EDUARDO SANTAMARINA volvió a ponerse a dieta gracias a la motivación de MAYRÍN VILLANUEVA y sus hijos: “Había tirado la toalla”
Texto: Gabriela de los Santos Fotos: Edson Vázquez
Eduardo Santamarina decidió que a sus 50 años tenía que hacer las pases con la báscula. Esta relación no ha sido la más fácil, pues en ocasiones anteriores, el actor ya había intentado llegar a su peso, “cuestión de salud”, aseguró. El originario de Veracruz recuerda que durante su infancia el pan dulce era esa pieza que no podía faltar en la mesa, y aunque no lo reprocha, afirma que esa es una de las cuestiones por las que hoy en día no se puede alejar de los postres. La semana pasada estuvo como invitado especial en el programa Me caigo de risa; lo vimos muy activo en los retos, y también muy aplicado con la dieta que ahora lleva, pues al llegar al camerino lo primero que hizo fue sacar un tupper con apio y piña, como un niño a la hora del recreo. “YO ME TIRO, AVIENTO Y DISQUE BAILO” ¿Ya habías ido al programa? Yo no, Mayrín ya. Pero lo vemos en casa con nuestros hijos, nos gusta mucho; la verdad es que la pasé increíble porque pude sacar al niño que llevo dentro. Fue mucho trabajo físico... Sí, yo soy de los que me tiro, aviento y disque bailo, quieto no me quedo. ¿Te costó trabajo? Sí, por la condición, acaba uno con la lengua de fuera. A lo mejor mañana ya no aguanto la espalda, pero en ese momento, la adrenalina es tanta que no duele. Hay un desgaste físico, pero se disfruta tanto que no sientes el cansancio. ¿Cómo son estos momentos cuando se sienta toda la familia? Padrísimos porque nos unen, son programas para todas las edades y los disfrutamos desde Julia, que es la más chiquita, hasta yo, que soy el mayor. “ME SIGO SINTIENDO CHAVO” ¿Qué te dicen cuando te ven haciendo ese tipo de retos? Les da pena ajena, pero siempre he sido atrabancado, ya me conocen. Dicen: “Seguro mi papá va a hacer esto”, “¡Ay papá!”, pero les gusta, les da alegría también.