Carlos Ferro asegura que compartir con tantos niños en el set de Los Elegidos incrementó su deseo de tener un hijo
TEXTO: NAYIB CANAÁN FOTOGRAFÍAS: JAVIER ARELLANO, CORTESÍA DE LA PRODUCCIÓN
Durante seis meses, Carlos Ferro estuvo día y noche rodeado de pequeños actores en las grabaciones de Los elegidos, telenovela que lo trajo de vuelta a la pantalla con un rol menos intenso, pero eso sí, bien divertido. Tanto tiempo con estas estrellas infantiles convirtió al actor de 35 años en un papá “postizo” que ahora los ve como sus hijos fuera de los sets. Pero además, el artista nos revela sentirse muy emocionado con el resultado que ha tenido la producción en un horario que algunos calificaban de difícil. Ahora, el proyecto es todo un suceso de las tardes en las estrellas, y el nacido en Torreón se muestra orgulloso del resultado que disfruta la familia mexicana en pantalla. “ESTE PROYECTO ERA UN RIESGO” El público ha recibido muy bien la serie, debes estar feliz... ¡Claro! Es maravilloso; sin duda, este proyecto era un reto, un riesgo por ser algo nuevo, por estar en un horario difícil. Es otro formato, y la idea era atrapar y enamorar a este público que es el más exigente, el de los chavos, el de las familias. Afortunadamente la gente nos ha respaldado muy bien, ha sido de esas cosas que nos sorprenden, nos mantienen contentos y con mucho ánimo. Escriben mucho en las redes y existe ese efecto eco de recomendarla y se ha corrido la voz. Al final, lo que todos los actores buscamos es que a la gente le guste nuestro trabajo, esa es la estrellita en la frente. ¿Cómo asimilas el hecho de que ahora son los niños los que te paran en la calle para saludarte, cuando hasta hace poco eran sus mamás? Es muy rico el apapacho, es nuestro medidor, saber que gustó, que funcionó. De entrada sabíamos que era un desafío porque no había nada igual, era distinto, recuperar a los niños era complicado. Lo más bonito es ver cómo la gente habla del producto; siento que valió la pena arriesgarnos.
En parte, este tipo de proyectos te sirve para descansar del melodrama convencional... Yo creo que sí, y no niego que extraño los dramas, pero a mí lo que me gusta es chambear, hacer de todo un poco. Por eso no me estreso, siempre procuro escoger y pasármela bien cuando hago un proyecto. ¿Cuál es esa cualidad que compartes con Mario, tu personaje? Mario tiene algo bien chistoso que es el valor de la familia, ese es su superpoder, cómo mantiene unida a su gente, cómo la apapacha. Dice mentiras piadosas, pero por el bien de todos. Este es un personaje entrañable, muy bonito que se está ganando el corazón de la gente. [embed]https://www.instagram.com/p/B0ESpO5BYWD/[/embed]
“EN LUGAR DE TRABAJAR, ÍBAMOS A JUGAR” ¿Has vivido una situación así, en la que te ha tocado tomar el mando en la familia? A mí siempre me enseñaron que la familia es el apoyo y siempre debe estar ahí, en las buenas y en las malas, entonces, tenemos eso en común, el valor hacia nuestros seres queridos. Hay quienes dicen que trabajar con niños puede resultar complicado, ¿en tu caso lo fue? ¡Para nada! Fue una experiencia maravillosa, en este caso fue muy distinto todo. Mucha gente dirá que era doblemente difícil, primero por ser niños, y luego por los efectos especiales, pero me encantó porque la química de los García-García se nota en pantalla. Y el mayor mérito lo tienen los niños, porque nosotros en lugar de llegar a trabajar, llegábamos a jugar. Ese fue el secreto y por eso nos divertíamos tanto.
¿Cómo fue la relación con Sara Maldonado? ¿Antes de grabar se reunieron para definir personajes? Normal, llegamos, nos conocimos, empiezan las lecturas y todo fluye. Dejas que los personajes tomen el camino que deben tomar y así va surgiendo todo. Paso a paso surge la química, la complicidad de compañeros. ¿La conocías antes? No, no había tenido el gusto de conocerla.
“YO SIEMPRE HE SIDO MUY NIÑERO” Por ser una serie con tantos efectos, debe haber alguna escena que te haya marcado... Yo creo que las guerras de comida entre las familias eran maravillosas, siempre fueron improvisadas y la pasábamos muy bien. Había mucha libertad de jugar y vacilarnos en cada escena.
Aquí eres un superpapá, ¿te llegó a despertar ese instinto paternal? Sí, y me encantó compartir tanto con el niño que hizo el papel de mi hijo (Maximiliano Uribe). Así que algún día me echaré el mío (risas). Pero todavía no, será en su debido momento. Yo siempre he sido muy niñero. ¿Sientes que fue un ensayo previo? Puede ser, a lo mejor me tocaba practicar (risas). ¿Quedaste flechado con los niños del elenco? Completamente. Hicimos una gran química, todos son mis hijos. Nos encariñamos mucho, y ahora donde los veo les digo “hijos míos”. https://www.instagram.com/p/BzYhyxYBZRW/ “HAY QUE ADECUAR LA TV A LAS NUEVAS GENERACIONES” Siendo la versión de una serie española, ¿recurriste a la historia original aunque sea por curiosidad? No, no vi nada. Creo que se pierde la esencia; en este caso, la gente está comparando ambas versiones, hay quienes dicen que la mexicana está hecha con algunos cambios y les está gustando más. También está el tema de las épocas, Los protegidos fue hecha hace 10 años, así que ésta debió cambiar el ritmo, los efectos y hasta los personajes, porque creo que el otro Mario era más enojón. ¿Cuál es ese poder que tienes como ser humano? La ligereza, el poder reírme de las situaciones, creo que es un gran poder. ¿Nunca te quedas estancado en una situación negativa? Jamás, siempre le doy la vuelta a las cosas. Hay gente que se queda sentada a esperar que se resuelvan sus problemas... Es que se enganchan, pero yo prefiero mantener mi buen sentido del humor y de esa forma enfrentar el problema. SU PERSONAJE...
Mario es licenciado en Bellas Artes. Sueña con ser ilustrador de libros, pero se dedica a realizar retratos hablados en una agencia del Ministerio Público en la Ciudad de México. Perdió a su esposa en un accidente y se desvive por su hijo, Carlos. Mario se siente atraído por Jimena desde la primera vez que la vio.