MACARENA OZ disfruta la oportunidad de actuar en dos proyectos a la vez: Los elegidos y La Usurpadora
Texto: Nayib Canaán Fotos: Jaime Nogales
Un rostro refrescará la pantalla en dos producciones que próximamente estrenará las estrellas. La primera de ellas será Los elegidos, seriado de ciencia ficción que marca el debut de Macarena Oz en los roles estelares de Televisa. La segunda será La usurpadora, versión del clásico protagonizado por Gaby Spanic que forma parte del proyecto llamado “Fábrica de sueños”. La joven de 16 años enfrenta uno de los momentos más importantes de su carrera interpretando a Sofía en Los elegidos, que estará al aire a partir del 1 de julio, y formando parte del elenco principal de la adaptación que hace Carmen Armendáriz sobre las gemelas más populares de la televisión. “ME LLEGÓ EL ‘VIENTICO’ DE LA ROSA DE GUADALUPE” Ya pronto se estrena Los elegidos, ¿qué veremos en esa serie? Es un proyecto que viene a innovar, a decirle a México que sí se puede hacer lo que a veces creemos imposible en cuanto efectos y nuevas historias en la televisión. Es la muestra de que nos podemos arriesgar un poco, obteniendo el mejor resultado. La serie tiene muchos matices; mi personaje se llama Sofía. Entonces no será una producción convencional... Los elegidos será algo diferente, viene a marcar una nueva era, y es que aparte regresan los elencos juveniles, infantiles, los directores son estupendos, la iluminación... La edición es de lujo. ¿Cuánto tiempo pasó para que finalmente te llegara un personaje estelar? Mucho, en el que fui creciendo, haciendo películas, telenovelas, comerciales, obras de teatro... Fueron muchas puertas las que toqué, el chiste es no rendirte. Llevo 10 años en esto, y a pesar de los “no”, nunca me desanimé para seguir. Aunque hay momentos en los que uno duda, se cuestiona, pero si uno está claro con su talento, lo demás se irá acomodando solo. Hasta hace poco estuve participando en Como dice el dicho y La rosa de Guadalupe, así que estoy agradecida con Genoveva Martínez y Miguel Ángel Herros, ya que me mantuvieron activa en pantalla. Ahora sí digo que me llegó el “vientico” de La rosa de Guadalupe (risas).
Entonces es como una recompensa lo que estás viviendo, porque te llegaron dos proyectos importantes al mismo tiempo... La verdad es que sí. Estoy muy agradecida, tanto con Carmen Armendáriz como con Andrés Santamaría, porque me dieron la oportunidad de, aparte, poder hacer los dos proyectos al mismo tiempo. Uno estaba terminando y el otro empezando. “EN LOS ELEGIDOS ENVIARÉ A LAS PERSONAS AL LIMBO NEGRO” ¿Cómo hacer dos telenovelas al mismo tiempo? Es un poco confuso. Había días en los que me tocaba grabar Los elegidos y La usurpadora al mismo tiempo, y debía definir bien mis personajes, pues tenía que darle veracidad a los roles. En Los elegidos eres una chica con superpoderes, ¿cuánto lo disfrutaste? Muchísimo. Mi poder es enviar a las personas al Limbo Negro, es un lugar oscuro en el que nadie quiere estar. Desde el primer capítulo surgen los poderes, y eso fue muy interesante. Es un poco raro porque las escenas se terminan con los efectos de edición, y no es como una novela normal en la que puedes ver el resultado de las tomas al instante. Si tuvieras que elegir un poder en la vida real, ¿cuál sería? En estos días lo estaba pensando. Estoy entre leer la mente o teletransportarme (risas). “TODO EL ELENCO SE SABE EL TEMA DE LA USURPADORA” En La usurpadora interpretas un rol distinto al de la versión original, ¿cómo fue esa adaptación? Lo que pasa es que vamos a cambiar la historia, manteniendo los elementos clave que a la gente le gustaron. La idea es romper esquemas con la historia, metiéndole política y algo de thriller. El personaje de Lisette creció, mi hermano es Germán Bracco, y hemos trabajado en la transformación de la trama. No habías nacido cuando transmitieron la novela en México, pero ¿llegaste a ver algo? Vi algunos capítulos, pero lo que sí te puedo afirmar es que todo el elenco se sabe la canción de Pandora (risas). También veremos a una Lisette con kilos de más, ¿fue intencional? Sí, es que lo que queremos es salirnos de lo clásico, de esa perfección que tanto exige la sociedad. Nuestro mensaje es para esas niñas que se sienten mal con su cuerpo; en la novela verán cómo se va transformando Lisette. ¿Qué mensaje le das a las jovencitas para que vivan sin complejos? Que simplemente sean ellas. Lo que importa es la personalidad, no necesitamos aparentar ser alguien para caerle bien a la gente o para que nos acepten.
“NO ME AFECTA QUE ME DIGAN GORDA” ¿Eres feliz siendo “llenita”? Sí, a mí no me afecta que me digan gorda. Yo sé que estos kilos se quitan, pero los prejuicios que tiene la gente en la cabeza no. Se aplaude que las nuevas historias también integren a personajes reales y no a los clásicos acartonados... ¡Claro! Es que la televisión es una pantalla en la que se tiene que ver gente real. Por eso venimos a romper con todo eso. Hay gente que hasta se llega a suicidar por el bullying... Por el bullying, por la inseguridad... Creo que si se sienten en un momento de frustración, lo ideal es buscar ayuda. Si se plantean un cambio, que sea por uno mismo y no por los demás. ¿Cómo ha sido la química con Sandra Echeverría y Andrés Palacios, tus padres en la trama? Genial. Tuvimos un taller antes de iniciar las grabaciones y generamos una muy buena relación, comemos juntos, echamos chistes...