que no puede negar es ese fervor por las letras vernáculas, y en este álbum también muestra su vena de compositor. Aprovechamos la entrevista con el ibérico para preguntarle si volvería a hacer una telenovela, ya que en México se dio a conocer por su trabajo en Amor de nadie, y nos sorprendió con su simpática respuesta. “CANTAR CON DON PEDRO VARGAS FUE EL MOMENTO DE MI VIDA” ¿Por qué nació el amor por México?Porque tuve que soportarlo en mi casa cuando era un niño: mi padre, quien pensaba que cantaba como Jorge Negrete, entonaba todas las rancheras en casa a todo pulmón y nos tenía amargada a toda la familia (risas), así que me aprendí las canciones para que no las cantara él. Yo tendría unos 11 años y ya me conocía todo el repertorio ranchero. ¿Cuándo decidiste que querías cantar de manera profesional? El momento de inflexión musical más importante en mi vida fue cuando tenía 15 años. En la bodega de los Domecq, de los que yo soy pariente, hubo una fiesta familiar; éramos unas 80 personas y contrataron a don Pedro Vargas, y cuando él estaba a medio paso le dijeron: “Hay un chavalito ahí que canta muy bien”, me subió al escenario y me preguntó: “¿Qué te sabes?”. Le contesté: “¿Cuál quieres? Me las sé todas”, y canté México lindo y querido con él. Me miró sorprendido, y cuando cantaba él se me ponían los pelos de punta. Poder cantar con don Pedro Vargas fue el momento de mi vida y me enamoré de esa música. ¿Cuándo viniste a México por primera vez? Mi primer año como cantante, en el 82, pero la pasé muy mal en México. Estuve viniendo aquí tres años seguidos y no pasaba nada, no me pelaban, entonces llegó un momento en que estaba desesperado, ya decía: “¡No quiero volver!”, y mi gente me decía: “Bertín, tienes que seguir intentándolo”. Entonces me propusieron hacer una telenovela (Amor de nadie) y todo mundo me recuerda por eso. Después hice un montón de cosas, giras, palenques... ¿Es difícil abrirse paso en un género mexicano siendo español? Para mí no lo es, porque yo lo he mamado, me sé todos los giros que ha- cían Pedro Infante y Miguel Aceves Mejía. Claro que se ve que no soy mexicano, pero intento parecerlo cuando canto. Chucho Rincón, pro- ductor del disco, está encantado, me dice que este es el mejor disco que he hecho de rancheras. Así como cantaste con don Pedro Vargas, ¿en la actualidad te gustaría compartir con un grande de la música mexicana? Claro, y tengo que decir que Vicente Fernández Jr., si lo quiere, terminará siendo un grande de la música mexicana. Acabo de grabar un dueto con él y me impactó cómo canta de bonito. Puedo decir que Pepe Aguilar me encanta; Vicente padre es historia, pero él ya se ha retirado.