Silvia Pinal nunca lo negó: el amor fue un aspecto muy importante de su vida y permitió que, a lo largo de ella, conquistara a por lo menos 40 hombres, casándose con cuatro de ellos; su último esposo fue Tulio Hernández.
Tulio Hernández, quien llegara a ser una importante figura tanto en la vida personal como profesional de Silvia Pinal, falleció el pasado 16 de septiembre en Tizatlán, Tlaxcala, entidad que gobernó de 1981 a 1987, debido al Alzheimer que le aquejaba.
Silvia Pinal tuvo la oportunidad, de esta forma, de convertirse en la primera dama de Tlaxcala; sin embargo, más allá de la política, la actriz y Tulio Hernández también compartieron momentos dolorosos; el más significativo de ellos fue, tal vez, cuando murió Viridiana Alatriste, hija de la diva, días antes de su boda.
LA HISTORIA DE AMOR DE SILVIA PINAL Y TULIO HERNÁNDEZ
En su libro “Esta soy yo”, Silvia Pinal narra cómo comenzó su romance luego de que se conocieran en 1977 y contrajeron matrimonio años después:
“Muchos me criticaban por salir con alguien tan feo, pero es culto, inteligente y cachondo”
“Me conquistó por su sencillez, simpatía...”, confesó la actriz. “Muchos me criticaban por salir con alguien tan feo, pero es culto, inteligente y cachondo. Además, iba conmigo a fiestas y se ponía a bailar, a cantar y todo el mundo le aplaudía y pedía canciones. Y no sólo eso, me descubrió un México que yo no conocía”, recordó la actriz.
“Al final me convenció (del matrimonio) con unas palabras muy bonitas que acabaron de enamorarme: ‘Para llevarte a donde quiero, del modo que yo quiero, tienes que estar casada conmigo, tengo que darte tu lugar. No quiero que la gente piense algo que no eres. Para mí tú vales mucho, quiero que todos sepan que me casé contigo y te respeten como la esposa del gobernador’ ”. Al final, la boda se programó para el 27 de octubre de 1982.
LA MUERTE DE VIRIDIANA ALATRISTE Y CÓMO LA SUPERÓ SILVIA PINAL GRACIAS A TULIO HERNÁNDEZ
Lamentablemente, dos días antes de la fecha del matrimonio, la hija de Silvia Pinal, Viridiana Alatriste, murió luego de que se volcara un auto que, por cierto, le había regalado Tulio Hernández.
El golpe fue demasiado fuerte para Silvia Pinal, quien suspendió la boda, entró en shock y hasta pensó en el suicidio. Sin embargo, 10 días después la ceremonia finalmente se llevó a cabo y, con el apoyo de Tulio, la actriz afrontó el dolor ejerciendo una prolífica carrera política que la llevó a ser, incluso, diputada y senadora del país.
Tristemente, la tragedia de Viridiana no llegó sola, pues después Tulio Hernández sufrió un accidente en motocicleta tras el cual quedó inconsciente 12 días debido a un edema cerebral. Debido a las secuelas que le quedaron, la oposición pidió con insistencia que fuera inhabilitado.
“Tulio cambió mucho después del accidente, tenía muchas secuelas físicas, pero las más difíciles de sobrellevar fueron las emocionales; se volvió huraño, irritable, dejó de disfrutar la vida. Cuando dejó de ser gobernador y perdió poder, sufría y se hizo mucho daño solito; fue teniendo problemas de alcohol, nos fuimos distanciando y eso detonó la separación”, recordó Silvia Pinal en su autobiografía años después.
“Mi tlaxcalteca fue un hombre extraordinario, todo lo que me gustaba, le gustaba a él; fue una tristeza que perdiera su memoria. En éste, como en todos mis matrimonios, traté de que durara toda la vida, pero no ocurrió así”, se lamentó la actriz.