VÍCTOR GONZÁLEZ considera un acierto la inclusión de la comunidad LGBT en los contenidos de televisión actual
TEXTO: NAYIB CANAÁN FOTOS: JOSÉ LUIS RAMOS, CORTESÍA PRODUCCIÓN INSTAGRAM VÍCTOR GONZÁLEZ
Em su regreso a Televisa, un Víctor González con el cabello repleto de canas se pasea en motos Harley Davidson con chamarras de cuero y botas de rockstar dentro de la serie Juntos, el corazón nunca se equivoca, en la que interpreta al bondadoso Olegario Cervantes, quien deberá batallar con los problemas de su exesposa e hija: Leticia Calderón y Ale Müller. Acompañado del furor juvenil del momento, Aristemo, el galán participa en la producción de Juan Osorio que toca el tema de la homosexualidad, la aceptación, la amistad y el amor incondicional de la familia, lo que representa un agasajo para él, pues ya quería estar en historias que rompieran esquemas en la televisión mexicana. “BASTA DE DISCRIMINAR” ¿Cómo fue integrarse a un equipo que ya estaba conformado, que venía de otra telenovela? Al equipo técnico que trabajó en Mi marido tiene más familia ya lo conocía de otras producciones, y el elenco también me era familiar, los veía dentro y fuera de Televisa. Entonces fue muy cómodo llegar y que te recibieran como una familia.
En la trama eres pareja de Leticia Calderón, ¿primera vez que trabajan juntos? Sí; de hecho, a ella era la única que no conocía. Pero ha sido maravilloso, es una gran actriz, una gran figura, una persona que ha estado desde siempre en la televisión y es muy gratificante compartir escena juntos porque es muy generosa; nos hemos compaginado muy bien, nos encarnamos el personaje en el alma. ¿Qué opinas de este tipo de historias que van más allá de lo convencional? Es un cambio; el gran acierto de Juan Osorio es que somos los primeros en contar este tipo de historias en la pantalla, y me refiero a una historia en la que sus protagonistas son homosexuales. En realidad es lo que viene en la televisión, la serie dejará un buen mensaje, porque ya basta de discriminar. Es un público que no contaba con espacios en televisión... Creo que no se les tomaba en cuenta en películas, en la vida, en otras profesiones. Pero ahora es el momento de meternos el chip en la cabeza y entender que cada quien puede hacer de su vida un papalote, que hay que respetar por sobre todas las cosas. “NO TENEMOS TIEMPO PARA VER PRODUCCIONES TAN LARGAS” ¿Nunca has juzgado a nadie por su condición sexual? ¡Jamás! Sólo me juzgo a mí y soy el peor (risas). Para este personaje recurriste a clases de moto, ¿fue rudo el proceso? Lo que sucede es que ya sabía andar en moto, pero las Harley Davidson son otra historia. Yo llegué diciendo que sí podía manejarlas, y a la mera hora no pude porque pesaban media tonelada, era difícil hacer las vueltas. Tenía la idea de las otras motos más chicas. Aprendí, y ahora puedo rentarlas y hasta me aventaría a subir a mi hijo.
¿Alguna anécdota mientras manejabas por Reforma? Recuerdo que iba por una subida muy prolongada por Constituyentes y nos tocó el semáforo; me pregunté qué hacía ahí. En esas motos hay que jugar con los dos frenos, el de adelante y el trasero... No sabía cómo arrancar, pero lo logré. ¿Qué más te ha tocado aprender para un personaje? Aprendí a montar a caballo, a pescar... Es que yo siempre digo que sí. No diría que no a nada, ni siquiera a hacer una escena con leopardos; ya en el momento veré. ¿Te gusta que las producciones cada vez sean más cortas? Me parece maravilloso, y lo digo como espectador. Es que estamos en una época en la que no tenemos la paciencia ni el tiempo para ver cosas tan largas. Ahora queremos ver todo conciso, rápido. Profesionalmente también se me hace más cómodo, porque nos queda más tiempo libre. Por ejemplo, yo que tengo un hijo de ocho años en Miami necesito ir y venir. Cuando la novela termine me iré con él, nos gusta mucho la playa y el cine. [embed]https://www.instagram.com/p/BzgH7oYA7wh/[/embed]