El diseñador de imagen JOSÉ RAMÓN HERNÁNDEZ narra el infierno que vivió al trabajar con Susana Zabaleta y Fey
TEXTO: IVONNE DE LOS RÍOS • FOTOGRAFÍAS: ARCHIVO, CORTESÍA
Hace algunos años, Angélica Rivera lo impulsó (2007) y él se encargó de asesorar su imagen como Primera Dama de México. Desde entonces, José Ramón Hernández brinda asesoría acorde al perfil de cada personaje, lo que le ha permitido trabajar con un sinfín de estrellas nacionales y extranjeras, como Thalía, Jenni Rivera, Ricky Martin, J. Balvin, Los Tigres del Norte, Natalia Lafourcade, Paulina Rubio, Enrique Iglesias y RBD, por mencionar algunos. También ha cobrado notoriedad en redes sociales por sus “Hilos”, historias personales narradas en Twitter. Recientemente causó revuelo al desempolvar dos de sus peores experiencias en el espectáculo; así destapó el peor lado de Susana Zabaleta y Fey. José Ramón decidió hablar a raíz de que los propios seguidores de ambas artistas se pusieran de su lado, y en lugar de atacarlo le dieran la razón al confirmar que son insoportables.
“SUSANA ME ESCUPIÓ EN LAS MANOS”
¿Cómo fue la experiencia con Susana Zabaleta? Hace 12 años coordiné una sesión de portada en el Gran Hotel de la Ciudad de México. Cuando llegó, estaba muy rara, no saludó a nadie y me aventó una de sus maletas: “Aquí están mis vestidos. Son los que voy a usar, porque no me gusta usar ropa que no sea mía. Jamás me pondría zapatos prestados y odio los aretes”, me dijo. El ambiente estaba muy tenso; mientras la maquillaban se desbordó en críticas contra mucha gente de Televisa. ¿Qué pasó al momento de vestirse? Colgué sus vestidos en un rack, y en otro estaban los que yo había preparado, todos de marcas reconocidas. Cuando los vio, quiso ver mis vestidos; se probó uno azul que le fascinó, también le gustaron los zapatos y se colocó unos aretes. Se puso muy pesada y cortó muy pronto las fotos del primer cambio. Al terminar le dije que estaba para apoyarla, me acerqué y estiré mis manos para que me entregara los aretes. Se los quitó, los aventó y me escupió en las manos. ¿Cuál fue tu reacción? Me quedé en shock; no entendía qué pasaba. Nunca había vivido algo así. Estaban la directora editorial, el editor de foto, el fotógrafo y sus asistentes; fue muy grosera con todos, quienes se acercaron a mí disculpándose por lo que había pasado. Todos estaban impactados.
“ES VULGAR Y GROSERA”
¿Cómo fluyó el resto de la sesión? Al aventar los aretes rompió uno, se tuvieron que pagar 4 mil 500 pesos; la revista lo cubrió. Cuando llegó el segundo cambio volvió a pedirme lo que yo llevaba. Estaba como si nada. Eligió un vestido de lentejuelas, unos aretes, un anillo y quiso unos zapatos más altos, de 40 mil pesos. Cuando empezaron a fotografiarla, sólo dejó que se hiciera dos tiros y cortó todo. Le pedí los aretes, pero ya no estiré la mano, los aventó. Los zapatos los echó por la escaleras, tuve que bajar dos pisos para rescatarlos. En ese momento detuvieron todo. Recuerdo que, cuando llegué a mi camioneta, rompí en llanto, ¡no podía creer que hubiera aguantado eso! Toparme con gente tan vulgar y grosera como Susana. ¿Se disculpó en algún momento? No; no sé si su trato con las demás personas siempre sea el mismo, pero justo ahora que retomé el tema, muchas personas en Twitter me platicaron otras cosas del estilo, que habían pasado la peor experiencia trabajando con ella. Tiempo después me hablaron de otra revista para pedirme que la vistiera, porque ella había dado la indicación de que yo lo hiciera, pero no fui. ¿Por qué decidiste sacar a la luz su conducta después de tantos años? Tengo muchos años en Twitter, y desde que ocurrió lo platiqué; la cosa es que no todos los famosos lo usaban. Empecé a hacer “hilos” de mi experiencia con las estrellas, y de pronto me pedían las peores, así que retomé el tema de Susana y de otros más, entre ellos, Fey.
“FEY TIENE DOS PERSONALIDADES”
¿Qué pasó con Fey? Ya me habían advertido que tuviera cuidado, porque estaba loca. Siempre admiré su carrera, había trabajado muchas veces con mi papá, y para mí implicaba un reto. Me buscó Michelle Campuzano, su personal manager, para ser el director creativo del regreso de Fey para el disco Primera Fila. Cuando se conocieron, ¿qué ocurrió? Quedamos de vernos en un restaurante, pero no pudimos hacer la junta porque Fey llegó con lentes oscuros; dijo que le preocupaba mantener su misterio como diva de México. Me pidió que nadie la viera por respeto a los fans, así que preguntó si alguien vivía cerca para poder hacer reuniones privadas ahí y la gente no la viera. Inocentemente ofrecí mi departamento; fueron juntas infinitas de cuatro horas diarias. Ella se metía a mi cuarto, me pedía catering para todo el equipo y quería que mi chofer estuviera a su disposición. ¿Cuál fue el foco rojo con ella? Un día se paró frente a un espejo y dijo: “Ya sabemos qué quiere Fey para proyectar en el escenario, pero ¿qué va a querer María Fernanda Gil?”. Todo el tiempo se hablaba sola, me preguntaba qué iba a proponerle a María Fernanda, porque ella necesitaba tener a las dos personas contentas; tenía como doble personalidad. Trabajamos con Mancandy para que le hiciera el vestuario, lo tomó de la mano, le dijo que lo amaba y que trabajarían juntos por siempre. En cuanto él no estuvo, Fey me dijo: “En este momento quiero que quites a Mancandy del proyecto. No quiero volver a verlo, no me gusta absolutamente nada de lo que ha hecho”.
“GOLPEÓ A UNA MAQUILLISTA”
¿Cuánto pagaron por los vestuarios? Todo fue muy complicado, porque de último momento, la oficina de Fey me dio sólo 10 mil pesos por vestuarios para ella y sus bailarines. Llegué con cosas de bajo costo que compré en el bazar de Lomas Verdes, porque un día antes me cambiaron todo. Cuando llegué con la ropa, Fey no quería verme, y al lado mío decía que no le gustaba nada y que yo era un inútil. No querían pagarle al diseñador; siempre sí quiso lo de Mancandy y me tocó convencerlo. De las cosas de diseñador, uno de sus músicos me robó uno de los suéteres de 14 mil pesos, y terminé gastando más por el proyecto de lo que gané. ¿Volviste a ver a Fey? A pesar de no hablarme durante los tres días de grabación, me escribió un tuit público para desearme feliz cumpleaños y la bloqueé. Coincidí con ella dos meses después, en un evento de gala. Durante el brunch se portó muy mona, pero ya en el evento me acerqué a saludarla y, justo cuando llegué, estaba hablándole mal de mí a todas las personas que estaban en la mesa. Murió de nervios cuando se dio cuenta, y fue la última vez que la vi. Sé que también le pegó a una maquillista durante la sesión, argumentando que fue María Fernanda y no Fey.