La cantante KARINA cuenta cómo ha cambiado su vida luego de que su hija Hannah se convirtiera en Xander
TEXTO: NAYIB CANAÁN • FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA, IG TVYNOVELAS Y KARINALAVOZ
La han señalado y criticado, pero Karina sabe perfectamente lidiar con los ataques. Desde 2016, la cantante venezolana se enfrenta a una de las experiencias más aleccionadoras de su vida: su hija Hannah comenzó un proceso de reasignación de sexo para convertirse en Xander, porque nunca se sintió cómodo en su cuerpo de niña. Cuatro años después, la famosa intérprete del espectáculo GranDiosas confiesa que su ahora hijo de 14 años le enseña cómo enfrentarse a los obstáculos, demostrando su fuerza y valentía, dejando a un lado el qué dirán y los comentarios conservadores. Karina, quien flexibiliza sus creencias religiosas, abre su corazón y detalla cómo ha avanzado el proceso hormonal al que se ha sometido Xander; además, nos dice en esta entrevista exclusiva que su hijo fue sometido a un tratamiento de fertilidad para que en un futuro pueda tener hijos naturales si así lo desea.
“FINALMENTE, SU TRATAMIENTO DE TESTOSTERONA YA SE ESTÁ VIENDO”
El Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia subiste a Instagram una foto de tu hijo mostrando abdominales, pero luego la borraste, ¿por qué lo hiciste?
Bueno, la verdad es que mi hijo me había autorizado ponerlo en una Story, pero muchos días antes; total que él no me había dado la foto, y lo hizo el Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia, y yo la subí a mi perfil sin su consentimiento, luego la borré porque el chamo tiene derechos, va a cumplir 15 años y él no quiere ser tan público. A veces le provoca y a veces no.
Entonces, no fue porque te lastimaron algunos comentarios...
¡No! Al contrario, creo que ese día más bien, el 95 por ciento de los comentarios fueron positivos. Yo simplemente lo hice porque él no me había autorizado el uso de la foto para ese fin. Ahorita está metido en el fitness, está entrenando, y finalmente su tratamiento de testosterona ya se está notando.
¿Cómo va todo su proceso hormonal?
Finalmente empezó un tratamiento de testosterona, que es el que le permitirá experimentar el verdadero cambio físico, haciendo evidente su transformación.
¿Se logró frenar su desarrollo femenino?
Sí, desde que tenía 11 años está bloqueado. Esa fue la primera etapa, el bloqueo. Después, hace algunos meses, antes de empezar la testosterona, que es cuando tienen cerca de los 15 años, hicimos un tratamiento de fertilidad para que, si él quisiera en el futuro ser padre de un hijo natural, pudiera. En ese tratamiento se le extrajeron los óvulos y se congelaron, igual que lo hacen muchas mujeres. Ahora está con la testosterona, y está feliz porque al fin se va a ver como él se ve desde hace muchos años en su cabeza.
“PENSÉ QUE A LO MEJOR SERÍA LESBIANA”
¿Lo ves contento? ¿Está feliz con lo que ve en el espejo?
Lo veo cada día más feliz, más él, más seguro que nunca; es un tipo que se maneja con mucha altivez, primero porque se siente querido, apoyado y tiene un sistema que lo acompaña, me refiero a sus amigos, padres, todo el mundo lo acepta como es, incluso muchos que eran sus amigos desde que él era niña.
Te llegaron a señalar por considerar que era demasiado pronto para una reasignación de sexo, incluso hasta se dijo que era un capricho infantil...
Los que piensan que es un capricho infantil deben atenderlo, porque me imagino que debido a tanta información rara que hay hoy en internet, muchos niños lo podrían tomar como moda. En el caso de Xander, no es que de un día para otro mi hijo cambió, él siempre fue así; más bien, yo esperé hasta que iba a empezar su desarrollo, que fue cuando él me comunicó esta inquietud ya de manera más seria. Pero a mi hijo desde los tres años lo estoy monitoreando. Primero, uno escucha y conoce a su hijo, entonces yo, por ejemplo, como cualquier otra madre, pensé que a lo mejor sería lesbiana. Pero no, después, obviamente, varias veces lo llevé al médico antes de eso, y nos tratamos todos a nivel emocional. Este proceso llevó varios meses de estudio, de especialistas, endocrinólogos... Detrás de nosotros hay un equipo de gente profesional que se encarga de eso, que analizan; de hecho, para inyectarle hormonas tiene que haber una aprobación de un terapeuta.
¿En algún momento de este proceso te sentiste en shock?
No, para nada. Claro, me causó shock todo lo que leí después, de cómo se distinguía esta condición de otras cosas... Tuve que aprender de esto porque no conocía tanto de estos casos. Como mamá sabía que él tenía una tendencia diferente, pero no me imaginé que era este animal, porque esto realmente fue como un animal que yo desconocía. Tuve que ver de qué se trataba, ya que era algo completamente distinto a la homosexualidad y otras cosas.
Al principio, ¿cómo lo tomó tu exesposo?
Igual que todos; es que toda la familia se metió en el mismo barco de la educación. Yo digo que el amor de los padres todo lo puede.
¿Su hermana qué dice ahora?
Esta gente es de otra generación, entonces, para nosotros es una cosa increíble, estamos rompiendo fronteras, barreras, abriéndonos la mente, cortándonos el pecho para sacarnos el corazón y entender, pero para ellos es nada, es como un cambio de nombre. Los muchachos de ahora entienden mejor las cosas, son más prácticos, han visto miles de cosas que nosotros ni lo imaginamos. Ellos con un telefonito han llegado a Singapur de ida y vuelta. Yo digo que son relajados, hay una fluidez en la predilección sexual.
“EN LATINOAMÉRICA EL TRANSGÉNERO ES UN SER ABSOLUTAMENTE MARGINADO”
¿Cómo le va a Xander en la escuela?
Es un niño brillante, popular, es un chico regular, absoluta y totalmente normal, aceptado y querido, tiene amigos maravillosos que lo quieren muchísimo.
¿Ha sido víctima de bullying, de rechazos, exclusión?
¡Cero! Claro, estamos en Estados Unidos. Si estuviéramos en un país latino, seguro la cosa sería distinta, por eso para mí ha sido un camino mucho más fácil, y quizá la gente me pregunta por qué insisto en estas cosas. Lo que pasa es que Latinoamérica me preocupa mucho; ahí, el transgénero es un ser absolutamente marginado, raro, que de verdad sufre constantemente el rechazo de la sociedad.
De hecho, las tasas de suicidio por este problema son alarmantes...
¡Correcto! Yo creo que como en todos los segmentos de la sociedad, hay que empezar a educar a las personas, porque lo más que sabe la gente en Latinoamérica es del catolicismo, de Dios, ve esto como una aberración, como algo antinatural, y no quiero irme en contra de ninguna institución, mucho menos de la fe, pero esto existe, siempre ha existido, por eso lo primero es crear una campaña de educación y, obviamente, trabajar en las leyes para que los transgéneros tengan el mismo trato y los mismos derechos, pero eso yo lo veo lejano, hay que empezar con la educación; hay que hacer que la gente sepa, entienda, todo relajado, sin imposiciones. Y es que yo no estoy aquí para imponerle nada a nadie, yo no quiero que la gente me aplauda. A mí con que no me violenten, está bien. Si algo no les gusta, pues pasen de largo. No todo el mundo quiere y acepta esto, hay gente muy mayor, gente muy cuadrada, y eso lo entiendo.
“ME HE CONVERTIDO EN VOCERA DE LAS PERSONAS QUE ESTÁN VULNERABLES EN ESTE MOMENTO”
En el caso de tu familia y la de tu exmarido, ¿también lo han aceptado igual o ha habido quien les haya dado la espalda?
Bueno, sí hay gente de mi familia, por ejemplo, que es bastante religiosa, es judía que no aceptan esto, y está bien. Cuando mi hijo hizo su Bar Mitzvá (celebración del paso de la infancia a la adolescencia en los judíos), mi tío me dijo: “No me vayas a llamar”, y lo entendí porque yo no le puedo imponer a nadie esto. Yo no estoy aquí para meterle a mi hijo por los ojos a todo el mundo; lo único que no quiero es que lo rechacen.
¿Qué serías capaz de hacer si se meten con tus hijos?
Tendría que verlo. Pero te digo que haría cualquier cosa por su felicidad; de hecho, ya lo he hecho, ya he flexibilizado mis creencias para entrar en su mundo y para que él sea feliz. No es que yo cuando estaba embarazada le haya pedido a Dios que me diera un hijo transgénero... Es una cosa extraordinaria, no nos imaginamos que nos va a tocar una cosa u otra, pero toca, y una vez que sucede tenemos que lograr que esos niños sean felices. Y esa es mi misión, que él sea feliz.
¿Esta situación te ha hecho más vulnerable, sensible, susceptible?
Sí, totalmente. En mi vida hay un antes y después. Yo no vivía en ese mundo ni estaba pendiente, aunque en el ambiente artístico crecí rodeada de gente con inclinaciones sexuales distintas; se me hacía normal ver homosexuales y lesbianas, pero tampoco es que en mi casa tenía un caso. Esto me ha hecho conocer otro mundo. Yo siempre he sido muy tolerante y abierta porque soy artista, y ser artista es ser alguien diferente.
¿Eres otra persona?
Sí, hasta me he convertido en vocera de las personas que están vulnerables en este momento. Siento que soy la voz de muchas mamás, pero de una manera muy orgánica; la gente no se imagina, desde el 2016, la cantidad de casos que hemos ayudado, tanto Xander como yo. Me han contactado familias, chicos de 12 años pidiendo consejos. Yo puedo dar mis consejos con base en mis vivencias como madre, y creo que eso es muy valioso, pero no soy servicio público ni profesional en esto, entonces, no me puedo dar a la tarea de dar consejos de una manera formal; yo soy una cantante y una madre.
“OJALÁ YO TUVIERA SU SEGURIDAD AHORA QUE TENGO 51 AÑOS”
Sin embargo, el público valora ese acompañamiento que le brindas a tu hijo...
Es que esto está aquí para quedarse, esto no es una opinión, es un hecho. Esta gente existe, esta gente es, esta gente produce, esta gente tiene familia, hermanos, padres... Esta no es una gente que sale de un árbol; esta gente tiene dolientes, pareja... Esta gente quiere tener familia, hijos. Estamos claros de que venimos de otro tiempo, pero siempre hay que ver hacia el futuro.
Tú que estás acostumbrada a las críticas por tu carrera, ¿le has brindado algunas herramientas a Xander para que los señalamientos no lo afecten?
No. Es que él es un tipo muy duro en ese aspecto, y estoy segura de que ha pasado por algunas cosas desagradables. Yo, muy temerosa, le preguntaba al principio qué le decían en la calle, pero él es muy relajado, me decía que no me preocupara. Una vez fue a una fiesta y le hicieron bullying; se vino a llorar y los amiguitos se molestaron, lo defendieron. Luego le pregunté qué había pasado, y me dijo: “Esta es la primera vez que sucede, pero vienen muchas más y tengo que hacerme duro”. Imagínate, yo llorando en el piso y mi hijo con serenidad, porque él sabía a lo que se estaba enfrentando, pero eso ya pasó, él es muy duro a pesar de que físicamente es muy pequeñito; es increíble la fortaleza que tiene, no todo el mundo la tiene, para nada. Creo que es un ser extraordinario.
¿Qué lección te está dejando tu hijo?
La lección de vida, es como si fuera la misión más importante de mi vida. Es una lección, primero, de seguridad absoluta en uno mismo, ojalá yo tuviera esa seguridad hoy que tengo 51 años. También me enseña la convicción absoluta de una persona que sabe lo que es, porque él tiene una determinación infinita; también me enseña que a través de la miel se conquista más fácil que con vinagre.
¿Qué carrera le gustaría estudiar a Xander?
Todavía no lo sabemos, y menos en esta época que todo es tan irregular, tan loco, que estamos en esta cuarentena, en pausa. Nadie está haciendo planes a largo plazo, estamos tratando de sobrevivir al día a día, pero te digo que es un joven muy activo, inquieto, extremadamente responsable con su escuela, muy diferente a mi hija, que es totalmente irresponsable, ella me salió muy Kardashian. Xander es determinado, ya es algo muy importante para el mundo, porque sin quererlo es un representante de la comunidad, pero él no quiere ser público, quiere que menos sepan de él. Yo siempre le digo que a través de él hay esperanza para muchos chicos y chicas. Creo que en algún momento tiene que sucumbir, pero será en su momento, será cuando él sienta que está listo para darle el mensaje a la gente.