Basado en entrevistas con los abogados del actor, el periodista ORLANDO SEGURA no tiene buenos augurios
TEXTO: ALEJANDRO SALAZAR HERNÁNDEZ FOTOS: RICARDO CRISTINO, ARCHIVO, CORTESÍA
El jueves 11 de julio iniciará en Miami, Florida, el juicio en el que Pablo Lyle será juzgado por homicidio involuntario de un hombre cubano que falleció en abril pasado tras un golpe que el actor le propinó durante un incidente de tránsito en la llamada Capital del Sol. Del caso, Orlando Segura ha hecho puntual seguimiento para el programa Hoy, reportándole importantes repuntes de audiencia a su cápsula Código Segura. Su visita a los juzgados y la oportunidad de platicar con los abogados de Pablo permiten al periodista de origen colombiano tener elementos suficientes para determinar que el sinaloense lamentablemente no saldrá bien librado del problema. “SU SENTENCIA NO SERÁ LARGA” ¿Ves posibilidades de que Pablo quede libre? Su caso es muy triste, lamentable, complicado... Es difícil que no pise la cárcel. Lo que sí, su sentencia no será larga. Al volverse un caso mediático, el juez y la corte enviarán por medio de él un mensaje para que los inmigrantes, especialmente los mexicanos, entiendan que no pueden ir a Estados Unidos a golpear a personas ni a cometer un delito porque serán juzgados y sancionados. ¿Qué pasará si es declarado culpable de homicidio involuntario? Seguramente cumplirá un tiempo en la cárcel, de dos a seis meses, saldrá con un grillete y quedará en lo que llaman Probatoria durante dos o tres años. Sabemos que lo que hizo no fue con intención, fue un accidente. Ojalá que el jurado sea consciente de eso y le dé la mínima sentencia. Lo lamentable del caso es que perderá el derecho de obtener cualquier tipo de visa para volver a Estados Unidos, sea para trabajar o como turista.
¿Es posible que lo sentencien a 10 o 15 años de prisión? No, porque no existió la intención de matar a Ricardo Hernández; él sólo pretendía darle una lección, pero no contaba con que, con el golpetazo, el señor perdería el equilibrio, caería, se golpearía en un bordillo y se rajaría la cabeza; mucho menos que luego le diera una embolia, quedara en coma y sobreviviera con respirador artificial. ¿Existe la remota posibilidad de que fuera declarado culpable sin tener que ir a prisión? Si fuera un caso entre dos ciudadanos estadounidenses, quizá; le pondrían tres años de Probatoria, grillete con localizador, trabajo comunitario y vayan ustedes a saber qué otras cosas, pero libre. Pero por ser mexicano va preso, así haya sido por dar un golpecito a alguien. Aunque argumenten que haya sido en defensa propia, no les permiten ir allá a golpear. “LO QUE SUCEDIÓ ES UN ACCIDENTE Y NO LO DESCRIBE” ¿Has hablado con la familia de Pablo? Lo he intentado, pero no ha querido hacerlo con ningún medio de comunicación; están esperando a que inicie el juicio, el 11 de julio. Ahí la fiscalía debe mostrar qué pruebas tiene en contra de Pablo: videos, fotos, testigos... Seguramente hablará algún policía, quizás el que lo atrapó en el aeropuerto de Miami, y el 22 de julio empiece formalmente el proceso. ¿Qué haría la defensa de Pablo? Si sale mal librado, él hará declaraciones a los medios y será el momento de llorar, de decir que está muy triste para ganarse al público. Eso influye porque en Estados Unidos el juez no decide en el jurado. Las declaraciones que dé van a influenciar al jurado. Si no tiene que dar declaraciones, mucho mejor para él; pero si está con el agua hasta el cuello, lo hará, y la gente va a decir “¡pobrecito!”, y es verdad, pobrecito. Pablo es un tipo de bien, no tiene récord criminal, que la mujer lo acusara de violencia doméstica o alguna compañera de acoso. ¿Qué piensas de su situación? Es muy triste y lamentable. Pablo es un buen actor, y más que eso, un buen padre de familia; no es mujeriego ni tiene fama de sinvergüenza. Es muy querido por el público en México y en cuanto país han llegado sus telenovelas; su historia de superación es inspiradora. Lo que sucedió es un accidente y no lo describe, pero un momento de ira lo tiene hoy al borde de la cárcel. Ojalá que lo que él está pasando nos sirva de ejemplo a todos. No saber dominar su ira, la falta de autocontrol e inteligencia emocional, lo tienen en una situación indeseable para cualquiera.
“CONFUNDIÓ LA REALIDAD CON LA FICCIÓN” El 14 de junio se estrenó en Netflix la serie Yankee, protagonizada por Pablo Lyle. En ella interpreta a Malcolm, narcotraficante que oculta su identidad como agente de bienes raíces en Arizona. Ironías de la vida, este personaje monta en cólera cuando, en casa de su novia, aparecen unos maleantes y uno intenta propasarse con ella. Entonces lo saca violentamente del lugar y le propina fuerte golpe en la cara que lo deja inconsciente. Después llega un policía, Malcolm lo mata de un batazo en la cabeza y huye a México. La similitud de ambas situaciones con los hechos ocurridos el pasado 31 de marzo en Miami, Florida, también llamó la atención de Orlando Segura. “Después de golpear a Ricardo Hernández, Pablo se fue al aeropuerto para viajar a México y lo atraparon subiéndose al avión. Ignoro si interpretó a Malcolm hace pocos meses y se dejó llevar, o en ese momento entró en un ataque de pánico, confundió la realidad con la ficción y resucitó sin querer al tipo rudo. Él venía de varios meses dándole vida; por eso, cuando ocurre el incidente, reacciona como el personaje. Es una hipótesis rebuscada, pero habría que hacer un análisis psicológico”, dice el comunicador. “Ha habido varios casos de actores que se quedan en personaje, no lo pueden sacar de su cabeza y siguen actuando como él; es como Carlos Bonavides con Huicho Domínguez en El premio mayor, o Rafael Amaya con Aurelio Casillas en El Señor de los Cielos, que llegó a ser tan prepotente como un narco. A Pablo Lyle le pasó igual: Malcolm se quedó en su cabeza, y en la situación respondió como el personaje, no como él es realm
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