Tremendos sustos ha vivido María Antonieta de las Nieves “La Chilindrina”, pues su esposo, Gabriel Fernández, sufrió un paro cardiaco y ahora le detectaron agua en el corazón
TEXTO: Daniela García Machorro FOTOS: José Luis Ramos, Web, Archivo
Este 2018 quedará grabado para siempre en la memoria de María Antonieta de las Nieves “La Chilindrina” por ser uno de los años más duros de su vida. En enero, su esposo, Gabriel Fernández, fue hospitalizado por una neumonía que lo dejó en cama por más de un mes, y para septiembre, la comediante no saldaba la deuda millonaria del nosocomio, a tal grado que pensó en vender su casa de la Ciudad de México. En agosto, la actriz se lastimó la rodilla en el escenario; en octubre, su marido fue intervenido para colocarle dos stents coronarios para permitir el paso de sangre, pero lo peor estaba por llegar. Hace un mes, el gran amor de su vida sufrió un paro cardiaco y murió por unos minutos; ahora en diciembre volvió a la sala de urgencias, pues le detectaron agua en el corazón, fue operado y ya se recupera. “ESTÁBAMOS EN EL HOSPITAL ESPERANDO PARA ENTRAR A CONSULTA CUANDO LE VINO UN PARO CARDIACO” Nos informaron que está muy grave su esposo, Gabriel Fernández, ¿es cierto? Así es, este año ha sido muy duro para nosotros, mi marido ha estado cuatro veces internado y siempre muy grave; hace apenas dos meses que le pusieron un marcapasos por- que le dio un paro cardiaco. ¿Dónde fue esto? Estábamos en el hospital esperando para entrar a consulta cuando le vino un paro cardiaco; gracias a Dios estábamos enfrente de urgencias, mi hija y yo gritamos como locas, los médicos corrieron a atenderlo, lo metieron al quirófano, le cortaron la camisa y el suéter, estaba espantadísima de ver todo eso, pero no me separé de él ni un momento. ¿Qué hizo? No recuerdo bien qué pasó después de que escuché que dijeron que no tenía ritmo cardiaco, se me nubló todo, no recuerdo nada, me quedé en shock, me sacaron del quirófano, no podía creer lo que estaba pasando, ¡estuvo muerto como dos minutos!, salió el médico y me dijo: “Señora, ya lo resucitamos, pero le tenemos que poner un marcapasos”. A los cinco minutos lo estaban operando, pero todo salió muy bien. ¿En esta ocasión dónde estaban? En Acapulco; después de lo del marcapasos nos fuimos allá para que se recuperara tranquilo, porque la casa que tenemos en la playa está totalmente acondicionada para una persona enferma, tenemos sillas eléctricas, camina- dora, una cama de hospital, una tina de hidromasaje, todo para su comodidad. “NO ME LE DESPEGUÉ NI UN MINUTO, SIEMPRE AGARRÁNDOLO DE LA MANO” ¿Cómo se dio cuenta de que estaba mal? Estuvo en depresión unos días, pero por lo menos se paraba para ir a la piscina, comía poco pero comía, y un día ya no se paró, no despertaba, ¡me puse como loca! En ese momento llamamos al doctor, llegó a verlo y de inmediato pidió la ambulancia porque nos dijo que estaba muy grave; esa misma noche lo internamos en el Hospital Magallanes. ¿Qué le dijeron al llegar? Que Gabriel estaba mal de sus riñones, así que le tenían que practicar una diálisis, pero que no era verdaderamente lo grave, sino que lo urgen- te era su corazón porque tenía agua, así que lo tenían que operar de nuevo, sólo que no quise que fuera allá porque quería que lo viera su doctor de cabecera aquí en la Ciudad de México, así que nos lo trajimos. ¿Cómo lo trasladaron? Nos vinimos en ambulancia con su cuidador, dos doctores y un internista; no podíamos esperar rentar un helicóptero, tenía que ser rápido, así que lo prepararon para el viaje y nos vinimos con él, no me le despegué ni un minuto, siempre agarrándolo de la mano. ¿Todavía pudo hablar con él? No, ya estaba inconsciente, sabíamos que estaba vivo porque en el monitor se veían sus signos vitales. “NO HE DERRAMADO NI UNA LÁGRIMA” ¿Qué iba pensando en el trayecto? Nada, sólo iba rezando, rezando, rezando y rezando, así me la he pasado todos estos días, pero mi hija ha sido un río de lágrimas desde que todo esto empezó, ¡yo no! No he derramado ni una lágrima. ¿Por qué? Porque mientras Dios me lo deje aquí conmigo tengo que darle fuerza; todos me preguntan: “¿Por qué no lloras?”. Simplemente no me ha llegado el tiempo de llorar, sino de ser fuerte. ¿Qué le dijeron al llegar a la Ciudad de México? Que necesitaban hacerle una operación muy delicada, la cual se dividiría en tres intervenciones, porque por su edad no podrían hacerlo en una sola, y que esta primera duraría cuatro horas. ¿Cómo salió de la operación? Muy bien, a la hora y media que lo metieron a quirófano salió la doctora y me dijo: “Ya”. Asustada le pregunté: “¿Ya qué?”, y me contestó: “Terminamos la operación, fue todo un éxito, salió perfectamente bien, no nos explicamos cómo soportó, es un hombre muy fuerte, no tenemos que volver a operarlo ni nada, esto es un milagro, señora Tony”. “AYER SE QUITÓ LA MÁSCARA DE OXÍGENO PORQUE ME QUERÍA BESAR. HA SIDO UN SUEÑO ESTAR A SU LADO” ¿Qué piensa de eso? También creo que es un milagro, este señor me da cada susto y luego cada sorpresa tan agradable, que ya no puedo. ¿Ha vuelto a hablar con él? Sí, ayer le pregunté: “¿Sabes dónde estás?”. Me dijo: “Sí, en Acapulco”, le dije: “No, estamos en la Ciudad de México en un hospital”, y me contestó: “¡Otra vez internado!”. Me dio mucha risa. ¿Qué representa para usted su esposo? Él es toda mi vida, es el amor más grande que puede existir; primero está Dios y luego mi marido, han sido maravillosos todos estos años, bellísimos, cada vez que me ve se le alegran los ojos, siempre me está besando, incluso ayer se quitó la máscara de oxígeno porque me quería besar. Ha sido un sueño estar a su lado. ¿Le mandaría algún mensaje a través de nuestras páginas? Lo que siempre le digo, que él para mí es lo máximo, le agradezco por elegir- me como su esposa, lo quiero mucho, y ya que se apure, porque tenemos cuatro viajes de trabajo en puerta; andaban diciendo que no podía trabajar y eso es falso, estoy perfectamente bien para trabajar. “ESTOY PERFECTA PARA TRABAJAR, SÓLO QUE ME HE ESPERADO POR MI ESPOSO” ¿Por qué difundirían una noticia así? Porque a mediados de año me lastimé la rodilla trabajando, me querían enyesar pero no quise porque no tenía fractura. Un día llegué al aeropuerto en silla de ruedas y empezaron a publicar que ya no podía trabajar, lo cual es falso, estoy recuperada y lista, sólo que no he regresado a los escenarios por mi esposo. ¿Fuera de eso está perfectamente bien? De repente me da catarro y me duelen las piernas, porque desgraciadamente tengo artritis, pero todavía nada grave, me estoy tratando y ahí la llevo; la verdad, lo que me da fuerza es el escenario, la gente que trabaja conmigo se sorprende cuando me ve porque apenas y puedo subir las escaleras, pero entro al show y todo se me olvida.