FELICIA MERCADO cumple seis décadas y confiesa sus secretos de belleza
TEXTO: NAYIB CANAÁN • FOTOGRAFÍAS: OCTAVIO LAZCANO, ARCHIVO
Ha sido considerada una de las mujeres más guapas del entretenimiento mexicano, y aunque este 17 de diciembre llega a sus 60 años, Felicia Mercado mantiene el esplendor de la época en la que fue reina de belleza.
La actriz de éxitos como Teresa y Por amar sin ley confiesa a TVyNovelas que no es esclava de ningún régimen alimenticio, ni mucho menos adepta a algún procedimiento que pueda cambiar su imagen como le ha pasado a muchas de sus compañeras artistas.
“SIENTO QUE SER DORMILONA ME AYUDA”
Luces cuerpazo, ¿haces mucha dieta?
No te puedo decir que no como porque soy muy buena para comer, pero hay que saber en qué momento cuidarse; entre más años tenemos, más nos tenemos que cuidar.
¿Cómo es tu rutina diaria?
Yo duermo mucho, siento que ser dormilona me ayuda. Trato de dormir 8, 9 o 10 horas, aunque no siempre se puede. Creo que el rostro descansa, además, me ayudan mucho las cremas, hidratación, tomar mucha agua, no desvelarme, no fumar, lo básico. No es un secreto que escondo.
¿Consumes harinas y azúcares?
Pues a veces peco, me gustan mucho, pero sí trato de controlarlo y hacerlo sólo los fines de semana. Quizás un postrecito, pero si lo hago todos los días terminaré pagándolo.
¿Eres de ir al gimnasio?
Hago mucho ejercicio, pesas, cardio, pero no corro. Es que siento que me rebota todo y no me gusta (risas).
“ME SIENTO MEJOR QUE NUNCA”
¿Cómo están los planes para la celebración de tus 60 años?
No tengo planes, espero que mis amigos sean los que planeen.
¿Quieres fiesta?
No quiero.
¿Le temes a la edad?
¡Claro que no! Creo que los años nos dan mucha experiencia, aprendemos, yo me siento mejor que nunca. Veo fotos de cuando estaba más joven y creo que estoy mejor ahora. Me gusta más mi cabello, por ejemplo. Hasta yo me gusto más ahora que antes.
¿Qué balance haces de estas seis décadas?
Hay muchos cambios, hijos, familia. Uno va creciendo en muchos aspectos. Ahora tengo una hija que me habla a cada rato, me pide ayuda y a veces no puedo solucionarle porque tengo mis eventos. Ella será mi prioridad siempre, pero estoy muy contenta de poder volver a ser yo.
“LAS ACTRICES DE AHORA SON DESECHABLES”
¿Y el ego?
El ego cambia, mientras me lo tengan arriba ustedes, yo soy feliz. Todos vivimos de eso.
¿Qué proyectos te ocupan?
Estamos viendo varias cosas, entre ellas, una serie. Tenemos que fluir con el mundo artístico; ya quizá no se hacen tantas telenovelas, y a ese nuevo formato debemos adaptarnos.
¿Qué consejo le das a la nueva generación de actrices?
Que trabajen, que le echen ganas. Ahora ha cambiado la fórmula, todo son redes sociales. Hay que estudiar, tener talento hasta para arreglarse, no es llegar y decir: “aquí estoy”. Es muy difícil decir a quién veo con mayor potencial, porque ves a las jóvenes que comienzan y de repente desaparecen y viene otra... No es como lo que hacía yo antes, estas actrices no tienen ni la cuarta parte de la carrera que tenemos nosotras, por eso es importante mantenerse, ahora veo que son como desechables. Ya no somos famosas porque somos buenas actrices o porque tenemos una telenovela de moda, ahora somos famosas si nos encueramos en Instagram o si le dimos una cachetada a alguien. Siento que ya la fama no se obtiene por lo que trabajamos, sino por los escándalos, y eso no se me hace justo, porque escándalo hace cualquiera.
DE REINA A ACTRIZ
Originaria de Tijuana, Baja California, inició su carrera artística en el certamen Señorita México 1977, y luego nos representó en Miss Universo. Su debut en Televisa se dio por la puerta grande al integrarse al elenco de la telenovela El hogar que yo robé, protagonizado, en 1981, por Angélica María. Pero fue en 1987 cuando su carrera despuntó con su participación como villana en la recordada Rosa salvaje, de Verónica Castro. Otros títulos como Te sigo amando, Sortilegio y Cañaveral de pasiones la posicionaron como una de las mejores villanas que ha tenido la pantalla chica.