Ha sacrificado muchas cosas por ser actriz, pero YAM ACEVEDO también ha aprendido a poner límites a los abusadores
TEXTO: VÍCTOR HUGO SÁNCHEZ • FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA
Ha sufrido acoso sexual, la han asaltado tres veces, ha sido mesera, barrendera y le ha costado sus ahorros y vender su auto, pero Yam Acevedo tiene clara su meta: “Quiero ser una actriz fregona”. Cueste lo que le cueste.
A los 20 años abandonó el seno familiar en su natal Puebla, donde ya era una estrella de la conducción, pues había tenido programas y noticieros en Televisa local, en TV Azteca local, e incluso hacía un programa para la cadena México TV, De aquí, pa’llá, que se transmitía con gran éxito en Estados Unidos, y donde le pidieron que no se fuera.
“Que cómo era posible que dejara ese programa donde me pagaban muy bien y donde tuve la oportunidad de adentrarme en el mundo de la música grupera, de banda, pero yo tenía muy claro que en Puebla nunca iba a hacerme actriz”.
Y es que, cuenta, desde niña, a sus ocho años era el alma de las fiestas: bailaba, cantaba, contaba chistes e imitaba a Shakira y a... Paquita la del Barrio.
(Risas) ¡¿Neta?! No te imagino imitando a Paquita, siendo una niña... Neta. Y a la gente le gustaba. Claro, a esa edad ni sabía que quería ser actriz o siquiera que existiera la carrera, y menos que podría vivir de serlo.
“HUBO DÍAS EN QUE ME QUEDÉ, INCLUSO, SIN COMER”
Cuando llegó a la preparatoria, ya había tenido incursiones en el mundo de la conducción de programas de TV, hasta que un buen día, Moisés Urquidi dio un taller de actuación en Puebla y les habló de Casa Azul, una escuela de actuación en la CDMX.
“Hablé con mis papás y me vine a la gran aventura. Tenía mis ahorros, pero aun así vendí mi automóvil y todo lo invertí en las clases de actuación. Vivía en una colonia muy popular, la Escuadrón 201, y siempre salía con miedo; me perdí varias veces, me asaltaron tres, y hubo días en que me quedé, incluso, sin comer. Muchas cosas feas y malas me pasaron y que ni mis padres saben. Pero, orgullosa que soy, no quería regresar a Puebla y sentir que había fallado, así que seguí; tuve que abandonar las clases y me puse a trabajar como mesera, como cantinera, hasta que de nuevo pude ahorrar y tomar talleres, cursos sueltos y encontré oportunidades en la conducción, ya aquí, en la ciudad”.
Sin contactos en las televisoras, aprendió a tocar puertas, hasta que una se abrió: Televisa, donde al primer día de haber llegado le dieron la oportunidad de participar en la telenovela Lo imperdonable, producción de Salvador Mejía protagonizada por Ana Brenda Contreras e Iván Sánchez, en 2015.
“Bueno, tampoco creas que tenía ‘el personaje’; apenas y dije cuatro palabras, pero ¿te imaginas? ¿Yo, en Televisa, en una telenovela? Fue lo máximo ese día. Lo máximo. Mi sueño hecho realidad”.
“TRAÍA EL CABELLO HASTA LA CINTURA Y ME RAPÉ”
De ahí, ha participado en diversos proyectos como El hotel de los secretos, Falsa identidad, La candidata, y es una de las actrices consentidas de unitarios como La rosa de Guadalupe y Como dice el dicho, en el que, en una ocasión, tuvo que raparse para interpretar un personaje.
“Me rapé un viernes, me vi al espejo y pensé: ‘No me veo tan mal’, y el lunes siguiente grabamos. Me felicitaron, me aplaudieron el valor de cortarme el cabello y la entrega que le puse al personaje. El martes, ya en mi casa, me vi y lloré como loca. Traía el cabello hasta la cintura. Me dio una depresión muy cañona”.
Dice que un tiempo estuvo obsesionada con la edad, con llegar, con ser, con estar... “Es muy dura la presión social y la del mismo medio. ‘Se te está yendo el tiempo y no has sido la protagonista de la novela de las 9, ¿eh?’... Y, pues sí, un tiempo pensaba que ya estaba hasta vieja para intentarlo, pero justo eso del corte de cabello me hizo recapacitar en lo que quería de mí, de mi carrera. No quiero ser la bonita. Quiero ser la actriz, la actriz, que me reconozcan por mi trabajo, y sé que un día llegará el personaje. Hoy me siento arropada, porque por primera vez tengo una mánager que sí me está buscando proyectos, castings, y sé que un día llegará ese personaje que impacte, que se quede en el recuerdo de la gente”.
“UN JEFE DE REPARTO ME PIDIÓ QUE LO BESARA”
Como muchas actrices y muchos actores, no ha escapado al acoso, tan castigado en Televisa. “Fue Gerardo Lucio, que era jefe de reparto de una producción, a la que no he regresado nunca a pedir chamba, porque me quedé con ese mal sabor de boca, y que ahora supe es mánager de actores. ¡Fue horrible! Me dijo que le leyera el texto al oído, que hiciera de cuenta que él era mi pareja, que lo besara, y ¡quiso besarme a la fuerza! ¿Qué te digo? Son cosas que ocurren y siguen ocurriendo, y que muchas mujeres nos callamos porque vamos comenzando la carrera y no queremos meternos en problemas. Lo puedo contar ahora, porque este cuate ya no trabaja en Televisa”.
Yam Acevedo ha hecho teatro: “Me he besado con actrices en escena; me he desnudado; no temo hacerlo, si el personaje, si la trama lo justifica, y voy construyendo una carrera en la que por fin entendí eso de que no se trata de llegar, sino de sostenerse”. Por lo pronto, espera que en breve se estrene la película Aztech: las profecías, producción mexicana de ciencia ficción en la que tuvo el honor de compartir créditos con Gustavo Sánchez Parra.