JULIÓN ÁLVAREZ hace historia en Guadalajara arriba del escenario; por otro lado, disfruta como nunca a su hija, y ya está listo para recibir otra vez a la cigüeña
TEXTO: GABRIELA DE LOS SANTOS FOTOS: NABOR YÁÑEZ, IG LOS PASOS DE JULIÓN
Julión Álvarez es éxito seguro arriba del escenario. Esta vez no fue la excepción, pues dos llenos totales en el Auditorio Telmex de Guadalajara se sumaron a sus logros de este año. Un recorrido de principio a fin que alegró los corazones de todos los presentes. Acordes que pusieron el sentimiento a flor de piel en un recinto abarrotado donde la gente le recordó al cantante que sigue con él y al pie del cañón. Esta vez, TVyNovelas platicó con el ser humano que está detrás de ese hombre que saborea el triunfo en cada lugar que pisa; abrió su corazón y nos mostró su lado paternal en vísperas de la llegada de su segundo bebé junto a su esposa, Nathaly Fernández. UNA BEBÉ DE UN AÑO TRES MESES, Y OTRO EN ESPERA ¿Cómo te sientes con la paternidad? En un momento donde disfruto mucho esta etapa como padre, mi bebé tiene un año tres meses, y además estoy esperando nuevo bebé. Los tiempos de Dios son perfectos, y cuando los tengo, los puedo disfrutar muy bien. ¿Cómo le dieron la noticia a la pequeña María Isabel? Le empezamos a decir que venía otro bebé y dónde estaba. Llega y le da besitos o le preguntamos “¿dónde está tu hermanita?”, y señala la panza.
¿Qué presientes que será, niño o niña? Yo estoy diciendo que es beba, pero no quiero echar mentiras, no soy el experto, sólo interpreto lo que veo. El trato fue que no íbamos a ver hasta que naciera, pero digo que es beba, es mi presentir. ¿Te gustaría que fuera un niño? Cuando uno llega a ser padre, con que venga sanito le doy gracias a Dios. María Isabel está muy sana, sólo una vez le ha dado gripa y no se ha enfermado por nada; a veces se pone rojita porque le rasco con mi barba cuando estoy beso y beso. SOBRE LOS HIJOS: “LOS QUE DIOS PERMITA” ¿Has sufrido de antojos? Dicen que los papás luego los sienten... Embarazados o no, siempre estoy de antojo, soy bueno para la papa (risas). Estaría echando mentiras si te digo que los tengo, porque siempre he sido tragón, y la verdad, ni cuenta me he dado. ¿Te gustaría tener más hijos? Los que Dios permita regalarme.
¿Planeados? Desde antes de que naciera María Isabel dije: “Después del primero, los que se puedan”. Y ya me gustó. ¿Qué aprendizaje te ha dejado el ser papá? El valorar el amor de padre; ahorita ya veo a mi papá y mamá de diferente manera, cambias las cosas con ellos. Es inexplicable lo que es el amor hacia un hijo. ¿Has platicado eso con ellos? No, no sé si es el valor, pero no me he sentado con ellos para decirles: “‘Api’, ‘ami’ –porque así les digo–, siento esto ahora que soy papá”. Es algo que María Isabel ya me lo hizo ver. ¿Les pedirías perdón por algo en particular? Sí, por muchas cosas; desde el hecho de salirme de mi casa y dejar la escuela por tomar un riesgo en la vida de la música. Corté los sueños de la familia, porque mi papá quería que fuera profesionista; todos mis hermanos tienen un título, menos yo, y ahora entiendo que ellos querían lo mejor para mí, pero no hice caso y me salí. Sé que los mortifiqué y preocupé por varias cosas, y esa intranquilidad la imagino, aunque no sé cómo la vivieron. ¿Te han dicho que están orgullosos de ti? Sí, y yo lo siento. Los veo contentos y no sólo conmigo, sino con todos mis hermanos. Yo creo que criaron el mayor éxito de ellos, porque son buenos chavales, trabajadores. ¿Qué le dirías al Julio adolescente? Que no sea tan arrebatado y loco. Me fue muy bien, pero si tuviera chance, no hubiera sido tan arrebatado, aunque no me arrepiento de nada.