Con el tiempo, el padre del actor reapareció ya que él era exitoso.
Para todas las mujeres, William Levy es, sin duda, un símbolo sexual; pero ese torneado cuerpo y rostro angelical van acompañados de una cualidad envidiable: es un comprometido papá y se desvive por sus pequeños, Christopher y Kailey.
Platicamos con el cubano al respecto de esta faceta poco explorada por los medios de comunicación.
Sabemos que tienes casi una obsesión con ser un buen papá...
Sin duda es algo que me preocupa mucho, quiero ser el mejor ejemplo que tengan mis hijos, su mejor amigo, en el que siempre confíen; para mí es primordial que ellos se dediquen a disfrutar y ser felices mientras sean unos niños.
¿Así fue tu infancia?
No, de hecho, fue un poco cruda, con carencias y sin una figura paterna; mi papá se fue, y con el tiempo yo tuve que ser el hombre de la casa, por eso me preocupa tanto que mis hijos estén bien y sean felices, quiero que sean niños exitosos.
¿Cómo les transmites tu éxito?
Les enseño a ganarse las cosas por sí mismos, a desarrollarse como seres humanos y nunca caer; a que sepan que una equivocación o una caída es sólo un pretexto para alcanzar el éxito.
Elizabeth también es muy exitosa...
Sí, sin lugar a dudas y es algo que me encanta de ella, tenemos el mismo disco puesto en la cabeza y buscamos lo mismo para nuestra familia, que es la prioridad.
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