DIEGO DE ERICE asegura que algunos amigos le han dado la espalda ante su éxito como conductor del programa INSEPARABLES
TEXTO: LILIANA LEJARAZU FOTOS: RUBÉN ESPINOSA, JAVIER ARELLANO, CORTESÍA
En la fama y el éxito no todo es miel sobre hojuelas. Eso lo sabe Diego de Erice, quien tras su debut como conductor en el reality show Inseparables, no sólo tuvo que dejar su vida en México por dos meses y pasar jornadas extenuantes de trabajo de 20 horas, sino que además se ganó las envidias de colegas, incluso, algunos que se decían sus amigos. Pero lejos de molestarse, lo toma con filosofía, y nos asegura que la envidia es sólo una admiración mal enfocada. También nos cuenta lo feliz que está por los altos ratings de Inseparables. “A VECES EL ÉXITO LE INCOMODA A MUCHA GENTE” Te hacíamos todavía en Colombia con Inseparables... Acabo de regresar, y fue maravilloso volver y toparme con esa aceptación del programa, porque estando allá era todo de oídas; como grababa 20 horas al día no había podido ver los capítulos ni había visto la respuesta de la gente. Llegar a México y toparme con ratings de 2.3 o 2.1, que es por arriba de lo que traíamos en Me caigo de risa, que era entre 1.8 y 1.9, es increíble. ¿Te esperabas este éxito en tu debut como conductor? No, pero estoy feliz de la respuesta de la gente. Me honra que me pongan en encuestas junto a conductores que llevan toda su vida conduciendo, y no me está yendo mal en los resultados; obviamente llegué y hubo envidias. ¿Envidias de parte de quién has tenido? De mucha gente, incluso de personas que yo decía: “¡Eras mi cuate, ¿qué pasó?!”. Y pues no, a veces el éxito le incomoda a mucha gente, pero es normal. Aunque sí se siente gachito, lejos de molestarme, siento que la envidia es admiración mal enfocada. Pocos saben que también irte fue un sacrificio... Totalmente. De entrada, dejar toda mi vida por dos meses para irme a Colombia, grabar 20 horas diarias, de verdad sumarme, ponerme la camiseta y decir: “No hay horas de comida, no hay días de descanso, hay poco sueño, pero hay mucho corazón y muchas ganas de hacer esto”. Las primeras veces no se olvidan, esta es la primera vez que conduzco, y no podía ser más que magnífico ese esfuerzo.
¿Cómo te sentiste en la conducción? Contento y feliz. Lo platicaba el último día de grabaciones; se acercó el jefe de iluminación, los dos productores y la gente de contenidos y me recordaron cuando el primer día me pusieron el micrófono y me dijeron: “¡Vas!”, y les contesté: “¡Espérenme! Es que nunca he conducido”, y se escuchó un: “¡No! ¡Uff!, seguro nos van a dar las mil aquí”, pero grabé la primera escena en una toma y al final me dijeron: “Diego, nos sorprendiste a todos”, y yo también me sorprendí. “PENSÉ: ‘SI LA CA..., CÁ... EN GRANDE. SI LA ROMPES, RÓMPELA EN GRANDE’” ¿Alguien te aconsejó para que tuvieras un mejor desempeño como conductor? No, eso fue horrible y maravilloso. Yo le dije a la producción que me mandara a Colombia dos días antes porque quería hablar con mi director; nunca había conducido y quería saber qué línea querían que llevara: seria, cercana... y me dijeron: “Sí, vete un día antes”, y resulta que no había director, sólo un director de cámaras. Así me aventaron al ruedo, y entonces le imprimí mi sarcasmo, y eso me hizo el trabajo divertido y ameno, me dejé sorprender. Pensé: “Si la ca..., cá... en grande; si la rompes, rómpela en grande”. ¿Quisieras continuar trabajando como conductor? Curiosamente, un día que la productora de Inseparables no estaba porque se había ido a Los Ángeles a un screening, grabamos un talk show con los participantes y les saqué mucha información. Ella me dijo: “Diego, te tengo que poner un talk show. Ya me dijeron 15 personas de la producción”, y yo: “¿Cómo?”. Y todos los de producción comentaron: “Es que cuando hiciste esa prueba del talk show los hiciste reír, llorar, les sacaste información que no querían decir”; entonces, ese podría ser el siguiente proyecto.
“IRÁN CASTILLO Y YO NO ÉRAMOS AFINES” Diego de Erice nos contó que su noviazgo con la actriz no funcionó, y que antes de irse a Colombia a grabar Inseparables terminó su relación. “DECIDIMOS TERMINAR POR LA PAZ” ¿Qué pasó con Irán? ¡Uy, ya llovió! Esa relación la terminé antes de irme a Colombia. Definitivamente, irte a un proyecto con relaciones, siento que es muy raro. ¿Fue por Inseparables que cortaron? No, decidimos terminar la relación antes. Yo ya traía el proyecto entre manos; de hecho, ya se lo había platicado. Le dije: “Me voy a Colombia. Este proyecto lo voy a hacer sí o sí”. Luego ya venían caminando ciertas decisiones para terminar, y bien, no hubo drama, florerazos, ni nada. Me daría gusto poder contarlo así porque daría más carnita, pero no. Como gente civilizada y ya bastante grande y achacosa decidimos terminar por la paz. ¿Pero por qué terminaron? No éramos afines. Como amigos la llevamos muy bien, pero como pareja no tanto. Todo pasa por algo, ahorita mi agenda de trabajo está tan saturada que qué bueno, porque a mí me gusta dedicarle tiempo a todo, entonces, estar en una relación que no puedo disfrutar, pues no. Uno busca las relaciones para crecer, no para malcuidarlas, entonces, regreso al workaholic.