ARMANDO GONZÁLEZ “EL MUÑECO” habla por primera vez del sufrimiento que pasó luego de que su papá falleciera por coronavirus
TEXTO: GRISEL VACA • FOTOGRAFÍAS: ARCHIVO, IG MUÑECO GONZÁLEZ
Lo más duro que puede vivir un ser humano es perder a alguien amado, y Armando González “El Muñeco” sufrió ese duro golpe luego de que el COVID-19 terminara con la vida de su padre y, por poco, también con la de su madre y la de su hermano mayor, quienes afortunadamente ya se encuentran en casa recuperándose.
En exclusiva, el actor comparte con TVyNovelas cómo ha sobrellevado su duelo, y revela, entre muchas otras cosas, que lamentablemente su mami aún no sabe que murió su esposo. “Va a ser muy duro para ella, porque mi papá fue su primer novio, su único amor, nunca se separaron, siempre estuvieron juntos, y juntos tuvieron nueve hijos”.
“NOS DIERON LA URNA CON SUS CENIZAS, FUE MUY DOLOROSO”
Sabemos que pasaste momentos muy dolorosos, ¿cómo estás?
Sí, fue muy difícil, ya van a cumplirse dos meses de que nos dimos cuenta de que mis papás tenían COVID-19 y ha sido un proceso muy duro. Primero, mis hermanos y yo los llevamos al hospital pensando que podría ser otra cosa, porque nadie desea que esa enfermedad llegue al hogar, y bueno, ya ahí nos dijeron que les iban a hacer la prueba del coronavirus, y salieron positivos. Mis papás son adultos mayores, mi mamá había sido operada de la vesícula, y mi papá hace dos años también tuvo una operación fuerte, pero ya se estaban recuperando; de hecho, mi papá ya estaba muy bien.
¿Qué pasó después?
Fue algo superduro, porque de inmediato se quedaron hospitalizados y ya no nos pudimos acercar; nos dijeron que fuéramos a la casa y que, por medio de llamadas telefónicas, nos irían comunicando cómo estaban. Fue algo verdaderamente horrible, los entubaron y se pusieron graves, no había mejoría con ninguno de los tres (sus papás y su hermano mayor). Mi papá estuvo hospitalizado 23 días, le dio un infarto y lo sacaron adelante, por eso teníamos la esperanza de que iba a estar bien, pero luego le dio otro infarto y desgraciadamente ya no pudo salvarse.
¿Ya no lo volvieron a ver?
No, y sufrimos mucho porque no pudimos despedirnos, no pudimos verlo físicamente para llorarle, no lo pudimos tocar ni decirle nada... sólo nos hablaron para informarnos que había que cremarlo y que por la situación no se podía hacer velorio; nos dieron la urna con sus cenizas, fue muy doloroso. Ni siquiera logramos cumplirle su última voluntad.
¿Cuál era?
Como mi padre era un hombre muy religioso, nos había dicho que, si pasaba algo, quería que lo enterráramos en un panteón y que no lo cremáramos, nos lo había pedido mucho, entonces fue algo muy triste para nosotros, pasé unos días horribles, los peores de mi vida.
“LE PEDIMOS MUCHO A DIOS PARA QUE MI MADRE SE SALVARA, Y ASÍ FUE”
¿Qué pasó con tu mamá y con tu hermano?
Siguieron en terapia intensiva, pero como la cuestión económica nos afectó muchísimo, porque en el hospital donde estaba pagamos como 100 o 120 mil pesos diarios, algo fuera de la realidad, tuvimos que sacarlos de ahí y llevarlos al INER (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias). En todo ese proceso no nos podíamos acercar, y sólo nos hacían una llamada al día, nos decían que estaban graves, pero estables. Fueron dos meses de pura tristeza, se nos bajaron las defensas y no queríamos comer ni nada; todos los días le pedíamos a Dios y orábamos para que no se llevara a mi hermano ni a mi mamá, porque iba a ser muy desastroso, y así, hasta que un día nos dijeron: “Ya vamos a desentubar a tu hermano”, le hicieron la traqueotomía y gracias a Dios salió bien, empezó a respirar por sí solo, y a las dos semanas lo dieron de alta. Para nosotros fue un respiro después de tanta tragedia, pero mi mamá seguía grave.
¿Sigue en el hospital?
Afortunadamente ya está en casa, a la semana también le hicieron la traqueotomía, porque nos dijeron que, aunque había riesgo, ya no podía seguir intubada, así que le pedimos mucho a Dios para que se salvara, y así fue, salió del coma inducido, mejoró su respiración y poco a poquito empezó a restablecerse; cada día amanecía mejor, eso nos devolvió la paz a toda la familia. Los doctores nos dijeron que fue un verdadero milagro, y pues ahora está terminando de recuperase, tiene que estar unos días aislada en lo que fortalece su sistema inmunológico, pero ella y mi hermano están libres de COVID-19, y nosotros estamos asimilando lo que pasó con mi papá, y enfocándonos en que ellos se recuperen.
¿Tu mami ya está enterada de que falleció tu papá?
No, no le hemos dicho todavía. Lo que pasa es que mi mamá salió un poco desorientada por el proceso que vivió de estar tanto tiempo intubada, pero se lo vamos a tener que decir, y esperemos que para ese momento ya esté más fortalecida, porque va a ser un gran golpe para ella, porque mi papá fue su primer novio, su único amor, nunca se separaron, siempre estuvieron juntos, y juntos tuvieron nueve hijos... A ver qué pasa.
¿Qué pasó con tu gimnasio?
Ese fue otro problema, unos vecinos de por ahí nos aventaron a gente de la delegación, decían que estábamos abriendo todavía, y no era cierto; lo que pasa es que teníamos un perro, y dos empleados iban a verlo para darle de comer. También nos quisieron extorsionar por Facebook, diciéndonos que si no les dábamos 20 mil pesos, iban a hablar a la delegación y se iban a encargar de acabar con mi reputación. Gente muy mala. Y pues el gimnasio sigue cerrado, y después de tenerlo 30 años, mis hermanos y yo pensamos cerrarlo definitivamente.