ERASMO CATARINO habla por primera vez de la tragedia que ocultó durante nueve meses: “Falleció en mis brazos”
Texto: Alejandro Salazar Hernández Fotos: Ricardo Cristino, Edson Vázquez
El 5 de agosto de 2018, la vida dio otro duro golpe a Erasmo Catarino: su mamá, Catalina Delgado, falleció víctima de esclerosis múltiple, padecimiento del sistema nervioso que la mantuvo postrada en cama casi un año. El ganador de la cuarta generación de La Academia y su familia manejaron con discreción absoluta la pérdida, y afrontaron el duelo en total intimidad, de la misma manera que en 2013 solventaron un caso de secuestro y extorsión en el que, entre otras cosas, él perdió parte de los tres millones y medio de pesos que obtuvo como premio en el reality show. Sin digerir aún el trago amargo, el Conde de Xalpatláhuac, Guerrero, reaparece en la escena musical con Jugué a perder, tema de su autoría recién lanzado en video en plataformas digitales. Además, este 3 de mayo le abre presentación a Marco Antonio Solís en Cuernavaca, Morelos, sin dejar de lado sus presentaciones personales y compromisos de su empresa productora, EC Music. Con voz entrecortada, el cantante de origen indígena habló por primera vez del dolor y pendientes que dejó su madre, pilar indiscutible en su vida y carrera, quien le ha hecho entender la contundencia de que “todo tiene remedio, menos la muerte”. “NO QUISE SACAR PROVECHO DE ALGO TAN DOLOROSO” Lamentamos la noticia que nos das, ¿por qué no la diste a conocer cuando ocurrió? Es un asunto que no quise mezclar con mi carrera; siempre he procurado no estar metido en escándalos, y tampoco quise sacar provecho de algo tan doloroso. Mis hermanos y yo lo vivimos lo más íntimamente posible, tratando de que el dolor sanara poquito a poquito. Si algún medio lo publicó, no se enteró por mí. En algunas entrevistas de televisión me ha ganado el sentimiento con algún tema, pero... es difícil. La muerte de mi madre duele mucho... Sobre todo por la manera tan dolorosa en que se dio... Sí, una enfermedad que ataca el sistema nervioso y desgasta lo que cubre las células nerviosas y las deja expuestas. Es como si a los cables de una instalación eléctrica se les desgastara el plástico y el cobre quedara expuesto; al chocar uno con otro genera una parálisis total. Mi madre no se merecía eso... Fue una guerrera, luchó hasta el fin... Por duro que sea, hay que seguir adelante, sobre todo porque a ella nunca le gustó verme rendido. Cuando le decía: “Mamá, tengo este problema”, me respondía: “No te preocupes, hijo, vamos a hacer esto y lo vamos a resolver”. Ya pasaron casi nueve meses y no ha sanado la herida ni se ha calmado el dolor... ¿Cómo la acompañaste en este proceso? Primero estuvo en un hospital tres meses y la dieron de alta. Me pidieron acondicionar una habitación y una cocina; se compró lo que pidieron con la esperanza de que se recuperara, pero no se logró... Con esa esperanza la tuve en mi casa de Cuernavaca ocho meses, pero un día soñé que ella caminaba en el centro de Tlapa y me reclamaba por no llevarla a su casa. La llevamos allá el 2 de agosto; al llegar ahí sonrió, lo que no había hecho en por lo menos dos meses. Pareció decir: “¡Por fin estoy en casa!”. Al segundo día se puso mal, le empezó a faltar oxígeno y la estabilizaron. La noche del 4 nos acompañaron dos de sus hermanos y dos primos; como a las 8 de la mañana del 5, una hora después de que se fueron mis familiares, mi madre falleció en mis brazos. Dentro de su gravedad, ¿te dijo algo? Antes me pidió hacerme cargo de mis hermanos, aconsejarlos, apoyarlos, y con mucho gusto asumo esa responsabilidad, pero el que no esté ya ella es difícil... Mi madre siempre estuvo conmigo, ayudándome, apoyándome; si yo tenía un problema, con hablarle sentía que se resolvía por muy fuerte que éste fuera. También me enseñó a administrarme, a ahorrar; siempre me decía: “Hijo, el día que se acabe esto, ¿qué vas a hacer?”. ¿Cómo está tu papá después de esto? Bien, no tiene ningún problema. Él se separó de mi madre hace un buen rato, pero todos los hermanos nos respetamos, no hay ningún problema con ellos. Gracias a Dios, todos están sanos, cada quien tiene su trabajo, pero en lo que puedo, ahí estoy con ellos. “CONCRETARÉ SU SUEÑO DE CONSTRUIR UN HOTEL” ¿Cómo has vivido el duelo? En estas vacaciones de Semana Santa me tocó ir por primera vez a su casa y fue muy triste. Me reuní ahí con mis hermanos. Al llegar sentí su ausencia, porque siempre que íbamos nos recibía con unas tortillitas, una salsita, un molito o lo que hubiera en casa... era muy bonito. Mi hermana nos preparó de comer y nos llenamos de sus recuerdos, de todos esos momentos chuscos y alegres que nos tocó vivir con ella. Sus hermanos, mis tíos a los que quiero mucho, nos han cobijado, nos han apoyado; siempre ha sido así. Mi madre fue una gran mujer y su ausencia es enorme, no la podemos superar. ¿En qué te apoyas para recobrar el ánimo y salir adelante? En mi familia. Mi esposa y mis hijos son un pilar importante para mantenerme en este trabajo que a veces es tan banal, tan superficial. Hay que administrarse y estar consciente de que en cualquier rato se puede acabar. Trabajas en algo que no existe realmente; cada proyecto es un sueño, y todos a los que les apuestas no sabes cómo van a terminar. ¿Has soñado con tu mamá? Cuando estuvo en mi casa la soñaba cada tres o cuatro días; soñaba que se había levantado... Uno de los sueños más bonitos fue verla sentada en su cama; de hecho, yo dormía esa noche a su lado. Cuando la visualicé así me dio gusto porque ella ya tampoco hablaba y le dije: “¡Ay mamá, ya te levantaste!”, y me contestó: “¡Sí hijo, es que ya me cansé de estar acostada!”. Hasta lloré de gusto en mi sueño y también desperté llorando... Yo tenía fe en que se iba a levantar, pero no se pudo... Teníamos tantos sueños, tantos proyectos, tantas cosas que quedaron a la deriva, y los que pueda los voy a concluir. Mientras el público me permita seguir trabajando, voy a ponerle todo el empeño para que se diviertan y la pasen bien en el show de Erasmo Catarino, y genere así lo suficiente para concretar los proyectos que tenemos pendientes. ¿De qué proyectos se trata? Antes de enfrentar el caso de secuestro traía el de un ranchito entre Tlapa y Xalpa, donde engordar ganado. Mi familia es gente de campo, y de esa forma quería yo generar empleos para ella, pero no se dieron las cosas con todo lo que pasó; salimos huyendo de ahí y dejamos todo. En el lugar hay muchos árboles, una alberquita... Si no es así, será con un hotelito que traigo con un tema ecoturístico muy rústico y privado. Si Dios me lo per- mite, concretaré ese sueño de mi madre y mío. Ella me decía: “Hijo: ahorra, porque mañana, cuando se acabe esto, te pones detrás de un mostrador y le entregas las llaves a las personas que ahí se hospeden; es un ingreso que vas a tener”. Yo lo quiero hacer para festejar ahí mis 15 años de carrera. Los ahorros de toda la vida espero verlos plasmados ahí. ¿Vas sólo o con socios? Voy con mis hermanos. Siempre que me he planteado algo, jalo con ellos. Es también una forma de sentirme cobijado. “DESDE EL SECUESTRO, MI ESPOSA YA NO PUDO EMBARAZARSE” Sabemos que también tienes el anhelo de ser padre de una nena. A tus 42 años, ¿estarías dispuesto a darte el gusto? Cuando se dio el incidente del secuestro, mi esposa estaba embarazada y perdió al bebé; desde entonces no hemos podido embarazarnos. Por algo pasan las cosas... Pero tengo dos hijos que quiero, amo y adoro: Jesús y Josué, les digo “Mi Mayor” y “Mi Capitán”. Son muy lindos. Mi esposa ha estado conmigo en las buenas y en las malas, siempre al pendiente de ellos y de mí, cosa que le agradezco. ¿Eres un papá consentidor? No, soy estricto. No me gusta solaparles cosas malas; si tienen un error que amerite reprenderlos, lo hago. Claro, soy barco en cosas insignificantes. Amo a mis hijos y por eso trato de ser correcto. No con esto quiero decir que soy perfecto, pero sí busco la manera de no tener hijos soberbios o groseros con la gente. Con los proyectos que traes en mente, ¿esperas hacerle honor al mote del Conde de Xalpatláhuac? ¡Nooo! (risas). La verdad, nunca me agradó ese apodo; se oye muy presuntuoso y va en contra de mi color, de quien soy, de donde vengo, de mi origen. Además, en México no se estilan títulos nobiliarios. Sólo fue una idea del señor Arturo López Gavito. A mucha gente le gusta, pero en mis shows sólo me presento como Erasmo Catarino. Punto. Han pasado 14 años desde que conquistaste la cuarta generación de La Academia, ¿estás conforme con lo que la vida te ha dado o te está quedando a deber? Estoy completamente conforme con lo que me ha dado hasta ahora. La vida está hecha de momentos; el más importante hasta ahora en mi vida fue en 2005, cuando gané ese reality en el que conocí a gente talentosa que admiro y quiero, y lo disfruté muchísimo. Si la vida me vuelve a dar otro garbanzo de a libra, también lo voy a disfrutar al máximo. Me siento satisfecho con lo que he vivido hasta ahora, estoy donde debo estar, no forcé a la vida ni al destino, y lucho día a día para seguir adelante. Decía mi madre: “Siempre que se cierra una puerta, se abre otra. Lo único que no tiene solución es la muerte”. Ya lo confirmé. Entonces, mientras haya vida, vamos a luchar por lo que queramos con la mejor cara. Vamos a seguir trabajando hasta donde Dios nos lo permita. “SERGIO GOYRI PIENSA DE MANERA RETRÓGRADA” Yalitza Aparicio, protagonista de la película Roma, de Alfonso Cuarón, fue nominada al Ariel como Mejor Actriz luego de estarlo para el Oscar. Como enemigo de la discriminación que eres, ¿qué le dices a ella de este nuevo logro, y qué le dirías a Sergio Goyri que la llamó “pin... india”? Primeramente digo a Yalitza: “Muchas felicidades por este nuevo logro y por seguir poniendo en alto a Oaxaca, a su etnia, a su lengua y a su gente”. Eso confirma que, cuando luchas por un sueño, no debes intimidarte, sino salir adelante aunque tengas los pronósticos en contra. En cuanto al señor, tiene una mente muy reducida; ignora y menosprecia la grandeza de nuestro país y su gente. Tiene una manera de pensar muy retrógrada. Ojalá todos los mexicanos se sientan orgullosos de su origen, de su color, de sus padres, de su tierra y principalmente de su país, e ignoren comentarios llenos de odio, veneno y envidia que no suman nada a la unidad, sino al contra- rio, dividen al país.
