HÉCTOR SUÁREZ decía que se había programado para vivir hasta que su hija ISABELA, de ahora siete años, sea mayor... pero la muerte lo sorprendió antes
El próximo 21 de octubre, Héctor Suárez habría de celebrar 80 años de edad, lucía y se sentía espectacular. Su mejor terapia, sin duda, era el trabajo, como lo demostraba arriba del escenario con la obra La señora presidenta, que había estrenado hace siete meses en el Teatro Aldama. Pero otro gran motor que lo mantenía con la pila bien puesta era su hija menor, Isabela, de siete años, a quien procreó con su esposa, Zara Calderón. Con la pequeña, nos confesó, hasta juega al salón de belleza y deseaba verla crecer, por lo que aseguraba que se programaba para durar, por lo menos, una década más... ya no lo consiguió. ¡SOY UN SER MUY AFORTUNADO! ¿Cómo se siente de estar próximo a cumplir 80 años de vida? Feliz, contento, agradecido con la vida, con Dios, con mi familia, con mis hijos. Agradezco lo afortunado que soy, no puedo quejarme de nada. Dios me ha dado a manos llenas todo; soy un ser muy afortunado, estoy lleno de amor, de trabajo, de éxito... ¡de todo! ¿Tiene planeada una celebración? No, no festejo los cumpleaños. ¿Por qué? No me gusta. Lo festejo en el interior de mi corazón, con- migo, con Dios. Ya no me gustan los desma..., las fiestas, mejor lo festejo solo. ¿Cuál es su secreto para mantenerse tan bien? Pensar puras cosas buenas, no pensar mal de los demás, no amargarme, pensar positivamente en todo; además, hago meditación, cuido mi alimentación, ya no hago esos des- manes que hacía antes y no cometo los mismos errores que cometí atrás. Su hija Isabela tiene siete años, ¿le alcanza la pila para jugar con ella? Sí, juego con ella al salón de belleza, le pinto las uñas, lo que es jugar con una niña. También lo hice con mi hijo Rodrigo, que ahora tiene 20 años, jugué con él todo, soy un papá muy dedicado a sus hijos y a su casa. Sabemos del caso de Charles Chaplin que a los 80 años tuvo a su último hijo. ¿Nos podría sorprender usted? No. La niña nos sorprendió, no la esperábamos; cuando mi mujer me dijo que estaba embarazada, le respondí: ?¡No me digas eso, mi amor! Ve la edad que tengo?. Sería una irresponsabilidad tener ahorita, a mis 80 años, otro hijo. No se vale porque no sería justo; no voy a vivirle los años que necesita, aunque para mi nena ya me programé, yo quiero verla joven, de unos 18 años y voy a esperarla. Yo voy a morir de orquitis; es decir, voy a morirme hasta que se me hinchen los h... ?ESTARÉ EN EL ESCENARIO LO MÁS QUE PUEDA? Mencionaba que a usted se le hace muy sangrona la frase que utilizan algunos colegas de ?quiero morir en el escenario?... ¡Ay sí! Qué pi... cursis. Yo me voy a morir donde me tenga que morir y ni modo, si me muero en el escenario, qué bueno, y si no, me da igual. Lo que sí es que estaré en el escenario lo más que pueda; no planeo salirme ni dejar la carrera en lo absoluto, es mi alimento, amo mi profesión y le profeso un gran respeto, así como al público. ¿Su esposa no le comenta que preferiría que usted ya no trabajara? No, me ven muy activo, no se les ocurre decirme: ?Ya no trabajes?. Yo tengo mucha energía, bendito sea Dios, pero es porque hago meditación, me cuido y hago mucho ejercicio, calistenia, tantitos aparatos, porque ya tengo una edad en la que tampoco puedo abusar. ¿Por cuánto tiempo planea seguir con La señora presidenta? El tiempo que la gente nos tolere. El público se divierte mucho y yo creo que va a durar bastante; hay veces que se llena el teatro y a veces no va gente, depende, pero generalmente estamos llenos. SU VIDA Actualmente protagoniza la obra La señora presidenta en el Teatro Aldama, y próximo a cumplir 80 años, no piensa en el retiro.