DANIEL ARENAS, galán de Médicos, línea de vida, habla por primera vez de sus valores, pasiones y secretos ocultos

TEXTO: GABRIELA DE LOS SANTOS • FOTOGRAFÍAS: JOSÉ LUIS RAMOS, CORTESÍA MÉDICOS, LÍNEA DE VIDA, IG DANIEL ARENAS, ARCHIVO

A un mes de terminar las grabaciones de Médicos, línea de vida, Daniel Arenas no ve la hora de regresar a Colombia. El actor lleva 10 años viviendo en la Ciudad de México. El productor José Alberto Castro fue el primero en creer en él durante la telenovela Teresa, y hoy lo vuelve a hacer dándole un protagónico importante en su vida: el cirujano David Paredes. Daniel había decidido dedicarse un tiempo a estar con sus padres en su natal Bucaramanga, pues ya son personas mayores y anhelaba tener un cambio en su vida. Pero el destino le cambió la jugada y le puso en sus manos este personaje con el cual recuerda muchos capítulos de su infancia, adolescencia y adultez. Su padre y su hermano son cirujanos, y llegó el momento de que cada noche los personifique en la pantalla chica. El actor abrió su corazón para dejar en claro que la palabra fama no existe en su diccionario, entre más lejos esté, mejor. No le gusta la vida que gira alrededor de un personaje público, incluso él no se considera parte de ese mundo de celebridades. Ha recibido críticas, pero las ignora; aprendió con el tiempo, y por ello prefiere mantener su vida personal fuera de las cámaras. No está en una cueva, pero prefiere dejar todo en manos de Dios, en quien deposita toda su fe y su camino.

“MÉDICOS HA SIDO UN PROYECTO ARRIESGADO POR LA MANERA DE CONTARLO”

¿Cómo ha sido trabajar de nuevo con José Alberto Castro?

Con el Güero tengo un sentimiento especial, porque hace 10 años que llegué a México fue el primer productor que creyó en mí. En aquel momento fue un proceso largo para entrar a Teresa; recuerdo que me tuvo como tres meses o poco más en casting: me veía con Angelique Boyer, Fernanda Castillo... Me llevaba al foro a probar el apuntador y mil cosas. Finalmente, el día que me hicieron el video con Sebastián me dieron el visto bueno.

¿Qué sentiste?

Imagínense. Creo que fue muy generoso porque era un personaje im- portante en aquel entonces, y yo sé cómo son los procesos en nuestro ofi- cio; tuvo un voto de confianza en mí. Siempre quise volver a trabajar con su producción, son muy humanos y conscientes de que todos somos personas más allá del artista, que tenemos vida, problemas, ocupaciones, familia... Eso en particular tiene su gente.

¿Cómo ha sido esta nueva historia?

Me siento muy contento con ella, el personaje y lo que se ha logrado. Un proyecto arriesgado por la forma en que lo hemos contado, plasmado en las puestas de escena, musicalización, los casos. Me he sentido pleno y feliz.

¿Qué pasó por tu mente al entrar otra vez al foro en el que trabajaste 10 años atrás?

Muchas cosas positivas. Tanto ellos como yo hemos vivido proyectos importantes. Cuando me hablaron el año pasado para decirme que me estaban contemplando, deseaba que se diera volver a ver a todos (es muy fiel su gente) y entrar a su foro; reencontrarnos ha sido una alegría muy grande que siento todos los días.

“QUISE DARME UN POCO MÁS DE TIEMPO CON MIS PADRES”

Ya estabas en Colombia, ¿no?

El año antepasado terminé mi contra- to con la empresa, y por voluntad propia quería generar cambios en mi vida, darme un poco más de tiempo con mis padres, que son mayores; quiero disfrutarlos al máximo hasta que Dios me los permita tener, y eso implica estar más en mi país, en mi casa.

¿Qué pasó?

Estaba abierto a lo que Dios pusiera en mi camino, hice avances en varias empresas y conversaciones para varios proyectos en Colombia, Miami, Argentina... En eso entró la llamada de esta producción, y todo estaba puesto sobre la mesa.

¿Qué hiciste en ese tiempo libre?

Quería tener esa libertad de poder estar desconectado tres, cuatro o cinco meses, pero conectado a mi trabajo, porque disfruto mucho lo que hago, y así lo hice. Estuve desde noviembre de 2018 hasta agosto de 2019 en mi casa, con mis hermanos, amigos, sobrinos... Son tiempos muy lindos. Ya luego regresé a este proyecto.

¿Cómo fue reconectar con tu gente?

Nunca me he desconectado del todo; hago un proyecto seis meses y me voy. Vivo en mi propia casa desde hace muchos años, pero voy a la de mis padres todos los fines de semana, somos muy unidos. Eso para mí es muy valioso, y es muy duro estar aquí por no contar con eso en mi vida.

“INTERPRETAR A DAVID ME PERMITIÓ ENTENDER MÁS A MI PAPÁ”

¿Qué te ha enseñado David Paredes?

Es un personaje muy importante para mí. Mi padre fue cirujano toda su vida, y mi hermano mayor también ejerce. Meterme en la piel de su profesión ha sido una experiencia muy enriquecedora porque ahora entiendo más a mi papá; de niño no entendía que se iba y no regresaba, llevaba muchas horas ausente.

¿Qué recuerdas de esa infancia?

Fue feliz, estable y amorosa. Mi pecho se inflaba cada que llegaba al hospital donde trabajaba, y saber que mi papá era el cirujano del lugar. Me presentaba con sus colegas, empleados... Eso yo lo tengo desde él. Siempre me ha tomado en cuenta con todo el mundo, y eso se lo aprendí.

¿Cómo eran tu hermano y tu papá con esta profesión?

Mi hermano es muy cuadriculado; mi papá siempre fue muy humano, sensible, hacía las cosas de corazón. Alguna vez, hace muchos años, tuvimos una experiencia en la familia: vi cómo opinaban y reaccionaban diferente. Son de la misma sangre, casa, formación, pero cada uno con su forma de ver la vida diferente. Eso lo lograron los libretistas de esta historia.

Te tocó interpretar un personaje muy impulsivo...

He aprendido que todo lo que somos hoy en día es el resultado de lo que vivimos en la infancia. David es un personaje muy humano, pero mostrará su lado sensible, una persona ávida de amor y atención; eso nos pasa y no lo sabemos. Mucha gente se va a sentir identificada con él, y es increíble que lo mostremos. Hay gente que es seria, amargada, cerrada, y es porque tuvieron cosas que los hicieron así y nadie se ha atrevido a romper ese cascarón.

“JAMÁS ME HE CREÍDO EL CUENTO DE SER FIGURA PÚBLICA”

¿Cómo es Daniel fuera de cámaras?

Soy el mismo en todas partes con mi jefe, papás, vecino... Hace parte de mi esencia. Yo no cambio porque tengo al dueño de todo o a mi amigo con el que juego desde niño. Tengo algunas cosas de David, soy bastante serio a veces, exigente en mi trabajo, muy cuadriculado para unas cosas y relajado en otras. Tranquilo, sencillo... No me creo que trabajo en lo que trabajo.

¿Qué haces para equilibrar esa parte siendo una figura pública?

Jamás me he creído el cuento de ser una figura pública. Sencillamente no reparo en todo lo que pasa alrededor. Vivo tan desconectado de lo que se dice, trato de no engancharme y no vivir al pendiente de qué pasa. Si alguien quiere hablar mal de mí, que lo haga y que Dios lo bendiga.

¿Cómo hacerle para que no te afecte?

Hay gente ignorante que insulta y agrede, pero yo a eso no le pongo ni el más mínimo cuidado desde hace mucho tiempo.

“NO ME GUSTA SER FAMOSO; MI PRIORIDAD ES MI VIDA PERSONAL”

¿Es difícil llegar a ese punto, en el que no importen las críticas?

Claro, pero cuando tienes bases sólidas, a Dios en tu corazón y un hogar con cariño, amor, tolerancia, abrazos y gestos de cariño, esas cosas te pasan por los lados. Jamás me han importado ni me importarán, y créanme que han dicho cosas que dice uno: “¡Dios santo!”.

Han dicho que eres de carácter fuerte y pesado...

Sé que es parte de esto y de este ofi- cio, por eso soy el menos presente en todo lo que está alrededor. Nunca me verán en eventos, no me gusta ser famoso. Yo trabajo porque me apasiona el oficio como tal.

Te hemos visto en escenas de acción en moto, ¿ya sabías manejarla?

Sí, tuve moto más chavo, pero un día un carro no frenó en un semáforo y me tumbó, a partir de ahí le tengo mucho respeto. Para las escenas que hemos grabado les he dicho que tengamos mucho cuidado.

¿Por qué?

Es una moto ching..., pero pesa media tonelada y con un motor más grande que el de mi auto. Grabamos unas escenas en el Ajusco, donde va rápido, pero se toma- ron todas las precauciones e íbamos con una pequeña grúa.

Te queda casi un mes de grabaciones, ¿ya te empezaste a despedir de David?

Es duro, porque nos faltan muy pocos libretos por recibir. Siempre me da nostalgia, pero mi prioridad es mi vida personal, familiar, amigos... No veo la hora de terminar, estar en casa, disfrutar a mis papás... Ese soy yo, no soy de esos actores que se quieren enganchar en otro proyecto, eventos o en teatro. Hay que darle prioridad a lo importante.

¿El amor? ¿La familia? ¿Los hijos?

Si llegara, tampoco lo comparto porque es algo muy privado, pero en su momento, si llega a pasar, la gente se enterará. Tampoco vivo en una cueva, pero vamos a ver, lo que Dios quiera.