Compartió los altibajos que ha tenido en su carrera.
Luis de Alba comenzó su carrera a los cinco años y ahora festeja 65 de trayectoria artística. El productor teatral, Carlos Esqueda, y el Teatro Diana, en Guadalajara, lo reconocieron y le brindaron un homenaje.
Háblenos de sus 65 años de trayectoria en el medio...
Sé que es mucho tiempo, pero no pienso en eso porque siento que estoy empezando. Lo que más me motiva es tener trabajo y seguir conquistando al público.
¿Qué es lo bueno que le ha pasado en este tiempo?
Dos cosas: la vida que he tenido y lo más grande que me ha dado Dios: el cariño del público. Eso no se paga ni se compra.
¿Y lo peor que ha experimentado?
Viví momentos muy amargos, despegué los pies del piso por el éxito que estaba viviendo. Me desvié del camino de la vida y me instalé en la droga para vivir en un paraíso artificial. Fui muy estúpido.
¿La mejor etapa de su vida?
Ésta, porque estoy con mi familia y tengo trabajo.
¿Cuál ha sido su personaje favorito?
Luis de Alba, porque soy actor. Puedo hacer desde un indio hasta un naco, un niño rico, una mujer, un gay... eso es mi vida. Si estoy en una ciudad, el que más gusta es El Pirrurris, y en Estados Unidos, El indio Maclovio o Juan Camaney. Nuestros paisanos no se identifican con él, al contrario, les cae en la mad...
¿Piensa retirarse próximamente?
No, eso será cuando Dios quiera; sé que no voy a salir a dar tristezas, y cuando no pueda trabajar, me retiraré, pero por el momento hay mucho qué hacer. Tengo proyectos todo el año: en teatro, un videohome, una serie, más las presentaciones personales en Estados Unidos y me falta tiempo.
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