Mario Iván Martínez no teme perder el título de Embajador de Cri-Cri por su interpretación en La jaula de las locas.
Texto: Daniela García Machorro Fotografía: Edson Vázquez y Javier Arellano
En el regreso del musical La jaula de las locas al Teatro Hidalgo de la Ciudad de México, Mario Iván Martínez confesó no tener ningún problema por dar vida a un travesti en dicha producción y al mismo tiempo ser orgulloso embajador de la obra de Francisco Gabilondo Soler “Cri-Cri”. Además el también cuentacuentos opina del caso de su compañero Armando Vega Gil, quien decidió suicidarse tras haber sido acusado de abuso en el movimiento Me Too.
“No hay ningún elemento reprobable”
¿Qué significa para ti el regreso de La jaula de las locas? En estos tiempos difíciles, de crisis y de incertidumbre, se celebra que un proyecto teatral encuentre cauce, longevidad, seguimiento, aplauso... y no cualquier seguimiento, sino un seguimiento a todas luces fanático. Como embajador de Cri-Cri, ¿qué haces para tener este balance entre La jaula de las locas y los espectáculos del Grillito Cantor? Bueno, son dos cosas totalmente distintas. La jaula de las locas es un texto lúcido de Jean Poiret que habla sobre la inclusión, la tolerancia, analiza los problemas que tiene una familia y no hay nada, absolutamente nada que resulte ofensivo, vulgar, agresivo y que abogue por ningún tipo de violencia o aspecto que pueda ser reprobable. A mi manera de ver, en este espectáculo no hay ningún elemento reprobable que pudiera poner sobre la mesa a los padres que llevan a sus hijos a verme a Cri-Cri o a muchos otros espectáculos que tengo como cuentacuentos.
¿Te ha dado miedo perder el título de Embajador de Cri-Cri? El día que a mí me comprueben que asesiné, robé, mentí o defraudé a mis compañeros, esos sí serían elementos que los padres pudieran utilizar para decir: “Este señor no es digno de llevar la estafeta de ser Embajador de Cri-Cri”. ¿Qué opina Tiburcio Gabilondo de tu desempeño en La jaula de las locas? Yo soy embajador de Cri-Cri gracias al espaldarazo y la deferencia de don Tiburcio Gabilondo, Director General de Gabsol, editora que fundara don Pancho en vida para el cuidado de sus derechos. Creo que el día en que yo incursione en algo que resulte reprobable y que me haga indigno de llevar la estafeta de Cri-Cri, el primero que me va a mencionar será Tiburcio Gabilondo Gallegos.
Hablando de sucesos indignos, ¿qué opinas del movimiento Me Too que señaló a Armando Gil, quien también escribía cuentos para niños, y decidió quitarse la vida? Ciertamente vivimos en un delirio cibernético que muy fácilmente se puede salir de control. Se celebra que la gente denuncie, pero también es importante que esa denuncia se someta a un escrutinio que sea respaldado por pruebas fehacientes. ¿Hay que llegar al extremo de suicidarse? No sé qué estaría pasando por la cabeza del compañero. Naturalmente todos lo lamentamos, conocíamos su labor como artista, pero ¿qué otras cosas lo llevaron a tomar esa decisión tan lamentable?, no lo sé. Lo que sí digo es que este tipo de denuncias deben estar respaldadas por evidencias. ¿Tomas algunas medidas para el uso de redes sociales o tienes restricciones con el público? No específicamente, pero estoy en consciente de la selva cibernética. En mi caso, utilizo las redes sociales para difundir mi trabajo, pero con reserva. Esa es la línea que hay que seguir.
Y a dos años un mes de la muerte de su madre, Margarita Isabel, nos confesó qué es lo que más extraña de la primera actriz.
¿De qué manera la recuerdas? Todo trabajo que abordo, inevitablemente rinde tributo a ella porque fue gracias a su guía, a su abrazo y a su ejemplo que me he aventurado en esta profesión. ¿Qué es lo que más extrañas de ella? Su escrutinio, su crítica y su manera amorosa de encausarme, así que todo proyecto será un homenaje a su legado. Gran actriz y gran madre... Tuve la fortuna de encontrar en Margarita Isabel no sólo una madre, sino una amiga, una maestra y una cómplice.