FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA JESSIE CERVANTES, GETTY IMAGES • DISEÑO: GERARDO CASTILLO GÁMEZ
Ricky Martin es una de las más grandes estrellas en el firmamento musical, uno de los talentos con más tiempo en la escena, y su larga trayectoria jamás le ha impedido seguir creciendo, soñando y cumpliendo metas. Luego de su exitosa presentación en el Festival de Viña del Mar, en Chile, prepara un magnífico tour en el que se presentará en gran parte de nuestro país durante todo marzo (el 21 estará en el Foro Sol de la Ciudad de México), al tiempo que renueva almas y corazones de las millones de personas que lo admiran. El boricua es sinónimo de lucha, esfuerzo, talento y perseverancia, siempre logra proyectar todo esto en el escenario, y es lo que precisamente él nos cuenta en mis ocho preguntas. 1.- ¿Cómo logras verte bien, además de firme y entregado? Tengo la energía, la salud, la motivación de la música y del público. Son ya muchos años... Salí de mi casa cuando tenía 12, en 1984, y no he parado. Afortunadamente, siempre he estado rodeado de gente linda, neta, honesta, que me ayuda y me dice “no” cuando tengo que escucharlo. También me dejo llevar por la gente que he conocido dentro de la música, los grandes productores que me han ayudado a crecer y poner mis ideas en orden para convertirlas en poesía, y luego en música. No me puedo quedar; tengo mi familia y a mis hijos que están creciendo, que están hermosos, y tenemos esa energía. No quiero parar, me gusta lo que hago; el público está ahí presente y me apoya, entonces, sigamos en la batalla, ya sea a través de la música, de la actuación, de las producciones en las que he podido trabajar y que me han cambiado la vida. Por ejemplo, la serie que hice con Gianni Versace, con Penélope Cruz, han sido episodios muy lindos en mi vida que voy a llevar conmigo siempre.
2.- ¿Qué es lo que te mueve a crear un concierto, darte el tiempo de hacerlo, decidir qué canción, qué momento quitar o poner o meterte al estudio? Sin importar las etapas en las que se trabaje, nada se compara con el escenario, con la fuerza de 20 mil personas cantando tu música. Además, los viAjes, conocer, es algo interesante que me ha ayudado a llegar a conclusiones. Puedo decir que está el escenario, pero el proceso creativo es algo distinto, mucho más callado, íntimo... Sientes una vulnerabilidad muy diferente a la del escenario. Yo sufro y me lastimo mucho en el proceso creativo, pero así somos, todos estamos locos. Es parte de mi identidad y de lo que soy: soy muy transparente, hablo con la verdad y el público lo aprecia. Esos son los momentos que más disfruto: la creación, la música, y luego, obviamente, el escenario. 3.- Eres conocido en todo el planeta y le has cantado a todo el mundo, ¿en qué sueñas hoy en día? ¿En qué soñaré? (risas) Todavía hay muchas cosas que me gustaría hacer: volver al teatro, volver a Broadway, hacer cine, y en algún momento hacer un concierto filarmónico, uno más de música clásica o simplemente mi música, y convertirla en un sonido un poco más clásico, más para la filarmónica. 4.- ¿Puedes soñarte recibiendo un Oscar? No te voy a decir “no”, me encantaría, pero les tengo todo el respeto a mis colegas actores. Trabajé con Penélope Cruz, y ella, sin saberlo, me enseñó tanto. El respeto que le tengo al mundo de la actuación, del cine, ha tenido un gran impacto para mí. Me hablas de un Oscar, pero yo hablo del reconocimiento, porque ese te fortalece; te hablo de un Grammy... Y es que muchos artistas dicen que no les importan los galardones, pero a mí si me importan y me encanta ganarlos. Es cuestión de saber que la industria te está dejando saber que hiciste un buen trabajo este año. 5.- El 21 de marzo tienes una cita importante con el público de la Ciudad de México en el Foro Sol, ¿qué podemos esperar? Son casi 20 años de la última vez que estuve presentándome en ese escenario, y les juro que voy a dejar mi alma en el Foro Sol. Hemos preparado un espectáculo de mucho estilo visual, de éxito, donde todo el mundo va a salir feliz porque se conoce todas las canciones. Voy a presentar lo romántico, la música latina... Es parte de un escenario que voy a llevar a todas partes del mundo, por consiguiente, voy a cantar en inglés y esos éxitos que fueron de impacto en países anglosajones. Es un espectáculo bien completo, algo para un público exigente. Voy a estar en Ensenada, Hermosillo, Monterrey, Zacatecas, Guadalajara, Querétaro, CDMX, Toluca, Aguascalientes, Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, y quiero volver a México a fin de año.
6.- ¿Qué experimentas frente al público mexicano? En México me conocen desde que tenía 12 años, entonces, saben mi historia. Aquí confrontamos esas barreras generacionales en las que en mis espectáculos puedes ver a un niño de 12 años disfrutando de la música, como de pronto puedes ver también a la abuelita disfrutando. Al fin y al cabo, es lo que queremos los artistas: romper esas barreras generacionales y culturales para que todo el mundo disfrute de la música. Yo estoy agradecido con México porque me dio la posibilidad de hacer teatro por primera vez, de hacer cine, de hacer series de televisión. Mi primer contrato disquero lo firmé en la Ciudad de México, y eso es algo que nunca voy a olvidar... Y lo digo en Australia, en China, en donde sea... 7.- La difusión inmediata de canciones a través de teléfonos inteligentes, plataformas y demás, ¿te obliga a generar más música? Ojalá en el 84 yo hubiera tenido algo tan poderoso como las plataformas digitales y las redes sociales que ayudan muchísimo. Obviamente a mí me gusta tener contacto directo con el público, con los medios de comunicación... Es sumamente importante, pero el día de hoy, desde mi casa, puedo hablar con millones de personas y ver su reacción inmediata. El público es sumamente honesto; cuando no le gusta algo, lo dice, y cuando le gusta, también. Por eso digo que esta nueva generación de músicos tiene mucha suerte, porque tienen las redes sociales. Ahora yo las uso y es un juego para mí también, porque me divierten mucho. 8.- ¿Recomiendas su uso? Hay que usarlas, aunque también a través de éstas puedes encontrar mucho odio. Es ahí donde debemos tener esa piel gruesa para no vernos afectados por alguien que ni tiene foto; hay que tener mucha madurez para no dejarnos caer por un comentario negativo de alguien que ni sabes quién es.