A cuatro años de que le diagnosticaran cáncer, LORENA MERITANO se sincera: “No aguantaba los dolores ni las quimioterapias, le pedía a Dios que me llevara”
Texto: Gabriela de los Santos Fotos: Ricardo Cristino
Madre e hija son sobrevivientes de cáncer. Mientras Lorena Meritano recibía la noticia de que tenían que extirparle el seno izquierdo, los ovarios y las trompas de falopio, su madre se debatía entre la vida y la muerte en el piso de un hospital en terapia intensiva a causa de un derrame cerebral. El 2016, cuenta la actriz que fue el año más caótico de su existencia: ya le habían quitado el seno derecho, había aguantado insoportables dolores por la quimioterapia, además del dolor que sentía en el corazón porque su expareja había decidido abandonarla. Como si una tormenta cayera encima de ella, decidió que su camino fuera la muerte, lo pedía a gritos, se lo imploraba a Dios, pero aún tenía una misión qué cumplir, y un hilo de fe hizo que luchara por salir adelante. SE AFERRÓ A LA VIDA La actriz argentina abrió su corazón para TVyNovelas; es la única mujer de la familia, tiene dos hermanos, su madre es judía y su padre no practicaba la religión, pero ella sí. Siempre fue una mujer decidida, creía en Dios, se bautizó en la adolescencia, y a su llegada a México, en 1992, comenzó su devoción por la Virgen de Guadalupe; para ella es un milagro haber renacido, recuerda que lo decidió hace dos años tras una llamada a su madre, la señora Adela, quien hace unos días festejó con ella al cumplir 70 años. La actriz es una sobreviviente, y hoy, la única noticia que espera es la de sus doctores, pues a cinco años de que le diagnosticaran cáncer de mama, podría gritar a los cuatro vientos que hay Lorena para rato. Su vida en los sets sigue dejando huella, y quiere imprimir un mensaje de lucha en su próximo libro. “ES UN MILAGRO VOLVER” ¿Cómo ha sido volver a México? Viví muchos años aquí, y siempre soy la misma Lorena, sólo tengo más historias. Después de que me diagnosticaran cáncer he venido tres años consecutivos, y esta vez sólo me faltó ir a Zipolite en Oaxaca, mi lugar favorito. Me emociona regresar a lo que considero mi casa, es un milagro poder volver. ¿Qué haces al venir? Lo primero es ir a rezarle a la Virgen a la Basílica; me reencuentro con mis amigos y disfruto. A veces vivimos tan acelerados que no nos conectamos con el presente, no nos damos cuenta de que despertar y respirar ya es un milagro. ¿En qué etapa se encuentra tu cáncer? Estoy en controles con la doctora y el oncólogo; en estos días voy a los estudios que me tocan cada seis meses y espero que todo esté bien. Mientras, vivo feliz, sana, trabajando mucho en mi interior, en terapias de sanación, llevo una dieta alcalina y no puedo más que sentirme agradecida con Dios por haber vuelto a la vida. ¿Cómo lograste volver a vivir una vida plena? Hubo varias etapas, no fue de un día para otro. Cuando llegó el cáncer a mi vida empezaron enseñanzas diarias, y al mismo tiempo, mucho dolor físico, emocional, espiritual... Fue terrible, hubo cosas bonitas y también crueles que me fueron enseñando.
“NO PODÍA CON LOS DOLORES DE MI CUERPO” Aseguras que volviste a la vida, ¿quisiste tirar la toalla? Sí, apenas hace dos años decidí volver a vivir. Yo llamé a mi madre porque sentí que estaba a punto de suicidarme, veía todo negro y ya no podía con los dolores de mi cuerpo. Me habían salido nuevas bolas en el seno, estaba sin ahorros ni trabajo, y mi pareja decidió dejarme. ¿Cómo te recuperaste? Pedí ayuda, fui a la psicóloga, al homeópata y empecé a trabajar profundamente adentro mío; fue después de eso cuando di mi primera charla de “Lorena sobreviviente” en República Dominicana, y ese fue el primer paso de esta nueva Lorena poscáncer. ¿Qué pasó después? Volví a trabajar, a los sets comerciales, después como presentadora, también a dar charlas... Empezó este renacimiento, pero no fue magia; todos los días me enfrentaba a situaciones complicadas y dolorosas, pero las resolvía desde otro lugar: aferrada a la vida, a Dios y con fe y fortaleza. ¿Ya estás sana? Estoy sana, y eso es maravilloso, sin quitar que tengo que estar cuidándome y haciendo mis controles, pero ya es parte del proceso y responsabilidad de mi salud. LE QUITARON SENOS, OVARIOS Y TROMPAS DE FALOPIO ¿Qué fue lo que pasó con tu tipo de cáncer? En el 2014 tuve un cáncer de seno en el que me extirparon dos tumores; a los 15 días, toda la mama y los ganglios del lado derecho... Se le llama mastectomía radical con extracción de ganglios. Junto a ello empecé un proceso largo de fisioterapia para poder levantar el brazo; estuve así ocho meses, y a la par, en un proceso de quiomioterapias, el cáncer era muy agresivo. ¿Cómo te fue con las sesiones? Fueron 16, y en el 2015 las terminé, pero tuve la mala suerte de caerme y quebrarme la muñeca izquierda, así que tuvieron que operar y ponerme siete clavos y una placa. Ese mismo año empecé las posquimioterapias con todos los efectos secundarios, que son terribles; tienes que liberarte de la droga que traes durante estos años. ¿En qué momento recaes? En el 2016 me volvieron los nódulos del seno derecho, donde todavía no tenía la prótesis; me dijeron que me tenían que extirpar por prevención el seno izquierdo, las trompas y los ovarios. Esa semana mi expareja me dijo que ya no seguía conmigo, y a mi mamá le dio un derrame cerebral; fue el año más caótico.