MARIO DOMM y PABLO HURTADO, de CAMILA, revelan que para ellos hay algo más importante que la música: su familia
TEXTO: GRISEL VACA
Desde hace 15 años, Mario Domm y Pablo Hurtado comparten las mieles del éxito gracias a Camila, agrupación que juntos formaron y que se ha ganado el cariño y el respeto del público. El dueto también ha sabido mantener su amistad abajo del escenario; fuera de los reflectores conviven como un gran familia. Hoy están de manteles largos por el estreno de su nuevo sencillo titulado Te confieso.
“NO NOS PROSTITUIMOS A CUALQUIER RITMO”
¿De qué trata Te confieso?
MARIO: De esa oportunidad de decirle a alguien lo que sientes y lo que piensas, a pesar de la moralidad en la que vivimos y de las reglas sociales. Desde mi punto de vista, el primer verso de la canción es el más fuerte porque es cuando habla de decirle a una persona la verdad en la cara, aunque no le guste. Te confieso es el aperitivo del disco Cianuro y miel, que sale el 17 de mayo y que sin duda es una confesión completa.
¿Por qué? ¿En el álbum hay temas más fuertes? M: Sí, hay canciones que son más du- ras, honestas y tajantes que Te confieso; de hecho, usamos el doble sentido en algunas de ellas. Creo que poner a pensar a la gente hoy en día es muy importante, y me parece interesante que la poesía sea el vehículo para hacerlo.
Hablando de poesía, ¿cuál es el proceso creativo de sus canciones, que son tan pegadoras? M: Para escribir cada álbum tardamos alrededor de cuatro años, y no es porque esté escrito así en un calendario, sino porque ocupamos un tiempo de añejamiento. Yo como autor necesito vivir ciertas cosas para después contar algo real y así poder conectar con la gente, no hay nada más poderoso que decir la verdad... Nosotros somos artesanos, no artistas, no nos prostituimos a cualquier ritmo, y tenemos mucho cuidado porque nuestro público nos ha seguido en estos 15 años gracias a que ha conectado con nuestra música. La gente no va a vernos, sino a escucharnos.
PABLO: Somos una banda que desde el principio ha hecho las cosas desde el corazón, por eso las canciones y la forma en que hemos trabajado es perfeccionista y cuidadosa. No tenemos mayores pretensiones que hacer arte, canciones que duren, que conecten en un nivel más profundo con la gente, de tal manera que cuando las escuchen 10 años después sigan transmitiéndoles algo. Ese ha sido nuestro objetivo siempre y va mucho más allá de un estilo musical o de una moda; se trata de un mensaje y de una forma de decir las cosas, eso lo hemos cuidado en cada disco, y éste (Cianuro y miel) muestra la evolución natural que hemos tenido.
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“HA SIDO MARAVILLOSO CONVERTIRNOS EN PAPÁS”
Arriba del escenario han alcanzado el éxito, pero ¿cómo se llevan fuera de él? M: Nos conocemos desde hace muchos años y no recuerdo una sola pelea o una discusión fuerte; aunque somos una banda que se ha sometido a mucho cansancio y estrés, siempre ha existido el respeto, y después de 15 años de tocar juntos me sigue gustando cómo toca Pablo, sigo gozando de su sonido y de sus ideas, con decirles que me fui a vivir a California y él se mudó al lado mío, eso habla de que somos amigos de verdad. Fuera del trabajo nos reunimos, hacemos carne asada, juntamos a los niños, nuestras esposas son amigas... por eso cuando la gente nos ve en los conciertos se da cuenta de que Camila somos dos y no uno y medio.
Por cierto, la paternidad les ha sentado bastante bien... P: Sí, ha sido maravilloso convertirnos en papás. Yo tengo una bebé de nueve meses que llegó a cambiarme la vida y todas mis prioridades. Ahora, más que nunca, Mario y yo tratamos de lograr un balance en nuestra vida, situación que no ocurrió anteriormente cuando hacíamos 25 conciertos en un mes y estábamos totalmente destruidos y desbalanceados... Para nosotros la familia es lo más valioso que tenemos, así que es importante no descuidarla y lograr un equilibrio.
M: Pablo tiene razón, decir “no” se vuelve un hábito; saber decir “no” con cariño es muy saludable, ahora preferimos hacer tres proyectos y hacerlos bien, que 10 y estar muertos en todos. Creemos que el éxito no son los premios ni las estatuitas, sino poder continuar motivados, creativos, seguir siendo amigos y con nuestras familias unidas de por medio. Eso es el éxito, lo demás es banalidad.