Habla de su divorcio y sobre los rumores que surgieron.
Conducir el programa Hermosa esperanza representa para Liza Echeverría algo más que un reencuentro con el público mexicano, a quien ahora ayuda a cambiar sus hábitos de alimentación con los consejos dados en esta producción de Gabriel Vázquez Bullman que se transmite los sábados por El Canal de las Estrellas.
También es un foro que le permite compartir sus experiencias como mamá que busca salir adelante sola con su hija Isabella, de siete años, luego de un controvertido divorcio del brasileño Arthur Laporta. Este hecho la marcó y le hizo entender muchas cosas, pese a la sarta de mentiras que en torno a éste se manejaron.
De éstos y otros asuntos, entre ellos su relación sentimental con el estadounidense John Chamberg, nos habló la rubia, quien deberá alternar hasta diciembre su estancia entre la ciudad de Chicago, donde reside, y el Distrito Federal.
Sabemos que tu hija, Isabella, habla varios idiomas...
Sí, español, inglés y portugués; este último porque su padre es brasileño. Claro, por el hecho de que su escuela y todo lo que le rodea es 100 por ciento en inglés, resulta ser su idioma favorito. Yo le insisto en el español, porque ser bilingüe me ha abierto las puertas del mundo, tanto personal como profesionalmente. Estoy convencida de que, entre más idiomas domines, serás más aceptado. Se han realizado estudios que demuestran que el cerebro se expande y te vuelves mejor para resolver desafíos.
¿Le ves pinta de artista?
Tiene el don de artista plástica porque le gusta esculpir, pintar, escribir... Podría encaminarse por ahí, aunque ahorita, como a todas las niñas de su edad, le gusta vestirse de princesa, representar obras de teatro con sus amigas... También es muy buena para cocinar; es posible que hasta sea chef algún día, porque sabe muy bien cómo preparar los alimentos.
¿Ha sido difícil para ti ser mamá y papá al mismo tiempo?
Sería injusto asegurar eso, porque Isabella tiene a su papá, a quien ve 50 por ciento del tiempo, ya que tenemos custodia compartida. Claro, soy totalmente responsable de las finanzas de mi casa y de lo que hago en el tiempo con mi hija.
¿Qué tanto te afectó lo que se dijo de ti al trascender tu divorcio?
Me reí en su momento. Se dijo que mi marido llegó a la casa, me encontró con otra persona y que, literal, me puso en la calle. Punto número uno: jamás hubo alguien más. Si algo puedo decir mirando a cualquiera a los ojos es que, durante mi matrimonio, fui cien por ciento fiel. Punto número dos: vivo en la misma casa, entonces, ¿por qué dicen que me echaron a la calle? Es una vil mentira. Afecta simplemente en el hecho de que hay muchas personas que creen todo lo que leen. Por lo que a mí respecta, estoy tranquila; duermo profundamente y en paz.
En tu caso, ¿por qué tuviste que separarte?
Lo importante de todo es reconocer la responsabilidad que uno tiene en todo lo que te sucede en la vida, sea bueno o malo. Las personas te van a hacer cosas buenas o maldades, y es tu responsabilidad cómo vas a reaccionar ante esos hechos. En el pasado mis reacciones no eran las ideales, positivas, y yo me estaba desgastando porque, al reaccionar de fea manera, sueltas más veneno, y eso no debe hacerse.
“AMO SER MAMÁ"
¿Has pensado volver a casarte con tu actual pareja?
Lo hemos platicado, pero no tenemos prisa. Él estuvo casado 17 años, yo 12 y, la verdad, no nos urge. Muchas veces te casas porque quieres tener hijos dentro del matrimonio; en nuestro caso, ya no vamos a tener más. John y yo somos compañeros de vida, cómplices; viajamos, hacemos ejercicio y hasta cocinamos. Es la mejor pareja que he tenido porque me respeta, me ama, me apoya y, sobre todo, cuando me equivoco, me corrige , pero siempre con amor.
Ya no tendrás hijos, ¿quién cerró la fábrica y por qué la decisión?
De corazón y alma me siento joven, pero creo que ese tiempo ya pasó para mí. Amo ser mamá, es el mejor y más importante proyecto en mi vida, pero me quedo sólo con Isabella. En el caso de John es la misma historia, porque también ya tiene tres hijas y dice: ?Yo ya estoy?. Además, ya cuando pasas los 40 años, es irresponsable, y no sólo por salud. Quiero estar presente en la vida de Isabella, acompañarla en su graduación y hasta en su boda, si toma la decisión de casarse.
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