DALILAH POLANCO se pone en los zapatos de mujeres que, como su personaje en POR AMAR SIN LEY, sufren de discriminación
Texto: Nayb Canaán Fotos: Rubén Espinosa, Photo AMC
La mayoría de sus personajes en televisión están vinculados a la comedia, pero en la segunda temporada de Por amar sin ley, Dalilah Polanco demostró que el drama también se le da muy bien, y más cuando sus personajes buscan dejar un mensaje en la audiencia. Durante varios capítulos, la actriz interpretó a Fanny, una lesbiana que pelea por la custodia de la hija de su pareja, quien murió sumergida en el rechazo de su familia debido a su preferencia sexual. “NECESITAMOS VER EN TELEVISIÓN MÁS REALIDAD” Protagonizaste un polémico caso homosexual en Por amar sin ley, ¿hacía falta desligarte un poco de la comedia en televisión? Sí, claro. Con “El Güero” Castro había trabajado en personajes que tiraban más hacia la comedia, pero ahorita, que me hayan dado un rol como éste, que es tan intenso, tan apasionado, me dio muchísimo gusto como actriz. Y bueno, como ser humano me parece correcto que se lleven a las pantallas casos como éste, para invitar a la gente a que vea que por amar sin ley se pueden quedar sin derechos, sin su familia, sin su casa. Es justamente lo que busca la producción, reflejar las situaciones que puedan pasar en la vida para que traten de remediarlas. ¿Y cómo? Haciendo las cosas de la manera legal, yéndose por la derecha. Yo sé que hoy día estamos en un mundo en el que no importa tanto el papel firmado, sino el amor que se tienen las personas. Pero hay que ser muy consientes de que en el caso de querer formar una familia, si no lo hacen de forma legal, pueden verse afectados los hijos. Se desbarata el núcleo familiar. ¿Este tipo de temáticas pertenecen a la apertura de los nuevos contenidos en la pantalla? Cualquier televisora tiene ahora el compromiso de presentar historias lo más cercanas a la realidad posible. Es que la gente no compra tanto esas historias de La Cenicienta. No dudo que puedan existir, pero será una entre millones. Lo que necesitamos ver en televisión es más realidad, sucesos que ocurran de verdad para que el público se sienta identificado y quiera consumir el producto. ¿Te has puesto en los zapatos de esas mujeres que son discriminadas por su condición sexual? Lo que les puedo decir es que me meto en los zapatos de cualquier ser humano que está siendo tratado injustamente por ignorancia, porque muchas veces pecamos de ignorantes. Tenemos que hacer las cosas por la vía legal para, por lo menos, tener un escudo que nos defienda de todo lo que pueda pensar la gente, porque ya vemos que cada quien jala para su lado, sin importarles absolutamente nada. ¿Estás de acuerdo con eso de que el amor es más fuerte que cualquier ley? Definitivamente, el amor es más fuerte que cualquier ley, pero el amor no te ampara a la hora de necesitar ayuda legal. “LAS LEYES NO DEBEN ETIQUETARNOS” ¿Cómo se deben replantear esas leyes para que mujeres como Fanny no queden desprotegidas? La solución es protegerse uno mismo. Yo invito a la gente a que vele por sus propios derechos; si tiene un hijo que no es consanguíneo, debe buscar respaldo legal para que luego no existan problemas. Uno no puede depender de nadie, porque si esperamos que la ley se toque el corazón para hacer las cosas justamente, eso no va a suceder. Las injusticias se dan porque uno no está enterado de las cosas como deben ser. La información es sinónimo de poder. Ya con eso te defiendes. La comunidad LGBT continúa siendo atacada, se le siguen negando derechos... Sí, y debe haber una ley para los seres humanos, para cualquier persona, sin etiquetarlos por su género o preferencia sexual. También mucha gente ha hecho que la escuchen; ya nadie se queda callado, y eso es bueno, porque hay gente que todavía le da miedo salir y exigir. Hoy día mucha gente se arma de valor y pide proteger a su pareja, y eso es lo correcto. ¿Cuáles leyes deben existir en el amor? El amor es punto y aparte. El amor no ve colores, no sabe de olores, religiones, extractos sociales. ¡Existe y ya! Sin embargo, el hombre y la mujer, como sociedad, necesitan siempre verse avalados por un papel firmado por alguna institución. Entonces, si necesitamos eso para hacer valer nuestro amor, pues que se haga. O sea, no hay que tener tapujos. Vivimos en un país que todavía juzga y señala, ¿cuánto nos falta crecer como sociedad? Nos falta crecer a todos y por todos lados. Todas las aristas que envuelven a un ser humano deben crecer, debemos buscar ser mejores personas, ser impecables en la vida. Eso nos hace falta, la impecabilidad, para aprender a respetar a cualquier ser vivo. “SIEMPRE ME ENSEÑARON A RESPETAR” Por la razón que sea, ¿te han discriminado? Desgraciadamente sé de mucha gente a mi alrededor que le ha sucedido. Pero gracias a Dios yo nunca he sido discriminada, o sea, no de manera que me afecte. ¿Qué debe hacer una mujer lesbiana, como tu personaje en Por amar sin ley, cuando alguien la ataca? Cualquier persona que sea víctima de una injusticia debe buscar ayuda, que la gente correspondiente a lo que le sucede le tienda la mano. Ojalá que todas las mujeres y hombres que sufren un caso como Fanny encuentren a un ser humano capaz, con el cono- cimiento de causa y efecto legal, que pueda ayudarles a salir del atolladero. ¿En algún momento rechazaste a alguien por no estar de acuerdo con su forma de ser? Desde que nací crecí en un ambiente inclusivo. Nunca he tenido una experiencia en la que le tenga que dar la espalda a alguien. Por eso siempre me enseñaron a respetar. Tengo una familia hermosa, crecí en Bellas Artes con mi padre como músico y mi madre como bailarina. He tenido la maravillosa oportunidad de convivir con gente de todos los colores, de todas las nacionalidades, de todas las razas y extractos.