Uno de los episodios más dolorosos para Silvia Pinal en su carrera política fue cuando fue demandada y tuvo que autoexiliarse en Estados Unidos. Su chofer de la época, ya reveló cómo lograron salir del país disfrazados de hippies.
Durante los años 90, Silvia Pinal aceptó el nombramiento de presidenta del Consejo Directivo de PROTEA (Asociación Nacional de Productores de Teatro), la asociación que reunía a los productores de teatro. El secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz Manero, la demandó por un supuesto fraude de nueve millones de pesos en perjuicio de PROTEA.
En testimonio de Domingo Juárez, chofer de Silvia Pinal, la actriz huyó de México hacia Florida desde Cancún y disfrazada. Así lo contó recientemente en una entrevista con el periodista argentino Max Lumbia:
“Fue todo un show. Fue una noticia muy dolorosa para ella. Ya tenía un coche en el estacionamiento de Televisa, me la llevo a Cuernavaca y al otro día fuimos a Acapulco”.
“Ya estando en Acapulco yo me disfrazo y voy y compro boletos a Cancún, porque los boletos de Acapulco hacia Miami pasan por México, entonces los únicos donde la Aduana no podía, si es que existía esa orden de aprehensión, era en Cancún”, recordó.
“Yo disfrazado compro a nombre de Silvia Pinal y a mi nombre, y todavía me dicen los de ventanilla ¿oye, es la artista? y yo les dije, ‘no, es mi esposa, es un homónimo’. Abordamos el avión hacia Cancún y ahí se hizo la escala a Miami”.
Domingo Juárez recuerda la anécdota con Silvia Pinal: “Los dos disfrazados de hippies. Fueron unos momentos de mucha tensión, no sabíamos qué hacer. Su abogado nos dijo, si llega a suceder algo, ustedes no pongan resistencia, pero afortunadamente todo salió a la perfección”.
En su libro, Silvia Pinal relató lo que pasó
En “Esta soy yo”, su libro autobiográfico, Silvia Pinal sí confirmó que huyó a Acapulco, pero relató: “Estuve dos días en el puerto y el 9 de diciembre de 1999, Alejandra, mi hija, me llevó al aeropuerto de esa ciudad para tomar un vuelo privado hacia Florida”.
“Al despedirnos, me dio las llaves de su departamento, de su auto y un cheque en blanco. Yo estaba desesperada, no entendía elporqué. A la fecha es algo que sigo preguntándome, por qué esa cacería, mis manos estaban limpias y alguien quería que yo pagara por un delito que nunca cometí".
Después de casi un año fuera de México, Silvia Pinal volvió a su tierra “con la frente en alto y con mi nombre intachable”.