HARRY y MEGHAN MARKLE, los Duques de Sussex, en el ojo del huracán; gastan mucho, rompen las reglas del protocolo y tienen dividida a la Corona inglesa
Texto: Marcela Sánchez Greene Fotos: Getty Images, Grosby Group
Desde que comenzó su historia de amor, el príncipe Harry y Meghan Markle, los Duques de Sussex, han roto algunas tradiciones de la Corona inglesa que han estado arraigadas por siglos. Entre ellas están las muestras de cariño en público y el deseo de dar la bienvenida a su primogénito en la privacidad de su casa en lugar del Hospital St. Mary de Paddington, donde han nacido la mayoría de los bebés reales, además de querer criarlo en su nuevo hogar en Frogmore Cottage, en Windsor, al cual se han mudado recientemente y cuya remodelación costó alrededor de cuatro millones de dólares. El bebé Sussex también hará historia, ya que se convertirá en el segundo miembro de la realeza inglesa en ser birracial; el primero fue el hijo de la reina Charlotte, quien nació hace 200 años y tenía una mezcla caucásica y africana. A diferencia de su hermano, el príncipe William, Harry siempre ha tenido un carácter más rebelde y muchas veces ha pasado por alto lo que dicta la Familia Real. Aquí te presentamos algunas situaciones que tienen dividida la opinión entre los súbditos de la Corona inglesa, ya que hay quienes los aman y quienes no están de acuerdo con su manera de actuar.
ALEJADOS DEL PROTOCOLO El Palacio de Buckingham emitió un comunicado en el que anunciaba que los Duques de Sussex agradecían todas las muestras de cariño de la gente, pero deseaban mantener en privado los detalles del nacimiento de su primogénito. Como era de esperar, una serie de rumores se han desatado alrededor del tan esperado acontecimiento; uno de ellos es sobre la posibilidad de que Meghan dé a luz en su casa o en el hospital Frimley Park, a diferencia de su cuñada, Kate Middleton, o su suegra, la fallecida Lady Di, quienes parieron en el Hospital St. Mary. Otra de las tradiciones que posiblemente van a romper es no realizar el posado oficial, la fotografía que se toma en la puerta del hospital, donde la pareja muestra públicamente al bebé. EDUCACIÓN DIFERENTE El sexo del bebé es un secreto bien guardado por la Casa Real inglesa, pero Meghan es bien conocida por ser feminista, así que durante una entrevista con la revista Vanity Fair, mencionó que criará al bebé sin ningún estereotipo de género, con el fin de que sea él o ella quien encuentre su propia identidad. Aunque un portavoz de la familia real negó estas declaraciones, todos saben que Meghan tiene ideas liberales que chocan con la parte conservadora de los británicos.
Es bien sabido que Meghan es vegana, y ahora también el príncipe Harry, por lo cual se deduce que criarán a su hijo bajo este estilo de vida. Lo anterior no tiene muy contenta a la reina Isabel II, quien practica y disfruta la caza de animales. Uno de los pocos detalles que se han revelado en cuanto a la llegada del bebé es que para decorar su habitación, eligieron a la compañía Organic & Natural Paint Co., que es proveedora de pintura vegana mezclada con aceite de eucalipto. GASTOS EXCESIVOS Meghan Markle puede parecer contradictoria con lo que predica y lo que hace; por un lado está involucrada en varias causas sociales que luchan en contra de la desigualdad económica, y por otro, desde que se convirtió en la prometida del príncipe Harry, ha realizado gastos excesivos, rompiendo la regla de oro que se basa en no desplegar su riqueza ante los británicos. Meghan es llamada la “Duquesa de los Excesos”; tan sólo en 2018 gastó más de medio millón de dólares en su vestuario, y el baby shower que celebró en Nueva York rodeada de sus amigos costó aproximadamente 400 mil dólares. La mencionada fiesta, a la que acudieron 15 de sus mejores amigas, fue en el Penthouse Suite del hotel The Mark, que está compuesto por cinco habitaciones, seis baños, dos bares, un comedor, cuatro chimeneas y una terraza que cuenta con una de las vistas más espectaculares de Nueva York. Una noche en este lugar cuesta alrededor de 75 mil dólares.
La pareja se hospedó en la Long Room, cuyo precio por noche es de 17 mil 400 dólares, y cuenta con cocina, chimeneas y una hermosa terraza en la que Meghan pasó tiempo en una mecedora disfrutando del paisaje.