Aún bajo de defensas tras someterse a un trasplante renal, JULIO PRECIADO escribe los primeros capítulos en su nueva historia de vida
TEXTO: JORGE SOLTERO • FOTOGRAFÍAS: JORGE SOLTERO, ARCHIVO,
A dos mese de haberse sometido a un trasplante renal, Julio Preciado ya está listo para volver a los escenarios. El año pasado presentó problemas renales y comenzó a someterse a hemodiálisis. Esta situación lo llevó a una depresión y la búsqueda de un donante del órgano, ya que por su presión arterial no resistía los tratamientos. Su hija Yuliana fue quien accedió a ser la donante.
“TUVE UNE LEVE INFECCIÓN EN LA PIEL”
Después de la intervención enfrentó pequeñas complicaciones de salud, pero nada para preocuparse. El cantante reapareció la semana pasada en Guadalajara, Jalisco, en el marco del Día Mundial del Riñón, donde habló con familias de pacientes que enfrentan el mismo problema y dio su testimonio de vida. Minutos antes de la conferencia recibió a TVyNovelas, y esto fue lo que charlamos con él: Hace poco nos dio un susto... ¡Sí! Después de la operación me fui a Mazatlán, y el 13 de febrero regresé a Guadalajara, ya que presenté fiebre, pero estaba estable y no había nada de qué preocuparse. Había sido una fiebre normal y no afectó el trasplante. ¿Cómo se encuentra de salud? Tuve una leve infección en los últimos 25 días, y eso me dio para abajo porque, aunque no fue en el riñón, fue en la piel, y de todas maneras no deja de ser algo a lo que se le tiene que poner atención, porque no tengo defensas. Las personas que somos trasplantadas no las tenemos los primeros 90 días, pero ya estoy saliendo adelante.
¿Cuándo se reincorpora a la vida laboral? Ya este sábado (el pasado) comienzo a cantar; empecé a trabajar mi voz después de la tercera semana que me operaron. El 20 de mayo tengo un homenaje en Guadalajara por parte de una estación de radio, y acabo de firmar una gira con la Banda El Recodo en los meses de junio, julio y agosto para Estados Unidos, y a fin de año para México. ¡Más regalo no le puedo pedir a la vida! Nos enteramos de que no fue fácil encontrar un donante... Lo vemos muy fácil. Mucha gente, incluso dentro de mi familia, me dijo que ellos se lo aventaban, pero cuando vieron que iba en serio la cosa dijeron: “No puedo ahorita por mi trabajo”, “yo estoy enfermo”, “creo que estoy embarazada”... A todos les salieron todos los achaques del mundo. ¿Qué le dijeron sus hijos en esos momentos? Me senté con todos y les expliqué la situación. Yo sabía que dos no podían: uno porque está en Estados Unidos trabajando, y el otro porque tuvo problemas de hígado graso. Entonces me quedaban dos opciones. Otro de mis hijos me puso muchas condiciones, y la que nunca se rajó fue mi hija Yuliana (se le llenan los ojos de lágrimas y se le corta la voz).
“PUDE SOBREVIVIR DOS AÑOS MÁS CONECTADO A UNA MÁQUINA, PERO ESO NO ES VIDA”
¿Qué sintió cuando le dijo “sí”? Honestamente, le pregunté que si se iba a animar, y me dijo: “¿Por qué no? Si tú me diste la vida, ¿por qué no te puedo regalar un poco de vida también yo?”. Desde el principio nunca tuvo miedo, y gracias a ella me convencí de trasplantarme. Cuando se hizo pública la decisión de su hija, hubo muchos ataques... Le dijeron cosas horribles. ¿Como qué? Que por qué me daba más vida si yo ya estaba viejo; que si yo ya había hecho mis desma..., para qué me querían vivo. Comentarios de gente ignorante (se limpia las lágrimas).
Vemos que Yuliana está muy bien de salud también... Ella no está enferma. Ahorita anda de arriba para abajo. Es una guerrera. Y ahora que es usted un trasplantado, ¿qué le diría a su público? Que vea la donación de órganos como una posibilidad de vida; no es que quiera que todo el mundo se trasplante, pero es lo mejor que puede hacer. Yo podría haber sobrevivido dos años más conectado a una máquina de hemodiálisis, pero eso no es vida.
“YO NO CAMBIO NADA EN EL MUNDO POR MI PAPÁ”
Yuliana, hija del cantante, ya se encuentra recuperada al cien por ciento, y platicamos con ella...
¡Te vemos muy bien de salud! Mucha gente no sabe que, a pesar de haber donado un riñón, puedo tener una vida normal. Sí, debo tener cuidados, pero esto no es algo del otro mundo, y no es que me vaya a morir porque no tengo un riñón. Al contrario, esto me ha servido mucho porque me cuido más; estoy más al pendiente de mi salud. ¿Fue difícil tomar la decisión de donarle un riñón a tu papá? Yo no cambio nada en el mundo por mi papá; quizá muchos no lo entienden, tendrían que estar en mi situación. Yo inivto a todos los que están leyendo esta entrevista a que, si tienen oportunidad de dar más vida a uno de sus familiares o a otras personas, lo hagan. ¡Es una experiencia única!