La resurrección de Luis Miguel duró menos de lo que se esperaba. El cantante suma dos presentaciones en estado inconveniente
TEXTO: Gabriela de los Santos FOTOS: Moisés Naveira, Javier Arellano, AFP, Getty, Grosby La resurrección duró siete meses. “Con varias copas encima, se presenta Luis Miguel en Toluca”, destacaba el titular de Sé Uno Noticias de la capital del Estado de México. Esto un día después de que el cantante ofreciera un concierto más ante un público que se dio cita puntualmente en el estadio de beisbol Toluca 80, y que tuvo que esperar dos horas para que comenzara su presentación, la cual dejó mucho qué desear. Una vez más, El Sol no pudo dar las notas altas. En diversos videos de redes sociales destaca la misma dinámica que realizó el pasado 4 de octubre en el Auditorio Nacional: la voz de sus fans se hacía protagonista de cada canción, pues él prefería dejarles el micrófono para cantar. UNA VEZ MÁS, ¿COMIENZA LA DERIVA? El pasado 21 de febrero, Luis Miguel regresó a los escenarios después de una pausa plagada de demandas y adicciones. Volvía para dejar huella en el público y la prensa mexicana; era alguien diferente, el inalcanzable se había quedado atrás. Días antes se daba unos minutos para bajar el vidrio de su camioneta e incluso abrir la puerta para saludar a los reporteros, y en el escenario, sus seguidoras agradecían el tiempo de espera, pues el bronceado perfecto que lo distingue, un tupé visiblemente acomodado gracias al injerto en su cabellera y un traje de noche alineado bastaban para volverlas a enamorar. El impulso que le había dado la serie de su vida cumplió su objetivo y renació, pero lamentablemente todo indica que la caída comienza una vez más, pues dos de sus recientes presentaciones (CDMX y Toluca) se han convertido en las peores de su regreso. Además, canceló una fecha en Morelia (6 de octubre) por irse a su amado Acapulco a revivir su juventud entre mujeres y alcohol. Al cantante le quedan cerca de 30 fechas para cerrar el año, ¿se dará la media vuelta? EL VACÍO EMOCIONAL DE LUISMI Platicamos con el psicoterapeuta Juan Marcos López Ruschke, quien lleva 38 años de experiencia en la psicoterapia de análisis transaccional y adicciones. Hasta hoy, no se ha comprobado que Luis Miguel haya tomado alguna rehabilitación debido a sus adicciones, pero de ser así, lo más importante sería alejarlo de Alejandro Basteri (su hermano). ¿Qué tanto influye tener cerca a la familia durante un proceso de rehabilitación? Mucho, porque el problema se originó dentro de la familia. Un adicto es resultado de una familia enferma. Viene de un ambiente familiar tóxico que le generó algún vacío y lo trata de llenar consumiendo drogas o alcohol debido a que momentáneamente se sentirá bien porque está intoxicado y deja de ver su realidad. ¿Esto quiere decir que es mejor tener alejada a la familia durante el proceso? Es fundamental que no vean a la familia porque es tóxica. En un centro de tratamiento, lo primero que te dicen es: “Aíslate del mundo para que te encuentres a ti mismo”. ¿De qué se derivan las recaídas? A una persona que realmente se rehabilita hay que darle un seguimiento durante mucho tiempo, que vaya cada semana a seguir su proceso. Si alguien recae es porque no se rehabilitó totalmente. Las personas que se recuperan son excelentes seres humanos, pero tienen que alejarse del medio. ¿Volver a tomar te regresa a la adicción? Así es. Más bien, eso habla de una persona que no se ha rehabilitado. Si alguien tiene “cinco años” rehabilitado y se le ve borracho, es que nunca lo hizo. Alguien que se rehabilita no lo vuelve a hacer. ¿La edad influye en el daño al cuerpo? Si un chavo de 19 años se mete tres cervezas, se va a emborrachar, y si otro de 50 se mete tres cervezas, se va a emborrachar. La cocaína no respeta la edad para hacer efecto en el cuerpo; es el mismo daño al cerebro de una persona de 80 que de una más joven. En el caso de Luis Miguel, ¿por qué crees que está recurriendo al alcohol repetidamente? Porque no ha llenado ese vacío de soledad. No se siente a gusto con él mismo por mucho dinero que tenga, por mucho que le aplauda la gente; su vanidad y ego es tan grande que no es suficiente para él, y cuando quiere más, sigue sintiendo ese vacío que no es material. SU INFLUENCIA En los últimos meses lo hemos visto acompañado de su hermano Alejandro y del exesposo de Sherlyn, Gerardo Islas, en momentos en los que siempre recurren al alcohol. Para ellos, es su mejor inversión. ¿Y SUS HIJOS? El pasado 7 de octubre, Aracely Arámbula pisó la Ciudad de México para ser la madrina de una obra de teatro. Lució espectacular y afirmó que regresaría a la música. Cuando se le cuestionó sobre Luis Miguel, no hubo respuesta. No piensa hablar de él ni para bien ni para mal, a pesar de ser ella quien sale adelante por sus hijos y quien los educa día a día, pues de su padre no reciben ni el saludo.