KARYME LOZANO revela cómo encontró la verdadera felicidad: “Ver morir a mi padre me hizo abrir los ojos y acercarme a Dios”
TEXTO: GRISEL VACA • FOTOGRAFÍAS: ARCHIVO, IG KARYME LOZANO, CORTESÍA
Aunque protagonizó telenovelas exitosas en México, Karyme Lozano no era feliz. La actriz nos confesó que en ese tiempo tomó una serie de malas decisiones que pudieron hacer que su vida terminara muy mal; afortunadamente cambió el rumbo de su camino a partir de un suceso muy triste, y entre lágrimas nos contó cómo sucedió. Próximamente se estrenará en México su película Corazón ardiente.
“POR EL CAMINO QUE IBA ANTES, NO CREO QUE HUBIERA TERMINADO NADA BIEN”
¿De qué trata la película?
Habla de los verdaderos milagros del Sagrado Corazón de Jesús; tiene una parte de ficción y otra documental, es muy movida y te mantiene en suspenso. Mi personaje es Guadalupe, una escritora mexicana que vive en España y tiene una historia de conversión. Les comparto con mucho cariño y humildad que los escritores y productores me preguntaron si podían meter parte de mi historia de conversión en la película, y les dije que sí, que sería un honor. En la cinta van a ver parte de eso, de cómo Karyme regresó a la fe y cuál fue el cambio que experimenté, porque mucha gente ha tenido esa curiosidad de saber qué pasó conmigo.
¿Cómo fue este proceso de conversión en tu vida?
Maravilloso. Muchas veces, cuando los seres humanos vivimos la tragedia, una de dos: o te vas para abajo o para arriba. En mi caso, ver el sufrimiento de mi padre; después de haber sido un hombre fuerte, de carácter, un abogado con personalidad, y de pronto verlo enfermo de cáncer, mal, completamente destruido, me rompió el alma.
¿Eso te cambió la vida por completo?
Sí, ese momento de tragedia y sufrimiento me hizo abrir los ojos y acercarme a Dios (suspira y llora). Yo vi morir a mi padre, y eso me abrió los ojos a lo que de verdad importa en la vida. Pero de alguna manera también fue hermoso, porque abrí mi corazón a Dios y empezaron a entrar los milagros en mi vida, y todo eso se ve reflejado ahora en mi hija Ángela. Tengo dos bebés; gracias a ese cambio, las consecuencias han sido bellísimas, porque mi vida, por el camino que iba antes, no creo que hubiera terminado nada bien.
Ahora vives más tranquila y plena...
Así es, estoy feliz, pero no fue un proceso fácil. La vida no es fácil para nadie, por eso en mis redes sociales soy sincera, no quiero que el público crea que la vida de los artistas es perfecta, porque eso no es real y luego la gente se deprime. Yo soy feliz, gracias a Dios, pero tengo mis altas y bajas, como todo ser humano; no es un camino fácil. El camino difícil es seguir a Dios, el fácil es el que tenía antes.
“NO ES LO MISMO HABER SIDO MADRE HACE 20 AÑOS, QUE AHORITA”
¿Cómo era ese camino? ¿Por qué crees que no hubieras terminado bien?
No quiero entrar en detalles para no crear morbo, pero llevaba una vida complicada en la que no tenía paz, no me sentía feliz, aunque era protagonista de telenovelas. Tenía todo lo que el mundo te dice que es la felicidad, y era cuando más triste me sentía, estaba en el top de la carrera y me sentía vacía, sola... Podía estar en ceremonias de premios importantes, pero cuando llegaba al hotel sentía soledad y, por lo mismo, no tomaba buenas decisiones, y ahora, aunque no soy perfecta, soy más consciente de lo que quiero de mi vida y del ejemplo que quiero dar a mis hijos.
Parte de este cambio en tu vida fue el acto de amor que tuviste al adoptar a dos pequeños, ¿cómo fue el proceso?
Todo vuelve a lo mismo: quizá si yo hubiera seguido con mi vida de antes, seguro no hubiera adoptado y tampoco me hubiera casado con un gran hombre, como es mi esposo. Y sobre el proceso de adopción, les voy a decir cómo fue: no pudimos tener más niños biológicos, aunque tratamos, y un día que estábamos en misa y vimos niños corriendo, de pronto pensamos: “¿Y si adoptamos?”. Así surgió todo.
¿Cómo has vivido la maternidad con Ana Lucía y Mateo?
Ha sido hermoso, pero también cansado; no lo voy a negar, no es lo mismo haber sido madre hace 20 años, que ahorita, y sí es pesado, pero a la vez muy gratificante, porque me los como a besos. Es como revivir lo que pasé con Angelita cuando era bebé.
Además de que tienes más tiempo para disfrutarlos...
Sí; de hecho, dejé los guiones que estaba escribiendo porque no tengo tiempo, pero me llamaron para hacer esta película (Corazón ardiente), y me acaban de llamar para hacer otra en Polonia. Estoy muy emocionada porque Dios me está mandando lo que me tiene que llegar, pero sin descuidar mi prioridad, que es ser esposa y madre.