Gustavo Adolfo Infante revela los minutos que cambiaron su destino

Gustavo Adolfo Infante celebra dos años de su programa de entrevistas y ¡cuenta lo que nunca!

TEXTO: Liliana Lejarazu FOTOS: Jaime Nogales, Cortesía Todos lo conocemos en su papel de entrevistador, pero esta vez, al periodista Gustavo Adolfo Infante le tocó responder a las preguntas a propósito del segundo aniversario de su programa El minuto que cambió mi destino, y justo nos reveló que no sólo un minuto ha cambiado su destino, sino varios, entre ellos el fallecimiento de su padre a causa de cáncer de páncreas. Aunque le ha tocado sufrir sinsabores a lo largo de la vida, también está agradecido porque se dedica a lo que más le gusta, y desde hace 34 años no ha parado en el periodismo de espectáculos, donde se ha hecho de enemigos, pero también de grandes amistades y un sinfín de anécdotas que aquí nos cuenta. “TUVE MUY CLARO SIEMPRE QUE QUERÍA SER PERIODISTA” ¿Qué significa llegar a cien programas de El minuto que cambió mi destino? Me siento muy contento y emocionado porque tengo 34 años trabajando y preparándome para ser un entrevistador; siempre ha sido mi sueño dorado ser un buen entrevistador, no sé si lo haya logrado, pero ganas le echo, estudio mucho y es lo que más me gusta de todo lo que he tenido oportunidad de hacer. De las entrevistas que has realizado en el programa, ¿cuál ha sido tu favorita? Muchas, contando desde En compañía de... y El minuto que cambió mi destino me gustó mucho la de Kate del Castillo que le hice en Los Ángeles; la de Silvia Pinal con la que gané el Premio Nacional de Periodismo; la segunda entrevista que le hice a Gloria Trevi en McAllen y que recién pasó; la de Julio César Chávez; la de Sebastián Ligarde por la profundidad, eran 20 años que él no había estado en México y regresa con estas incendiarias declaraciones, que fue violado y la orinoterapia, me pareció muy buena; la de Mayra Rojas fue una entrevista muy de corazón, porque a los 50 años se tuvo que convertir en mamá otra vez. ¿Qué entrevistas vienen? Tengo a Irma Dorantes, Coque Muñiz y la meta de hacer a Luis Miguel; ya llevo mucho avance, tengo años buscándolo. Tienes tu foto con Luis Miguel, ¿qué recuerdos guardas de él? Es un cuate muy agradable, no sé qué pasó, siempre ha sido una estrella, un divo, pero es muy agradable y es el cantante más importante de la historia de este país, arriba de Juan Gabriel, de Vicente Fernández, de Pedro Infante, Javier Solís, Jorge Negrete.... ¡arriba de todos!

¿Por qué decidiste ser periodista de espectáculos? No lo decidí, la vida me llevó a serlo; yo tuve muy claro siempre que quería ser periodista, aunque pensaba dedicarme al periodismo de política, a las noticias internacionales, pero nunca nadie me dio la oportunidad, entonces, el primer chance fue en el periódico Cuestión, y la primera entrevista que hice fue con Irma Serrano y luego me mandaron a cubrir el debut de Lila Deneken en el Marrakech y me sentaron con Pati Chapoy, ahí empezó toda la historia, eso fue en 1984. Yo no estaba muy seguro de si era lo mío, pero era trabajo. En todo ese tiempo, ¿cuál ha sido tu momento más incómodo? Sergio Mayer me demandó por 10 millones de pesos porque según él lo difamé, pero no trascendió, según esto él había perdido 10 millones de pesos por lo que dije de él, aunque esto lo retomé del libro de Anabel Hernández, en el que decía que él le llevaba prostitutas a los hijos de Marta Sahagún, lo leí y eso fue lo que le enojó y me demandó; ¿por qué no demandó a Anabel Hernández que fue la que lo escribió? Eduardo Yáñez no me odia, ¡me superodia! Pero, ¿qué quiere, que le aplaudamos porque le pega a la gente? David Zepeda me quiso pegar porque le dije que no canta, y el Coque Muñiz se metió ese día en un evento de Mara Patricia Castañeda en Il Canto; Sebastián Rulli se enojó conmigo porque un día entrevisté a un paparazzi al que le pegó, entonces me odia. Lo que pasa es que todos ellos quieren que seamos publirrelacionistas, pero los reporteros tenemos que ser críticos. Así como hay una lista negra de famosos, ¿tienes amistades en la farándula? Sí, me llevo muy bien con varios: Carlos Cuevas es muy amigo mío, Coque Muñiz, Raúl Araiza, Alexis Ayala, Pepe Magaña, Jota Jota, Cynthia Klitbo y hay varios. “UN REPORTERO VALE MÁS POR LO QUE CALLA QUE POR LO QUE DICE” ¿Te has guardado información por amistad? Por supuesto, muchísima, más de la que se puedan imaginar, porque un reportero vale más por lo que calla que por lo que dice. Sin decir el pecador, pero sí el pecado, ¿qué tipo de cosas te has callado? Desde personas que han sido violentadas sexualmente, algunas que han violado a sus hijos, problemas de drogas, de infidelidades... Son cosas muy delicadas y yo agradezco que hayan tenido la confianza de decírmelo, pero por supuesto que nunca lo voy a decir aunque me peleé con ellos.

¿Has tenido reconciliación con algunos con los que te has peleado? Con muchos: con Laura Zapata, nos encontramos en la vieja Basílica de Guadalupe con Irma Dorantes, nos quedamos viendo y me dijo: “¿No me vas a saludar?”, le di un beso y me dijo: “La Virgencita me hizo el milagro después de que estuvimos peleados muchos años”. ¿Por qué se habían peleado? Porque Laura se la pasa quejándose de todo, entonces la critiqué por eso y se enojó mucho. Al mejor cazador también se le va la liebre, ¿te ha pasado que se te pase preguntarle algo a un famoso? Por supuesto, muchas veces; también he tenido entrevistas fallidas en las que al terminar digo: “¿Por qué no le pregunté esto?”. Por ejemplo, al “Loco” Valdés lo acabo de entrevistar, no había dado una entrevista a nadie, terminé y no le pregunté por Cristian, ya me iba y me dicen de mi oficina: “No le preguntaste por Cristian”, entonces me regresé a hacerlo. “EN IMAGEN NO ME QUERÍAN, PERO ME METÍ COMO GORDA EN CAMIÓN” ¿Cuál dirías que es el minuto que cambió tu destino? Ha habido varios, el día que decidí estudiar Periodismo fue uno; otro es que tengo una única hermana que se llama Lupita, tiene discapacidad y es tres años nueve meses mayor que yo, entonces fue el momento en que entendí que tenía que ver por ella y cuidarla todos los días de su vida; luego, cuando mi papá se murió de cáncer; cuando nacieron mis hijos Gustavo y Valeria, y cuando presenté mi proyecto de El minuto que cambió mi destino, porque aquí en Imagen no me querían, pero me metí como gorda en camión, a empujones. Mencionas a tu hermana, ¿ella a qué se dedica? Ella tenía un negocio con mi mamá, lo cerró y ahora viven mi mamá y ella juntas; por supuesto cubro los gastos de ambas, es una maravillosa obligación que la vida me regaló, la oportunidad de tenerlas y cuidarlas. ¿Tu papá qué cáncer padeció? De páncreas, yo tenía 21 años, entonces eso fue hace 33 años y no había los adelantos oncológicos que hay ahora; en la actualidad, alguien con cáncer de páncreas tiene posibilidad de vivir, como José José, pero en aquel entonces era fulminante. Mi papá duró ocho meses con el cáncer. “MI MAMÁ, ELVIA INÉS, TIENE TRES O CUATRO AÑOS CON CÁNCER DE COLON” Por la enfermedad de tu papá, ¿te realizas chequeos? Debería hacerlo, pero no lo hago; mi mamá, Elvia Inés, tiene tres o cuatro años con cáncer de colon y afortunadamente ha salido adelante muy bien, le hacen radioterapias y quimioterapias, dos veces la han dado de alta. Ahorita bendito sea Dios está bien, tiene 82 años y es una chulada mi jefa. ¿Cómo eres de papá? Desafortunadamente soy un poco barco, ahí la ruda de la casa es mi esposa, que es la que está lidiando con los chamacos todo el día, yo nada más llego en la noche y los veo, y los fines de semana, entonces, me gusta complacerlos en todo.

Ahora que están en la adolescencia, ¿qué consejos les das? Hablo de todo con ellos, del alcohol, las drogas, el sexo... Es un tanto incómodo hablar de sexo con mi hija que tiene 14 años, pero hay que hacerlo, y con Gustavo, que tiene 16, ya empieza a ir a fiestas y antros. Me acuerdo mucho cuando nació Gus, me habló mi amiga Maxine Woodside y me dijo: “Felicidades y bienvenido al club de los que no vuelven a dormir, ahorita porque tienes que checar toda la noche si está vivo el niño, y el día de mañana por si el cab... llega o no llega del antro”. “CUMPLO 18 AÑOS DE CASADO” ¿Cuántos años de matrimonio? Justo el mismo día del programa cien de El minuto que cambió mi destino cumplo 18 años de casado. ¿Cómo le has hecho para mantener tu unión todos esos años con tanto trabajo? Es mérito de ambos, pero creo que es más mérito de ella porque es una mujer que ha sabido encontrar el justo medio, me ha acompañado en todo, es una buena mamá y una buena esposa. ¿Quién es Gustavo Adolfo Infante en la intimidad? Soy un cuate que no se sabe estar quieto, veo muy poco televisión porque no me gusta estar metido en un lugar, y cuando no tengo nada que hacer, como un domingo, digo: “Vamos a conocer tal outlet o tal tienda”. Soy muy inquieto, amo lo que hago; soy un suertudo enamorado de mi trabajo y mi familia. SE HIZO JUSTICIA El pasado 5 de octubre asaltaron a Gustavo Adolfo en el rumbo de Constituyentes mientras manejaba su vehículo; le dieron un cristalazo y le robaron una cámara, unos micrófonos inalámbricos, un equipo de luces y su celular. Los dos asaltantes fueron detenidos, pero el periodista nos contó que aún no recupera su tranquilidad. ¿Cómo estás después del asalto que sufriste el pasado 5 de octubre? Bien, te roban la tranquilidad, pero estoy muy contento de que los hayan agarrado. ¿Te regresaron tus cosas? No, te roban dinero, pero sobre todo la tranquilidad; iba con mi asistente, Omar Rodríguez, cuando nos asaltaron, y es una experiencia muy desagradable. Sí fui a reconocerlos y dije: “Sí, son esos fulanos”. Fue como en las películas en la cámara de Gesell, yo pensé que eso nada más pasaba en CSI. ¿Te dio miedo? Sí, ¿pero qué haces? Además, lo mío es lo de menos, esos cuates están acusados de homicidio. ¿Sí los van a procesar? Yo creo que sí, porque además se pelearon entre ellos y uno baleó al otro, por eso los agarraron ahí en Tacubaya y me habló Raymundo, el director de la policía y me dijo: “Gustavo, ya agarramos a los que te robaron, vimos las cámaras de seguridad y son los mismos, pero necesito que los vayas a identificar”, por eso fui. ¿Ahora tomas alguna precaución? Pues me da miedo meterme ahorita por la zona de Tacubaya y Constituyentes, ¿pero qué haces? ¿Es la primera vez que te asaltan? Es la tercera o cuarta, pero uno nunca se acostumbra a que te quiten las cosas, a que tu vida penda de un hilo.