Como auténtico chamaco, EL DIVO DE LINARES alista gira por México y celebración por 60 años de exitosa carrera
Texto: Alejandro Salazar Hernández Fotos: Cortesía, Archivo
A sus 76 años trasplantado, los últimos 16 vividos con hígado trasplantado, Raphael se siente un jovenazo de 30, y con enjundia de chamaco organiza ya el festejo por seis décadas de carrera que celebrará en 2021 con un álbum conmemorativo, un DVD que compendiará sus conciertos más importantes, y un libro (el tercero en su cuenta personal), ilustrado con decenas de fotografías. En tanto, prosigue con éxito en España la gira RESinphónico Tour 2019, en la que promueve su reciente grabación que combina música sinfónica y electrónica, y cuya agenda contempla cuatro presentaciones en México el año próximo: Puebla (26 de febrero), Ciudad de México (28 de febrero), Monterrey (5 de marzo) y Guadalajara (7 de marzo). Con motivo del inicio de la preventa de boletos para su actuación en el Auditorio Nacional, el cantante concedió una videocharla desde Madrid, en la que estuvo muy parlanchín, denotando buen estado de ánimo pese a la reciente muerte de Camilo Sesto, amigo incondicional de su familia.
“NO RECUERDO UNA ÉPOCA MÍA TAN BRILLANTE DESDE QUE TENÍA 30 AÑOS”
¿Cómo tomó el hecho de que Camilo Sesto imitara algunas veces su manera de cantar a manera de homenaje? Camilo era amigo de la familia por parte de mi mujer, era su amigo y de mis hijos... Vino a mi casa muchas veces a comer. Cuando estuve enfermo, él estuvo ahí constantemente; de hecho, cuando me dieron de alta, fue el primero en ir a mi casa. Siempre tuvimos buena disposición, aunque no nos viéramos mucho en persona, puesto que siempre estábamos trabajando cuando todavía él estaba en activo. He sentido mucho su marcha, es una enorme pérdida para el mundo musical. Era un señor que cantaba muy bien.
Ante este suceso, ¿qué reflexión hace ahora respecto a la muerte? Yo afortunadamente estoy muy bien. No recuerdo una época mía tan brillante desde que tenía 30 años. En mi caso no hay razón para temer algo, estoy muy bien, y sobre todo con unas ganas enormes de meterme al público en el bolsillo, de reconquistar al de siempre y forjar uno nuevo con la gente joven que, en buena cantidad, va a escuchar nuestras melodías aquí en España y en todas partes. Estoy en un momento vital de mi vida, fantástico de salud, de voz, de todo... Y con esta gira, yéndome a México, más alegría ¡imposible! Físicamente luce espléndido, ¿se siente tal cual se ve? ¡Y en persona se me ve mejor! (risas). Eso creo. Sí estoy muy bien, muy bien. ¿Qué debemos esperar de usted en estas próximas presentaciones? ¿El espectáculo es continuación del Sinphónico que presentó en 2015? No, en realidad es diferente, porque es más ambicioso. Juntar la música sinfónica con la electrónica es una proeza, pero está saliendo bárbaro. Todos los conciertos que he dado en mi gira por España son fabulosos, igual que la respuesta del público. Está la flor y nata de mi repertorio, y creo que va a gustar muchísimo en México; conozco bien a su público. ¿Cuál es su expectativa? Muy grande, porque vengo avalado por mis conciertos no sólo en España, sino en Rusia, Francia, Inglaterra... En mi México adorado, por supuesto, espero sea como cuando llegué a presentarme a El Patio. Tiene que ser otra vez lo mismo que cuando llegué por primera vez a México. Lo voy a intentar.
“SIEMPRE ME GUSTA ESTAR EN LA CRESTA DE LA OLA”
¿Cómo empatar su obra musical con las nuevas generaciones? Soy una persona que no cambia, sino evoluciona constantemente, y creo estar llegando ya, no a la perfección, pero casi rozando lo que a mí me gusta en un artista: tener fuerza en el escenario, como lo estoy actualmente; tener gancho con el público y la maravilla de canciones que tengo. Es una suerte que pueda disponer de ese repertorio tan bueno y exitoso durante tantos años. Y aún así, pasé de Sinfónico a RESinfónico para que mis seguidores tuvieran más espectáculo, y lo van a disfrutar. Como ustedes saben, estoy acostumbrado a que mi público no esté de pie en mis conciertos, pero ahora lo veo así y además bailando, y eso es para mí una novedad muy grande. ¿Cuáles han sido los principales obstáculos que ha debido sortear para llegar a rozar la perfección? Lo primero, ser demasiado autocrítico conmigo mismo, soy un autocrítico feroz; como artista, no conformarme con lo que hay, sino siempre picar más alto, renovarse continuamente. Esto es importantísimo, no quedarse estacionado en un éxito cosechado hace tiempo, sino cada año volver a empezar y convencer al público, que debe salir diciendo: “¡Caray, cómo canta!”. El público joven también debe salir entusiasmado. Si no se logra eso, se fracasa. ¿Qué le motiva a continuar, renovarse, teniendo ya una trayectoria tan exitosa? Mi pasión por el escenario y mi carrera lo explica todo. Nací para esto, soy lo que siempre quise ser y quiero mantenerlo así hasta el final de mis días. ¿Cómo lo hago? No cuidándome, sino no descuidándome en ningún sentido. Mi voz está como la oyen: perfecta dentro de mi perfección. Mis ganas de hacer cosas nuevas y otras no tanto, pero renovándolas, son tremendas. Siempre me gusta estar en la cresta de la ola. ¿Qué nos puede adelantar del disco con que celebrará seis décadas de carrera? Lo grabo en noviembre en París. Preparo un acontecimiento importantísimo en mi vida y quiero llegar a ese momento lo mejor que pueda, con un discazo impresionante en el que va a haber de todo, como en botica: canciones de antes, del después, del mañana y del pasado. Va ser un discazo como el Sinfónico. He conseguido que casi casi a mí me guste, porque soy muy crítico conmigo mismo, y con éste estoy francamente enloquecido, porque disfruto mucho hacer esta clase de música. También habrá un libro, un DVD... Muchas cosas que están caminando cada una por su lado para que todo coincida dentro de dos años.
“GRACIAS A MI DONADOR DE HÍGADO VIVIMOS CINCO PERSONAS”
Hace cuatro años participó en la película Mi gran noche, dirigido por Alex de la Iglesia, ¿dónde ha dejado el cine? Voy a volver a hacer cine, porque éste se ha portado muy bien conmigo y se lo debo, pero tiene que ser un proyecto muy bien pensado para que me vaya excelente; en definitiva, tampoco tengo tanto tiempo para dedicarlo a este arte, puesto que a mí lo que me gusta es cantar, estar delante del público, y eso lleva su tiempo. Este año se cumplen 16 de haber recibido el trasplante de hígado, ¿cómo ha sido su vida desde entonces? Fenomenal. Mucho mejor que antes. No paro de agradecer a la vida por esta oportunidad que me ha dado desde 2003. Lo digo para que la gente lo escuche y así podamos tener más donantes, que haya muchas más donaciones. Ustedes saben que España es el primer país en el mundo respecto a número de donantes. Ojalá el mundo entero lo fuera. ¿Usted supo quién fue su donante? No, pero gracias a esa persona, que fue un joven de 18 años, vivimos cinco más. Gracias por hacer esa pregunta, porque siempre me gusta cerrar mis entrevistas con ese mensaje de esperanza, de que las personas que estén enfermas siempre mantengan la esperanza de estar bien. Por eso hay que ser donantes y fomentar aún más esa cultura. A lo largo de su carrera le han adjudicado infinidad de motes, entre ellos ser una leyenda viviente. ¿Qué se siente ser considerado eso y permanecer aún activo en los escenarios? Eso de leyenda no lo entiendo mucho, puesto que sigo aquí, estoy en persona, se me puede ver, se me puede tocar, se me puede pegar y sobre todo, se me puede escuchar y cantando. Leyenda es un favor que me hace el público, como cuando me llamaban El Monstruo de la Canción, El Ruiseñor de Linares y todas esas cosas... A mí como más me gusta que me llamen es Raphael, simplemente.