FABIOLA MARTÍNEZ, La Bomba Sexy de Telehit, nos confiesa sus más preciados deseos: “Todo lo que pido en la vida, bueno o malo, lo consigo”
TEXTO: ALEJANDRO SALAZAR HERNÁNDEZ FOTOS: RICARDO CRISTINO
Le dicen La Bomba Sexy de Telehit. Es originaria de Monterrey, Nuevo León, tiene 31 años, los últimos ocho dedicados a la actuación y conducción de programas del canal por suscripción. Hace un mes se tituló como licenciada en Psicología, profesión que le ha permitido autopsicoanalizarse y ser mejor persona con su familia, integrada desde hace 10 años por su esposo, Armando Gómez, y sus hijas Alison y Zaira, de 14 y ocho años. Es también hiperactiva en redes sociales; tapiza sus perfiles con imágenes que alborotan a sus 544 mil seguidores en Instagram, y 406 mil de Twitter. Fabiola Martínez ve así consumados la mayoría de sueños forjados desde los ocho años, y hoy se traza otros, entre los cuales destaca ser y mantenerse tan jovial como Maribel Guardia. “MI INFANCIA FUE MUY DIFÍCIL; MI MAMÁ FALLECIÓ EN UN ACCIDENTE” ¿Estudiar Psicología te cambió la vida? Sí, porque pongo en práctica todos mis conocimientos en mi propia vida. Mi infancia fue muy difícil, y debo sacar mis traumas sola frente a un espejo, hablando conmigo misma para hacer de mí una mejor persona. ¿Por qué fue difícil tu infancia? Mis papás no estuvieron juntos, y mi hermana y yo nos criamos con mis abuelos maternos. Mi papá nunca se hizo cargo de mí, y mi mamá falleció en un accidente cuando yo tenía 15 años. Mi abuelo fue como mi padre, me dio casa, comida, estudios... A la firma de boletas iba mi abuelita, cuando en el caso de las demás niñas iban sus mamás jóvenes. Eso fue un trauma para mí, quizá por eso me embaracé a los 16 años. Cuando tuve a mi primera hija todo el mundo me decía: “¡Estás loca!”. Les respondía: “Quiero que mis hijos tengan una mamá joven”, y sigo aferrada a formar la familia que no tuve.
¿Cómo le haces para no descuidar tus deberes como esposa y madre, además de participar en teatro y televisión? Me parto en mil y trato de darles tiempo a todos. En casa soy muy perfeccionista; aunque tengo muchacha, no me da miedo limpiar el piso, los baños... Cuando amas lo que haces, te das tiempo para combinarlo. Yo no trabajo por necesidad... Claro, a todos nos gusta ganar dinero, pero yo lo hago por amor. ¡Me encanta la televisión! En dos o tres años pienso ejercer mi profesión de psicóloga; por lo pronto, seguiré dedicándome a los chistes, a la televisión. En tus redes publicas fotos sugerentes que desatan comentarios subidos de tono, ¿te molesta? Me gusta hacerlo para consentir a quienes me quieren, pero luego algunos ponen comentarios fuera de lugar en cuentas falsas sólo para molestar. Casi nunca contesto porque no tengo tiempo, pero cuando puedo lo hago e inmediatamente los bloqueo. “NECESITO TENER OTRO BEBÉ, PERO ME DA MIEDO EMBARAZARME” ¿Qué opina tu esposo de que te muestres tan sexy en público? Él dice estar feliz. Me ha dicho: “Estoy muy orgulloso de ti. Soy feliz de que todo el mundo sepa quién eres”. Y sí, debe estar feliz porque me tiene todo el tiempo. Te autodefines en redes sociales como amante de lo bueno, ¿qué es para ti “lo bueno”? Lo material. Me gusta mucho comprar bolsas, zapatos de marca, autos del año... Me encantan las series televisivas de narcos y me fascinan las canciones gruperas.
Eres aún muy joven, ¿te darás el gusto de buscar tener un hijo varón? Sí, necesito otro bebé, sólo que no se ha dado la oportunidad por el trabajo; es que hay pocas posibilidades de que, en mi caso, pudiera seguir. También soy muy obsesiva y supercuidadosa con el embarazo; no quiero siquiera que me dé el aire, me da mucho miedo. ¿Cómo te ves en 10 años? Como hasta ahora: exitosa en lo que haga. Me veo como Maribel Guardia y tal vez con un bebé, pero atlética, siempre fitness y ejerciendo mi profesión de psicóloga en el consultorio que ya tengo. A los ocho años les decía a mis tías: “Voy a ser muy famosa y voy a salir en la tele”, y muchas cosas más que estoy logrando ahora. Una de ellas me decía: “¡Ay sí, huerca mocosa! ¡Cállate!”. Hoy le digo: “¿Ya viste, tía? Lo cumplí”. Y dice: “Sí”.