Orgullosa de su trabajo como madre, CECILIA GABRIELA concede independencia a REGINA; confiesa no saber nada de MARCO URIEL
Texto: Grisel Vaca Fotos: Javier Arellano, José Luis Ramos
La hija de Cecilia Gabriela y Marco Uriel ya es una joven de 20 años que no quiso seguir los pasos de sus padres en la actuación. Regina decidió estudiar Psicología, y su madre está muy orgullosa. Platicamos con la actriz, quien actualmente participa en la obra Suertudotas dando vida a la señora Du Bois, y nos contó cómo le ha ido en la aventura de ser mamá, pues no tiene absolutamente ningún contacto con el padre de su hija. “MI HIJA DICE QUE NI LOCA SERÍA ACTRIZ” ¿Cómo está tu hija? ¡Muy bien! Estudia Psicología y quiere especializarse en neurociencias. Tener una hija universitaria es muy emocionante para mí, un gran orgullo. ¿Nunca tuvo inquietud de ser actriz? Para nada, dice que ni loca lo sería. Lo que pasa es que un día me acompañó a un ensayo de teatro y presenció un mal momento, cuando un director se enojó, nos regañó y nos gritó. Ella quedó en shock y me dijo que no podría dedicarse a la actuación porque no permitiría que alguien le gritara de esa manera. Lo importante es que tienes una buena hija, y en gran medida se debe a que has sido una excelente madre... Sí, soy una gran mamá. Yo decidí traerla al mundo, y una vez le dije: “Dame 20 años de tu vida en los que yo te pueda guiar, decir, educar... porque a partir de los 21 tú vas a tener el resto de tu vida para hacer lo que quieras”, y se fueron muy rápido. Regina ya cumplió 20 años el 2 de mayo, y ahora la veo o muy temprano o muy noche, porque tiene que hacer prácticas y está llena de trabajos y presentaciones. ¿Estás preparada para cuando decida volar del nido y hacer su vida? Me preparé y la vida me iluminó de muchas formas para poder guiarla en las cosas más difíciles, como en cuestiones de sexo, drogas y todo eso... Me preparé, porque a mi mamá le costó mucho trabajo dejarnos ir, entonces dije: “A mí no me va a pasar”, así que le dije a mi hija que había terminado mi instrucción básica, nos dimos la bendición y lloré mares. La verdad, duele mucho, no importa qué tan preparada estés.