El aún esposo de SUGEY ABREGO la deja desamparada, con una deuda de casi medio millón de pesos, y se negó a firmarle el divorcio dentro de los Tribunales
TEXTO: GABRIELA DE LOS SANTOS • FOTOGRAFÍAS: EDSON VÁZQUEZ, JAIME NOGALES, WEB
Durante ocho años, Sugey Abrego deseó formar una familia con su aún esposo, Enrique Durán, la diferencia es que él no quiso. El empresario se rehusó de la misma manera que lo hizo el pasado 6 de febrero al no querer firmar su divorcio ante el juez. Esta no es la primera vez que ambos deciden iniciar un trámite de separación, pero sí la definitiva. Las cámaras de TVyNovelas captaron en exclusiva a ambos en los juzgados del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Esa mañana, la actriz se defendería a sí misma; usó un vestido entallado que la dejaba imponerse a cualquiera que se le pusiera enfrente, y al mismo tiempo tomó del brazo a su madre por cualquier caída que pudiera tener, pues la vulnerabilidad ha sido parte de su vida desde el mes de noviembre, fecha en que fue abandonada por su expareja. Él llego tranquilo y sin compañía, ya sabía que la sorpresa de ese día la daría él al no permitir que su relación terminara oficialmente, y no específicamente por cuestiones de amor. La disputa por el dinero comienza una nueva historia en sus vidas.
YA NO HABRÁ VUELTA ATRÁS
La actriz y el empresario se casaron en el 2011 por la Iglesia y el civil. Enrique la veía con amor, incluso durante las dos ocasiones que los llamaron “marido y mujer”, sus ojos se llenaron de lágrimas. Cuatro años después festejaron emocionados sus bodas de seda. Posteriormente vinieron los altibajos, las crisis, un primer trámite de divorcio que fue anulado, después una separación anunciada en redes sociales, fotos juntos que anunciaban su reconciliación... hasta que todo terminó, y esta vez, para siempre. La cita fue a las 11:00 a.m. y su encuentro fue en el pasillo de los juzgados; asistieron con una abogada, mientras adentro ya los esperaba el juez para su primera audiencia. Los trámites de divorcio habían comenzado en diciembre del año pasado, y esta redacción tuvo acceso a información que detallaba lo que había sucedido.
Esta vez, el Juzgado Segundo Oral de lo Familiar en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México era testigo del problema que se avecinaba. Dentro de este acuerdo que se firmaría, la actriz solicitó una pensión alimenticia por el tiempo de casados; ella justificó la razón: ya no contaba con exclusividad en su carrera actoral y además no tiene algún proyecto que pueda ayudarla a sostenerse económicamente. Está sin trabajo y no hay nada que por el momento la ayude a pagar una deuda de casi medio millón de pesos que adquirieron cuando eran pareja por la compra de un camión que utilizaron para poner un negocio de comida rápida. El último ingreso que tuvo fue durante un capítulo de Por amar sin ley, en noviembre; a partir de ahí ha podido sobrevivir gracias a la ayuda que le han dado distintas amistades y el dinero que obtuvo al empeñar sus joyas (las sobrantes después de un robo a su departamento en el año 2015).
LA TORMENTA QUE SE AVECINA
Durante la audiencia, él se mostró a la defensiva, y el juez le llamó la atención por violencia verbal hacia Sugey. La pensión no tenía una cantidad en específico, se esperaba que fuera un acto de buena fe, pero no sucedió así: él decidió negarse y comenzarán un nuevo juicio. Él o ella tendrán que realizar una nueva demanda. Actualmente la actriz se encuentra promocionando su monólogo, el cual, gracias a distintas amistades, ha podido sacar adelante: La rompehogares, puesta en escena que se estrenará el próximo 16 de febrero en el Teatro Coyoacán.
LA ETAPA DE LA SEPARACIÓN
“Sin duda, toda separación duele, y trae recuerdos buenos y malos; el proceso a seguir es vivir ese duelo, mismo que requiere una aceptación adulta: con sano juicio aceptar que todo ha terminado. La mente va a querer llenar este vacío existencial, se sentirá angustia por la falta de la otra persona (una imagen mental de la pareja con la que vivió) y querrá llenarlo con otra persona lo más pronto posible. Error, un clavo no saca otro clavo, se encima con el que ya estaba. Lleva alrededor de seis semanas con un buen trabajo psicoterapéutico conseguir cambiar esas imágenes mentales”.
LA DEUDA QUE QUEDÓ
La pareja se casó en el 2011; a casi dos años de casados, la actriz confirmó que les estaba siendo difícil adaptarse a la vida juntos. En 2016 juntos abrieron un negocio de pizzas en un camión, después tuvieron su primera crisis. En diciembre del año pasado comenzaron los trámites de divorcio por común acuerdo. Él no quiso firmar y ahora se enfrentarán a una nueva demanda en la que ella especificará cada gasto que él tendrá que pagar como pensión alimenticia.
EXPERTO
Platicamos con el psicoterapeuta Juan López Ruscke, quien nos habló sobre las reacciones que tuvieron Esmeralda y Facundo, contrarias a las de Sugey Abrego y Enrique Durán en sus respectivos divorcios.
“Después de más de una década de con- vivir con una persona, vas ‘llenando’ tus vacíos emocionales infantiles, mismos que te hicieron buscar una pareja con ciertas características, las cuales no tuviste: un ser amable, cariñoso, con poder en algún aspecto o presencia física.
Como la unión no fue por amor verdadero, con el paso del tiempo y la convivencia con esta persona los vas ‘llenando’, lo que te hace sentir que ya no los necesitas.
Cuando la unión es por amor verdadero – que es difícil de encontrar en los tres niveles del ser humano: físico, mental y espiritual–, generalmente es para siempre. El amor verdadero no acaba, a diario va creciendo con detalles y actitudes hacia la pareja.
En el lenguaje de la Psicoterapia de Análisis Transaccional llamamos ‘reparentalización’ a todo este proceso de llenar vacíos que nos dejaron sin resolver en nuestra niñez”.
EN EL CASO FACUNDO Y ESMERALDA
La tranquilidad vino a sus vidas cuan- do se comprendió el desapego en este tiempo de separación, y que el amor es “el encuentro de dos libertades”.
SUGEY ABREGO Y ENRIQUE DURÁN
INTERESES DE POR MEDIO
En este caso, las reacciones se derivan de que se busca el aspecto material y no el verdadero amor: “Te amo por lo que eres, no por lo que tienes o me puedes dar”.