CÉSAR ÉVORA filmó una película en República Dominicana luego de finalizar su papel en Ringo
Texto: Nayb Canaán Fotos: Jaime Nogales, Edson Vázquez
Ha sido el bueno que hace llorar, el padre protector, el sacerdote con hijos, el loco del pueblo y hasta el asesino que mata a medio elenco. César Évora experimenta todos los personajes que cualquier actor pudiera imaginar, y siempre está abierto a sumar otras profesiones “prestadas” que le den diversidad a su carrera. Tarde a tarde lo vemos en la telenovela Ringo, interpretando a Óscar “El Oso” Villar; ahí seduce como el entrenador del protagonista que sufre cada una de sus batallas. Pero haberle dado vida a un boxeador no ha sido la única aventura por la que ha transitado el artista en los últimos meses, ya que después de grabar la producción de Lucero Suárez, el galán de la voz seductora viajó a República Dominicana para filmar una comedia que se estrenará a mediados de octubre en la isla caribeña. “CANTÉ POR PRIMERA VEZ EN UNA TELENOVELA” Ha pasado mucho tiempo desde que terminaste de grabar Ringo, ¿qué hiciste después? Hace poco participé en la filmación de una película en República Dominicana, una comedia de bomberos, hago el jefe de la cuadrilla y ha resultado toda una experiencia hacer ese proyecto junto con Eduardo Yáñez y Eugenio Siller. Entonces, trabajo no te ha faltado... Me considero un hombre bendecido porque he tenido este trabajo y la oportunidad de demostrar lo que sé hacer, con la fortuna de que al público le guste lo que hago y eso es una gran satisfacción. No hablo desde el ego ni desde la popularidad, ¡nada de eso! Simplemente lo que se hace con amor, el público lo recibe con el mismo sentimiento. Te hemos visto cantando en la telenovela, ¿es la primera vez? Sí, primera vez que me toca cantar en una historia. Fue toda una experiencia y al principio no quería, pero la productora, Lucero Suárez, me dijo que probáramos. ¿Te divertiste? ¡Claro! Y me río de eso, lo sufro también. Es que el personaje es un músico frustrado, oye canciones y se le va la nostalgia. “NO PUEDO PARAR DE TRABAJAR” En tu caso, rumbo a los 60 años, ¿te has sentido frustrado por algo? No, creo que la vida me ha dado cosas maravillosas, he hecho lo que he querido hacer, estoy donde he querido estar y eso es una bendición. Tengo una familia maravillosa, entonces ¿qué más puedo pedir? Sólo quiero seguir trabajando porque soy un apasionado, no puedo dejar de trabajar. En Ringo ríes y lloras, ¿resulta difícil interpretar esos personajes que no tienen una sola línea emocional? Sí, para mí fue un reto porque el personaje pasa del drama a la comedia en segundos y viceversa. Obviamente resulta más fácil cuando tienen un perfil definido, entonces, darle matices tan opuestos al mismo rol se vuelve muy complicado. ¿Cómo se entrena un entrenador? Voy copiando a los que entrenan (risas). Es que aparte yo soy fan del boxeo; me encanta y tuvimos una preparación con Zaragoza, que es un gran boxeador, quien entrenó a todos los muchachos. ¿Cómo ves que ahora se haga una telenovela del boxeo, luego de haber sido tan criticado por años? Creo que se ha generalizado, se ha extendido esto del boxeo. Por ahí está una película con Sylvester Stallone llamada Creed, esto es lo mismo. Creo que el boxeo es la justificación para contar una historia romántica. Aquí no se trata de contar muerte, sangre, sino de contar el amor a través de esta disciplina. “HAY GOLPES QUE RESULTAN BENEFICIOSOS” ¿Qué has conseguido con golpes en la vida? No soy de dar golpes, pero la vida sí, y eso te enseña. A veces hay golpes que resultan beneficiosos. ¿Cómo ha sido la pelea de tu vida? Ha sido diaria. La pelea es cuidar a mi familia, protegerla. En un mundo tan violento, ¿todavía debemos seguir peleando? Al hombre le queda mucho por pelear, le quedan todavía algunas batallas, injusticia. Cuando la razón termina, aparecen los golpes. ¿Tú no te cansas de pelear? No, yo soy un peleador nato de la vida y seguiré así. Siendo el más bueno de la partida, ¿extrañas hacer maldades como las que hacía el recordado Federico de Abrázame muy fuerte? Bueno, esos personajes también los he disfrutado mucho. Un Federico para mí fue un malo divertido.