CONSUELO DUVAL, lista para el estreno de JULIA VS. JULIA: “Me da la oportunidad de demostrarles que mi carrera no está terminada, ¡que regresé!”
Texto: Berenice Villatoro Fotos: Héctor García
Este año es el de Consuelo Duval, como ella misma se lo cuenta a TVyNovelas; esto no sólo por su participación en la serie de Televisa Julia vs. Julia, en la que da vida a una actriz que ya está en lo último de su carrera y busca revivir sus anteriores glorias de la forma más cómica, un papel que es idéntico a ella, “aunque soy menos borrachilla”, sino también por tener dos películas por estrenarse y una hermosa familia. La intérprete, hija del cantante José Antonio Dussauge y la actriz Consuelo Vidal, recuerda, junto con nosotros, cómo fue que llegó a convertirse en una de las divas favoritas de la comedia para el público mexicano, así como su trabajo como madre y las cosas buenas y malas que existen en el espectáculo. “ES UN REGALO QUE ME LLEGÓ DEL CIELO” ¿Por qué decides participar en Julia vs. Julia? Porque es un regalo que me llegó del cielo, ya que era la oportunidad de demostrarles que mi carrera no está terminada, ¡que regresé! De verdad, Julia me eligió a mí para interpretarla, yo creo que nacimos juntas las dos. ¿Qué deben esperar las personas que vean este programa? No es el hilo negro, no es nada así, pero es una comedia con verdad, con honestidad, y en la que di el mil por ciento, en la que le demuestro a todos lo que he aprendido con mis grandes maestros Eugenio, Adal, Ari Telch, Adrián Uribe, José Elías Moreno, Otto Sirgo... que todos dejaron una huella en mi personalidad y en mi carrera que van a ver en Julia. ¿Qué fue lo que más te gustó de hacer Julia? ¡Que se parece mucho a mí! En todo, ya lo verán, aunque yo no soy tan borrachilla como ella. ¿Te basaste en alguna actriz para hacer este personaje? Sí, en una que me llamó mucho la atención. ¿Qué sigue en tu carrera? La temporada 2 de Julia, la temporada 3 de Julia; en la quinta ya Julia desaparece, pero siguen muchas cosas. Me han invitado para hacer otras series en otros canales, pero este año va a ser mi año. Dice mi papá, “años nones, años de dones”. “ME DIJERON QUE ESTABA MUY HOCICONA PARA HACER CINE” ¿Recuerdas cuál fue tu primer casting? Sí, fue para una película, pero me dijeron que estaba muy “hocicona” para hacer cine, que en la pantalla todo lo que se iba a ver eran mis dientes, entonces me metió un trauma de cine, pero afortunadamente eso ya no me pasa, y de hecho este año se van a estrenar dos películas mías. En ese momento sí le creí, fue muy doloroso y traumático. ¿Por qué te conviertes en Consuelo Duval? Porque mi apellido es francés y muy difícil de pronunciar, y cuando estaba en el CEA hicieron la propuesta de cambiarnos el apellido, y como yo tenía a mi tía que es María Duval, una gloria del cine nacional, dije: “Le voy a robar el apellido”. ¿Qué pensabas de esta carrera cuando eras una niña? A mí me encantaba ver la tele, me preparaba mis Miguelitos con limón y no hacía nada en la vida, ni la tarea, sólo ver la tele... Me encantaban las series de Mi bella genio, me transportaba y decía: “Yo quiero eso, yo quiero estar ahí”. Es un mundo tan mágico que me mantiene a la niña que llevo dentro, porque no me fijo en que una cámara está mal colocada, o cualquier cosa, yo sólo veo las cosas que me maravillan de este mundo. “MI PAPÁ NUNCA ME DIJO ‘NO LO HAGAS’” ¿Quién te dio tu primera gran oportunidad? Fue Carla Estrada con El privilegio de amar, y este personaje tan entrañable de Rosenda, a la que El Fresco le pegaba. ¿Qué recuerdas de Rosenda? Una escena que hice en un hospital, cuando él me pega en la ficción y yo digo: “¡Pero él me quiere, El Fresco me quiere mucho, mana!”, o cuando me pide perdón por la mad... que me metió. ¿Qué te decían tus papás, don José Antonio Dussauge (cantante) y doña Consuelo Vidal (actriz), sobre convertirte en intérprete? Nunca me dijo: “No lo hagas”, pero sí: “Ten una carrera alternativa, termina tu carrera y luego abócate a la actuación, porque si no funciona, tienes una carrera que te respalda”, pero no le hice caso, estudié dos semestres de Derecho y dije: “Perdón, pero yo de aquí no soy”. “YO QUERÍA HACER LLORAR, SER UNA LIBERTAD LAMARQUE” ¿Cómo decides hacer comedia en lugar de dramas? Yo no lo decidí, me lo decidieron, yo quería hacer llorar, ser una Libertad Lamarque, pero un día que estaba a punto de grabar una telenovela que se llamaba Confidente de secundaria, que dirigían Adriana Barraza y el maestro Sergio Jiménez, me habían dado 150 capítulos, me mandaron llamar de la oficina de un ejecutivo y me dijo: “No, te vas a hacer un programa que se llama La hora pico, y vas a seguir con La familia Peluche, te olvidas del drama”, hice berrinche, pero saliendo de ahí una señora me dijo que gracias a mí, su hijo había pasado de forma menos dolorosa su operación, entonces pensé: “El camino no lo elegí yo, me lo eligió Dios”. ¿Qué fue lo que más te gustó de hacer telenovelas? Todo. Me encantaba jugar a no ser yo, a ver llegar a los actores. Yo es- tuve desde chiquitita en Lo blanco y lo negro, con Lupita D’Alessio y Ernesto Alonso, e hice Yo compro esa mujer, con Gonzalo Vega; sí tengo mi historia, y todo esto me llenó de alegría y me gustaría mucho volver a hacer una. ¿Qué piensas de los remakes que están haciendo, como La usurpadora, en la que participaste? Me da miedo, es impresionante cómo estos nuevos actores están empujando así de: “¡Empiecen a retirarse!”, pero pues así es la vida; el mundo es cíclico y ya la hizo Gaby, y ahora la hará quien la tenga que hacer, pero estoy segura de que lo van a hacer muy bien, y ojalá que pongan el lenguaje de este tiempo, porque si siguen con Ricardo Alfonso, la gente les va a decir: “Ya crezcan tantito”. “SACRIFIQUÉ A MIS HIJOS POR EL TRABAJO, Y FUE DOLOROSO” ¿La maternidad te hizo bajarle a la actuación? No, al contrario, me hizo subirle, si no no comíamos, entonces, sacrifiqué a mis hijos por el trabajo; fue de lo más doloroso, pero el papá de mis hijos se fue y me quedé sin ninguna alternativa más que trabajar, los dejaba desde chiquitos con nanas... Esa parte me hizo sufrir, pero le subí al trabajo. ¿Cómo viviste el embarazo, tan hermoso como muchas mujeres dicen que es? No, para nada, me la vivía hipocondriaca, no podía dormir; cuando se dejaban de mover entraba en crisis existencial. No fue tan divertido para mí. Ahora eres la suegra platónica de muchas y muchos, ¿cómo ves en lo que se han convertido tus niños? Estoy muy orgullosa, emocionada de tener a los hijos que tengo, feliz. Quien quiere a mis hijos me quiere a mí, y sin duda, me quieren mucho. ¿Qué les dices de la fama? No hay necesidad de decirles, lo han visto con su mamá, han visto que es tan efímera como un meteorito, y que a veces tienes trabajo, a veces no, y saben que por sobre todas las cosas, en el mundo deben ser agradecidos con la gente que los ama, y que alguno de esos que los observa los ve como ejemplo, entonces, que no lo decepcionen. ¿Eres una mamá barco o una mamá estricta? Barquísimo, y a veces me pongo ruda, pero sólo cuando ponen en riesgo su vida. De ahí en fuera, que se diviertan.