MAR ZAMORA, la villana en Por amar sin ley, nos confiesa los sacrificios que hizo durante sus inicios en la actuación
Texto: Berenice Villatoro Vázquez Fotos: Horacio Castillo, Jaime Nogales, Javier Arellano, Web
Con la sencillez que la caracteriza, Mar Zamora nos contó con mucho orgullo que al principio de su carrera, cuando decidió estudiar actuación con Adriana Barraza, nominada al Oscar y considerada la mejor maestra latina en los Estados Unidos, tuvo que lavar los baños del instituto para pagar la colegiatura; eso le enseñó a trabajar muy duro para obtener lo que quería. Hoy, luego de más de una década de buscar sus sueños en esta profesión, se encuentra en una de las telenovelas favoritas de la audiencia, Por amar sin ley, en la que da vida a la abogada Nancy, situación que la hace sentir extremadamente afortunada y bendecida. “NANCY ME ENSEÑÓ A SEPARAR EL AMOR DE LA PROFESIÓN”¿Qué resaltas de tu personaje en Por amar sin ley? Es una abogada que no se conforma con serlo sólo en México, ella quiere ser la mejor. Por ello la contratan en el bufete de Carlos Ibarra, y muy dentro de ella desea ser la dueña de ese negocio, pero también lo desea a él, y por eso cambia mucho. Su objetivo es ganar, triunfar. ¿Es una villana? No, no es un personaje malo o bueno, es simplemente como cualquier ser humano. La verdad, van a ver una historia muy interesante. ¿Qué es lo que más admiras de Nancy? Mucho, pero lo más importante es que ella puede separar el amor de la profesión; es algo que ella me enseñó. Lleva muy bien el vestido de mujer y también el de una profesional del Derecho. No tiene problemas de conciencia, para ella todo se trata de ganar, no juzga, entonces, por eso nosotros no podemos juzgarla.
¿Qué le pusiste de ti al personaje? La tenacidad que tengo ante la vida, ante las circunstancias; el tomar una actitud triunfadora, no dejarte vencer. Yo le imprimí todo esto. Siempre he creído que te conectas con los personajes, les das una vida; es como una magia actoral que nos pasa, por eso siempre sentimos mucho al papel que interpretamos, lo hacemos real, una persona de carne y hueso. “CON SUS PALABRAS, ADRIANA BARRAZA HIZO QUE ME CAYERA EL VEINTE”¿Cómo fue trabajar con José Alberto Castro? Maravilloso. Él te deja saber que hay alguien que lo está viendo todo, que te está cuidando. Trabaja de una forma muy ordenada, todo bajo control. Tiene un equipo muy organizado, respetuoso, profesional, y te deja proponer; eso es importante. Me encantó trabajar con un productor que sabe guiarte para llevar un personaje. Le agradezco mucho que confiara en mí para realizar a Nancy; de verdad que él tiene un ojo clínico para elegir, al grado de que yo no me había visto como Nancy y él sí. Te toca trabajar con David Zepeda y Julián Gil, ¿cómo son como compañeros? David es un encanto, un ser muy humilde, una persona con un alma muy bonita, pero en general, así es todo el equipo, son superprofesionales y alegres. Les puedo decir que hay muy buena energía. La mayor parte de mis escenas las hago con Julián Gil, un actor entregado a su trabajo, siempre dispuesto sin importar las horas que sean de grabación, tiene una gran actitud.
En tu carrera, ¿qué actor o actriz fue quien más te enseñó sobre la profesión? Adriana Barraza. Ella fue mi maestra, y todo lo que dice son como joyas, pero algo que me dijo fue una lección que me cambió; le agradezco a Dios y al Universo que la escuché, que coincidí con ella en esta vida. Lo digo de corazón, ella lo sabe. ¿Qué fue lo que te dijo? Les voy a contar la historia rápido: yo tenía que llegar a su escuela a hacer algo que yo ya había quedado, pero ese mismo día me tocaba estrenar una obra de teatro. Obviamente, como estudiante estaba muy nerviosa, por eso sentía que debía estar estudiando todas mis líneas hasta casi la hora de irme. Entonces la llamé y le dije: “Oiga maestra, no voy a llegar porque me estoy preparando para una obra de teatro”. Me contestó: “Oye, María Elena: así no son las cosas m’ijita. Tú quieres ser actriz, yo vengo de grabar novela, de hacer una entrevista y otras actividades más, y aquí estoy en la escuela. Además, daré función en la noche, y no presentarse no es parte de la vida de un actor”. Yo se los digo así cortito, pero me dijo muchas otras cosas más. Cada palabra hizo que me cayera el veinte, y de ahí, en mí se prendió un chip diferente, y se lo agradezco mucho. Fue un gran consejo.
“VALE LA PENA NO RENDIRSE”¿Cuál fue la etapa más difícil de estudiar con la maestra Barraza? Fue en un momento de mi vida en que la estaba pasando mal y le dije: “Yo no quiero dejar de estudiar, ¿cómo puedo cooperar?”. No me avergüenzo de decir esto porque uno debe recordar de dónde viene en la vida para saber a dónde vamos. Limpié los baños con muchísimo orgullo; lo hice y ella me dio la oportunidad de con eso pagar mis estudios. Eso me enseñó que era importante luchar por lo que uno quiere en la vida. Yo se los comparto porque creo que hay mucha gente que piensa que si cuentas estas cosas que nos tocaron vivir vamos a dar lástima, y no, lo debemos hacer porque hay otra persona allá afuera que también tiene un sueño y que se está esforzando, y que escuchándote a ti va a cambiar, va a decir: “¡Sí puedo!”. ¿Cuál era tu motor en ese momento? Mis sueños y mis seres queridos, mi familia; sabía que había que echarle galleta, como se dice en México. Luego de haber estudiado con ella y todo lo que te ha pasado, ¿cómo sientes que ha sido tu carrera? Muy difícil. Por eso me siento contenta, agradecida y feliz, pero también nerviosa de verme en Por amar sin ley con un gran equipo y dices “¡Wow!”, porque miras atrás y lo único que tenías al principio era esa gran ilusión de hacer las cosas, pero sin saber a ciencia cierta lo que te iba a pasar. Vale la pena no rendirse.
En ese momento de iniciarte en la actuación, ¿qué te decía tu familia? Mi familia me apoyó, mi mamá lo hizo cuidándome a mi hija, que es el motor más grande que tengo; me dijo: “Hija, yo te apoyo. Siempre ha sido tu sueño y es mi sueño para ti”, y me la cuidó. ¿Qué más les puedo decir? Me dio la vida y luego hizo esto por mí, se lo agradezco con toda el alma. ¿Cuántos años tiene tu hija? Dieciocho años y se llama Shakira; ¡es taaan hermosa! Ya tiene novio y él ya es parte de la familia. A ella la dejo ser. Debemos aceptar que a cierta edad debemos dejar a los hijos ser, tratarlos con respeto; son diferentes etapas, y en este momento como mamá le debo dar alas para volar, pero yo estoy ahí, trabajo para ella y vivo por ella.
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