JUAN MARTÍN JÁUREGUI revela que tuvo escenas candentes con SANDRA ECHEVERRÍA y todo fluyó de maravilla
TEXTO: LILIANA LEJARAZU FOTOS: JOSÉ LUIS RAMOS, CORTESÍA, YOUTUBE
Al argentino Juan Martín Jáuregui nunca le había tocado trabajar con Sandra Echeverría, y en su primera vez no sólo le tocó besarla, sino hasta tuvo escenas de cama con ella porque interpreta a Gonzalo Santamarina, su amante dentro de La usurpadora, que se estrenó este 2 de septiembre a las 9:30 de la noche por las estrellas. Él es un hombre millonario que aparentemente es un empresario chocolatero, pero en realidad es traficante de armas, y Sandra, en su personaje de la gemela Paola Miranda, la Primera Dama de México, se escapará con él a Bora Bora para vivir su tórrido romance mientras deja en su lugar a su gemela, Paulina Doria. Sobre este gran reto actoral nos compartió el histrión. “SANDRA ES UNA ACTRIZ MUY PROFESIONAL Y LOS DOS FUIMOS MUY RESPETUOSOS” Platícanos de tu personaje... Mi personaje se llama Gonzalo Santamarina, es el amante de la Primera Dama, Paola Miranda, que hace Sandra. Él es un empresario muy reconocido, tiene fábricas de chocolates, pero esa es su fachada para esconder su verdadero negocio, que es el tráfico de armas. Ha sido un personaje muy divertido, simpático y entrañable; mi intención fue abordarlo por el lado del carisma, que creo tiene que proyectar.
¿Cómo fue trabajar con Sandra, ya la conocías? No tenía el gusto de conocerla, nunca habíamos trabajado juntos, nos conocimos muy poco tiempo antes de empezar el rodaje, y la relación de ellos dos es muy candente, hay mucha piel; como su amante se imaginarán el tipo de escenas que hay, entonces, era muy importante la confianza, y con Sandra fue genial, su entrega fue desde el principio, nos entendimos perfecto y pudimos contar muy bien la historia de estos dos personajes. ¿De qué manera planearon estas escenas candentes que nos dices? Francisco Franco es un gran director, y las escenas estuvieron muy bien planteadas; lo más importante es la confianza, la entrega y el arrojo que tienes allá, Sandra es una actriz profesional y los dos fuimos muy respetuosos, nos comunicamos bien y eso funcionó, hizo que la relación fluyera, y creo que el resultado sí se ve en pantalla. Hicieron buena mancuerna entonces... Sí, el ambiente fue superdistendido, muy relajado; la mayor parte de nuestra historia se desarrolla en la ficción en Bora Bora, pero lo grabamos en el Caribe. Fue muy a gusto contar esa parte de la historia. ¿Qué dirías que compartes con Gonzalo? Me encantan los placeres de los que Gonzalo disfruta, es amante de los viajes y muy aventado, creo que eso puedo compartir con él. ¿Nunca has sido el tercero en discordia? (Risas.) No, ni intenciones de serlo, mejor vivirlo en la ficción.
¿Alguna vez anduviste con una gemela? No, he escuchado casos por ahí, pero a mí no me ha tocado. ¿Qué significó para ti participar en esta historia tan emblemática de los 90? Para todos los que estamos involucrados, el proyecto es muy interesante; las comparaciones y las críticas siempre van a existir, este proyecto comparte la misma premisa que la historia que pudieron ver en los 90, pero las circunstancias son completamente diferentes, y ese es el reto, volver a contar la historia pero desde otro lado. Como actor, me parece que este tono realista que propuso la producción es un reto actoral más fuerte porque hay que darle más verdad a los personajes. “NO VI NADA DE LA VERSIÓN DE LOS 90” ¿Viste La usurpadora? Yo no vi la telenovela, pero me comentaban que el amante de Paola era Mario Cimarro; la verdad es que no estaba enterado porque no vi nada de la versión de los 90, y no quise verla porque la historia es otra. Como actor es mejor no quedarse pegado a una imagen anterior para no estar condicionado, a menos que el director te lo pida por algo especial.
Ahora que terminaron las grabaciones, ¿te fuiste de vacaciones? Sí, con mi pareja a San Francisco unos días, y ahora volví al ruedo para audicionar de nuevo y ver qué es lo que sigue. ¿Tu novia se pone celosa por tu trabajo? Se va acostumbrando, aunque no le gusta mucho ver lo que hago, prefiere de repente, cuando hay escenas subidas de tono, no verlas, y cuando pasa la tormenta ve lo demás, así le hacemos.